El cardenal italiano Pío Laghi, quien fue nuncio apostólico en Argentina de 1974
a 1980 y acusado por ser cómplice de la desaparición de opositores políticos por organismos de
derechos humanos, murió anteanoche en un hospital de Roma, a la edad de 86 años.
Pío Laghi fue acusado de haber callado en su momento como nuncio apostólico en
Buenos Aires, ante los crímenes de la dictadura militar argentina (1976-1983).
El diplomático de alto rango fue denunciado en 1997 ante la Justicia italiana
como cómplice de la desaparición de opositores al régimen militar por las Madres de Plaza de Mayo.
Pero el religioso dijo: "Sólo a fines de 1979 tuve certeza de que las violaciones de los derechos
humanos eran sistemáticas, y entonces las condené".
Ayer, el reverendo Ciro Benedettini, portavoz del Vaticano, difundió el
fallecimiento del religioso, que llevaba tiempo en un hospital.
El religioso era atendido en el hospital romano de San Carlo de Nancy y falleció
por una insuficiencia cardiovascular, propiciada por una enfermedad hematológica.
El Papa Benedicto XVI presidirá mañana en la basílica vaticana la liturgia
exequial del purpurado, quien también era prefecto emérito de la Congregación para la Educación
Católica.
Una larga carrera. Nacido en Castiglione di Forli, Italia, el religioso inició
una larga carrera en el cuerpo diplomático de El Vaticano. Se desempeño primero en Nicaragua, en
1952. Luego fue enviado en misiones a India, Jerusalén, territorios palestinos, Chipre, Grecia y
Argentina, antes de ser nombrado enviado oficial en Washington en 1980.
En esos días no existían relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la Santa
Sede. Laghi dirigió el establecimiento de los primeros lazos en 1984 y permaneció como
representante permanente del Vaticano en Washington hasta que fue llamado de nuevo a Roma para ser
el prefecto de la Congregación de Educación Católica del Vaticano. Y desde 1991 fue cardenal.
Conflicto por el Beagle. En Argentina participó en la mediación del Vaticano que
permitió en 1978 evitar la guerra con Chile, en torno a la soberanía sobre el canal de Beagle.
Amigo personal de Golda Meir, Laghi fue nuncio apostólico en Israel en tiempos de la Guerra de los
Seis Días, e igualmente delegado y luego nuncio apostólico en Washington de 1984 a 1990.
El veterano diplomático del Vaticano viajó a Washington para intentar disuadir
al presidente George W. Bush de invadir Irak en 2003, ya que era amigo de la familia Bush.
Para el sociólogo y especialista en religión argentino Fortunato Mallimaci,
"Laghi es el típico caso de un embajador del Vaticano que deja en evidencia la complicidad entre la
dictadura y una Iglesia que nunca denunció los delitos de lesa humanidad que se cometían en el
país".
Mallimaci, que también fue ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la
UBA, advirtió que "lo que se debe juzgar es la vinculación de la Iglesia Católica con el gobierno
de la dictadura". Entonces recordó que "el enviado papal nunca organizó espacios de solidaridad con
los perseguidos". l (Télam, AP y Reuters)