La asociación civil Cruzar la Línea lanzó un proyecto único en el país. Se trata de la apertura de una casa que funcionará como una pensión para deportistas a la par que los chicos continúan con la escolaridad. El objetivo es que adolescentes de 13 años, que provengan de contextos vulnerables, tengan la oportunidad practicar un deporte con intensidad, estudiar y desarrollar un proyecto de vida.
En la provincia existen 94 residencias de menores, pero todas trabajan con chicos judicializados, que no pueden estar con sus familiares porque les vulneraron sus derechos o porque son menores no punibles. “Nuestro objetivo es prevenir estas situaciones. Si detectamos que un chico vive en un contexto donde se complica su desarrollo personal, y si él y la familia están de acuerdo, se firma un consentimiento y el chico puede ir a vivir a la casa”, explicó el líder del proyecto, Giuliano Baruzzo.
Baruzzo trabajó varios años en barrio La Lata, donde inició el club deportivo María Madre de la Lata. Y allí comprobó el poder del deporte a la hora de generar cambios en la vida de los adolescentes. De allí que surgiera la idea de que, además de hacer un deporte, los chicos puedan vivir en un contexto favorable para su desarrollo a la vez que cursan la secundaria en una escuela de la zona.
“Alquilamos una casa en Avellaneda 871 bis, barrio Arroyito. Este mes comenzó a funcionar con la “fase de adaptación” y el viernes los chicos comenzaron a asistir a la escuela. Los adolescentes ya están instalados y practicando actividades en el Club Regatas”, explicó Baruzzo. “Queremos que los chicos de zonas vulnerables de Rosario tengan la oportunidad de participar de la vida de un club y hacer del deporte una meta en su vida”, agregó.
Un equipo interdisciplinario formado por asistentes sociales, psicólogos y psicopedagogos entrevistaron a los chicos que formarán la primera camada de residentes. “Las familias firman un consentimiento para que sus hijos puedan vivir de lunes a sábados en esta casa, y los domingos volverían a sus casas”, detalló el coordinador.
Durante la semana, los chicos van a clases por la tarde, a la escuela Pedro Cristiá, ubicada a cinco cuadras de la casa. Por la mañana practican un deporte individual, en el club Regatas, y podrán elegir entre tenis, natación o remo. Luego, también deberán participar de un deporte de equipo en uno de los clubes de la zona. “Queremos que tengan la oportunidad de hacer vida de club, de generar amistades y compartir con otros sus propias vivencias”, subrayó Baruzzo.
La casa
La casa ya está alquilada, sin embargo, los organizadores se enfrentan con la ardua tarea de conseguir los fondos para el mantenimiento. En este sentido, aseguraron que no cuentan con ninguna ayuda por parte del Estado, por lo que lanzaron una campaña para conseguir donantes que puedan depositar su ayuda todos los meses a través del link: https://bit.ly/3AEJc6T.
Además, se están realizando varias actividades para juntar los elementos que se necesitan para equipar la casa. En esta primera etapa la casa será únicamente para varones y ya se planea abrir una segunda, con el mismo plan, pero para mujeres.