Con el huracán Irma apuntando directamente al sur de Florida, autoridades de Estados Unidos ordenaron ayer la evacuación de cientos de miles de personas, aunque había preocupación por la escasez de combustible y los embotellamientos de tránsito. La carrera para huir del huracán se convirtió así en una pesadilla para las más de medio millón de personas que recibieron la orden de abandonar ayer el sur de Florida. Con la tormenta dirigiéndose rápidamente a Florida para asestar un golpe potencialmente catastrófico este fin de semana, los viajes se convirtieron en travesías de todo un día en las saturadas carreteras, en medio de una búsqueda constante de combustible y hospedaje. Los pasajes para los vuelos que aún salían de Florida también escasearon.
El huracán Irma tendrá un impacto "realmente devastador" cuando golpee las zonas costeras del sur de Estados Unidos, advirtió el jefe de la agencia de emergencias estadounidense. El titular de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (Fema, por sus siglas en inglés), Brock Long, urgió a los residentes en Florida y otros Estados del sureste d a atender las órdenes de evacuación, ante la aproximación de este huracán de categoría cinco que ya causó muerte y destrucción en el Caribe. "La mayoría de las personas que viven a lo largo de la costa nunca han experimentado un huracán como éste, lo cual será realmente devastador", dijo a CNN.
Irma sería sólo el cuarto huracán categoría cinco que golpea a Estados Unidos desde 1851 y el primero desde el huracán Andrew en 1992, señaló Brock. La categoría cinco es la máxima en la escala de Saffir-Simpson. En un Estado con más de 20 millones de habitantes, el gobernador Rick Scott advirtió a los residentes de ambas costas que se preparen para evacuar antes de la llegada de Irma, que se prevé golpee el sur de Florida la noche del sábado y durante el domingo.
Expertos esperan que se puedan evitar muchas muertes urgiendo a los residentes a salir de las zonas más peligrosas, en lo que podría ser la evacuación más grande en Estados Unidos desde que el huracán Rita obligó a 3,7 millones de personas a abandonar sus hogares en Texas y Luisiana en 2005. "Miren el tamaño de esta tormenta. Es enorme. Es más ancha que todo nuestro Estado", dijo Scott en conferencia de prensa, advirtiendo que Irma traerá olas de unos tres metros, capaces de alcanzar los techos de muchas casas. Un huracán es una tormenta tropical de gran tamaño y potencia. La combinación de vientos de más de 200 km por hora sostenidos con lluvias torrenciales durante horas hace que sean tan letales. El reciente paso de "Harvey" por Texas dejó a la ciudad de Houston de rodillas e inundada. La secuencia de Harvey, Irma, y tras ella de "José", otro huracán que se creó en el Atlántico, evidencia el efecto del calentamiento global.
"Estén preparados para evacuar", advirtió ayer el gobernador Scott a los floridanos. "No podemos salvarlos una vez que haya comenzado la tormenta". Unas 31.000 personas ya se han ido de los cayos de Florida, la zona más vulnerable, y decenas de miles en el sureste del Estado esperaban órdenes obligatorias de evacuación. Unas 150.000 personas en Miami Beach y otras pequeñas islas frente a Miami también deberán irse.
Otra señal de alarma por Irma en el sureste de Estados Unidos es que autoridades del vecino estado de Georgia ordenaron la evacuación obligatoria desde este sábado de la ciudad de Savannah y otras áreas costeras, donde viven más de 300.000 personas.
En Miami Beach, la gente llenaba sus autos con provisiones mientras se preparaban para emprender viaje. "He vivido huracanes antes, pero este es enorme", dijo Robert McCleary, un jubilado de 67 años.
Sin "gasolina"
La única forma de conducir fuera de la península de Florida es hacerlo hacia el norte y los conductores que quieren abandonar Miami se han encontrado con muchas estaciones de gasolina acordonadas con cinta amarilla, en señal de que no tienen combustible.
Filas de autos serpenteaban alrededor de las "gasolineras" (estaciones de servicio) aún abiertas. Muchas de esas filas llegaban a las calles principales y causaban embotellamientos. "La gente se está desesperando", dijo Yasmine Herrera, en el sur de Miami. La mujer ha escuchado rumores de peleas fuera de las estaciones de servicio y vivió un episodio de tensión cuando dos autos la bloquearon cuando cargaba gasolina.
El gobernador reconoció "episodios" de ese tipo y dijo que pidió a la Casa Blanca y a la Agencia de Gestión de Emergencias, facilitar la llegada de la mayor cantidad posible de combustible. También pidió que policías escolten los camiones de gasolina. El tráfico eran muy pesado en las carretera, mientras los vehículos que se dirigen al norte congestionaban las principales ciudades, incluidas Miami, Fort Myers y Sarasota.