La historia del Barco Ciudad de Rosario: qué es y quiénes lo compraron tras cinco años varado

Hizo medio siglo de paseos por el Paraná, pero la pandemia y bajante del río lo dejaron fuera de servicio. Finalmente, tiene nuevos dueños

12:44 hs - Martes 23 de Diciembre de 2025

Después de más de cuatro años varado en el canal La Lechiguana en la Isla El Charigüéel, el histórico Barco Ciudad de Rosario fue finalmente vendido. El emblemático ícono del turismo fluvial, construido en la ciudad en 1971, cambió de manos tras pasar años varado a raiz de la pandemia, la bajante histórica del río y una situación económica que volvía imposible su recuperación.

El Barco Ciudad de Rosario fue la primera embarcación hecha desde cero en Rosario y a lo largo de 50 años unió las costas rosarinas y entrerrianas. Por su valor histórico, la Cámara de Diputados de la Nación y el Concejo Municipal lo declararon “de interés turístico”, mientras que el municipio lo designó “de interés cultural”. Sin embargo, ni las distinciones ni los reconocimientos alcanzaron para garantizar su continuidad. Tras medio siglo de paseos por el Paraná, la pandemia y la histórica bajante del río lo dejaron fuera de servicio, varado en la isla El Charigüé.

Allí permaneció durante cinco años, a la espera de una revisión obligatoria en tierra cuyo costo rondaba los 45 mil dólares, un monto imposible de afrontar para su propietaria, Haydée Oficialdegui.

El barco es de acá, y debería quedarse acá, pero yo no puedo sola. No me queda otra, con todo el dolor del alma. Siempre intenté hablar con las autoridades, pero nunca pasó nada", contó Oficialdegui en diálogo con el periodista Lucas Ameriso, al explicar por qué se vio obligada a buscar apoyo o un comprador para evitar que el ícono rosarino termine en otra provincia.

Finalmente, el símbolo del turismo fluvial local fue vendido a tres jóvenes rosarinos. "Lo compraron tres muchachos de unos 40 años, amigos y amantes del río que se enteraron por la nota de La Capital, me contactaron y bueno, finalmente se los vendí", confirmó Oficialdegui.

A continuación la historia del barco emblema de la ciudad que ahora emprende nuevos rumbos, con la esperanza de volver algún día al agua.

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Cómo nació el primer barco turístico construido en Rosario

El proyecto del Barco Ciudad de Rosario comenzó en la década del 60, cuando Raúl Oficialdegui compró en Brasil una embarcación en desuso con el sueño de reconstruirla por completo.

Durante siete años, el astillero Riguetti fue testigo de su construcción hasta que, en febrero de 1971, realizó su primer viaje. Con capacidad para 300 pasajeros, dos motores, usina eléctrica propia, salones, bar y pista de baile, el barco se convirtió en un emblem del turismo fluvial.

Durante décadas zarpó todos los fines de semana y feriados, con paseos de dos horas por el Paraná, y también organizó salidas educativas para escuelas, contingentes de jubilados y eventos privados. Ahora bien, a lo largo de los años sus recorridos se adaptaron a los niveles del río: cuando la bajante impedía transitar por riachos internos, el itinerario se ajustaba al canal principal y las islas más cercanas a la costa urbana.

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Por qué quedó varado en el canal La Lechiguana

Fue la pandemia de 2020 la que obligó al Barco Ciudad de Rosario a suspender sus tradicionales paseos turísticos. Poco después, la histórica bajante del río Paraná lo dejó encallado en el canal La Lechiguana. Desde entonces, la embarcación quedó inmóvil en la isla El Charigüé, sin actividad turística ni recursos suficientes para su mantenimiento.

A ese escenario se sumó el vencimiento del certificado de navegación, que exige un monitoreo obligatorio en tierra cada cuatro años y que, pese a las prórrogas solicitadas, no pudieron obtener. Cumplir con ese requisito implicaba un costo cercano a los 45 mil dólares.

"Cuando vino el Covid-19 me dediqué a pagar sueldos a los 12 empleados que teníamos, luego no pudimos trabajar por la bajante y encima nos habían autorizado un cupo del 40 por ciento de los 335 pasajeros. No salvamos ni los costos. Me quedé con una mano adelante y otra atrás”, contó Haydée Oficialdegui, hija de Raúl Oficialdegui, creador de la emblemática embarcación, al explicar las razones que finalmente derivaron en la venta del histórico barco.

En 2020, en una nota del periodista Tomás Barrandeguy para este medio, Guillermo Alcaraz, capitán del barco durante más de dos décadas, describíoa la situación: “Vengo una vez por semana a verlo, pongo el motor en marcha por las baterías”.

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Final feliz para el Barco Ciudad de Rosario

Finalmente, su dueña recibió una noticia que cambiará el destino del histórico Ciudad de Rosario: tres jóvenes rosarinos se comunicaron con ella con la intención de comprar la embarcación y apostar a su recuperación.

“Hoy la realidad me hizo una sonrisa. Son tres amigos de unos 40 años que se interiorizaron con la nota del diario, se comunicaron conmigo, hablamos y fuimos marchando de a poco hasta concretar la venta la semana pasada. Tienen ganas, son de Rosario y me contaron muy buenas ideas para explotar el turismo. Vieron el barco y se emocionaron con ponerlo en marcha”, relató Haydée Oficialdegui, quien mantuvo en reserva algunos datos de los compradores hasta que la noticia comenzara a circular.

“Puedo decir que son amantes del río, cada uno tiene su propia embarcación y me reiteraron varias veces que iban a cuidar el Ciudad de Rosario”, agregó la histórica propietaria.

En medio de las negociaciones y ofertas hubo propuestas de otras latitudes. Una de Corrientes y otra de Paraguay bastante firme."Yo estoy feliz que se quede acá, que lo sigamos disfrutando, era lo que más me importaba. Habíamos tenido un oferta de un país limítrofe, pero me tiraba el corazón, no quería que se lo llevaran y no verlo nunca más. Dios nos ayudó para que estos jóvenes vieran la nota y se pusiera todo en marcha", insistió Haydée Oficialdegui en diálogo con La Capital.

En este sentido, agregó: “Me encantaría que Municipalidad, provincia, Ente Turístico de Rosario (Etur), Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro) colaboren para que la ciudad sea integralmente turística. Que a esos chicos les abran las puertas, los ayuden porque quieren hacer cosas en el río y es gente muy responsable".