Lunes 28 de Noviembre de 2022
Carlos Alberto Rueda recibió el amanecer del sábado tomando en una esquina del barrio Olímpico donde todos lo conocían como “Chaque”. Se dedicaba al cirujeo y dos meses antes había discutido con un conocido por el robo de un celular. Esa madrugada volvieron a enfrentarse. En el mismo cruce de calles donde solían juntarse a beber, su compañero le asestó una puñalada letal en el tórax y otra en un brazo. “Chueco, ayudame”, fueron las últimas palabras de este hombre de 35 años al vecino que lo cobijó en el final de su vida.
Por el crimen de Rueda fue imputado la mañana de este lunes Marcelo Omar B., un hombre de 34 años que vive a pocas cuadras del lugar del ataque. Al llegar la policía, sus vecinos lo señalaron cuando se iba corriendo y lo detuvieron en Cullen y Ugarte y Pasaje 1313.
Al brindar sus datos personales al inicio de la audiencia, el acusado dijo que no recuerda su dirección porque vive con su madre en el barrio hace un año y las calles tienen "nombres raros”. No sabe leer ni escribir y trabaja en un taller de chapería y pintura. El fiscal Adrián Spelta lo imputó como autor de un homicidio simple. La jueza Silva Lamas le dictó la prisión preventiva por dos años.
“Yo estaba dentro de mi casa y escuché ruidos, corridas y gritos. Cuando salgo lo veo a este muchacho que le dicen Chaqueño. Ya estaba todo ensangrentado”, contó uno de los testigos, quien junto a sus vecinos llamó a la ambulancia y a la policía, y vio morir a Rueda en la esquina de Colastiné y calle 1379, frente a la casa de la víctima.
“Sé que fue un tal Marcelo. Lo vi corriendo por Calle 1379 hacia el norte, pero preferí asistirlo al Chaqueño”, agregó ante los policías del Comando Radioeléctrico que llegaron a esa esquina de la zona noroeste a las 7.30 del sábado.
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La víctima y el acusado vivían en el barrio que se levantó donde estaba previsto construir una villa olímpica, a pocas cuadras del inicio de la autopista a Santa Fe. Rueda vivía del cirujeo y trabajaba en una chatarrería cerca de su casa, en la esquina de Colastiné y la calle más importante del barrio, también conocida como Camino de Los Ladrilleros. En ese lugar solía juntarse a tomar por las noches con Marcelo.
Vieja discusión
Los vecinos contaron que la madrugada del sábado reanudaron una discusión por el robo de un celular, Marcelo fue a buscar un cuchillo y al volver le aplicó un puntazo en el costado izquierdo del pecho. Chaque cayó agonizante en la vereda.
La gente del barrio intentó frenar algunos autos que pasaban pero nadie se detuvo y el hombre murió frente a su casa. Marcelo B. fue detenido unos minutos después cerca de la suya.
Los conocidos de ambos contaron que habían estado varias horas charlando y tomando en la esquina. De Chaque dijeron que era “un tipo de buena familia pero con muchos problemas de adicción. La familia hace lo que puede para controlarlo, pero ahora la madre viajó al norte, de donde son oriundos, y pasó esto”, contó una vecina a este diario.
En la audiencia, el fiscal citó varios testimonios de vecinos que contaron cómo ocurrió el crimen. “Anoche lo vi a este muchacho Chaqueño con Marcelo. Hoy estaba durmiendo, me llamó mi hermanito y me dijo que Marcelo lo había apuñalado al Chaqueño y que estaba tirado en la casa de mi abuela”, les dijo uno de ellos a los policías que acudieron al lugar cuando el agresor se alejaba corriendo de la escena.
Un residente del barrio lo describió como “porrudo, alto, de prendas oscuras”, otro dijo que es “flaco, delgado, de rulos y tiene un aro en el cachete” y un tercero aportó que estaba vestido con jean, buzo y visera negra. Entre todos señalaron por dónde había escapado y los policías lo alcanzaron. Tenía manchas de sangre entre los dedos del pie izquierdo.
“Yo vi que un vecino del lugar llamado Marcelo, no recuerdo su apellido, lo corrió con un cuchillo en la mano y lo acuchilló en el pecho”, refirió otro testigo. Contó que Carlos estaba “tomado” en la esquina cuando Marcelo se acercó y lo atacó. “(Rueda) intentó defenderse y lo hincó otra vez en el brazo. Caminó unos treinta metros y se desvaneció en la esquina”. Luego, dijo, el agresor se fue corriendo al grito de “lo maté, lo maté” y Rueda murió en brazos de un vecino que intentó socorrerlo.
Según este testimonio, dos meses antes los hombres habían discutido porque Marcelo le robó a Chaqueño un celular. “Por eso Marcelo había desaparecido del barrio. Anoche cerca de las 3 de la madrugada se pelearon y el Chaque le dio un botellazo en la cabeza a Marcelo”, amplió. B. respondió con una amenaza: “Ya te voy a venir a matar”. Al rato regresó, arma en mano.
Desde su habitación, donde dormía, otro vecino escuchó la discusión previa al crimen. Lo despertaron los gritos del Chaqueño, que a las 6.30 decía: “Pará, pará, ya fue, ya fue”. Luego escuchó la voz del otro hombre con el que había estado “tomando desde la noche” y que siempre se juntaba con Chaqueño a beber, quien replicó: “No. ¿Qué ya fue?”.
“Cuando salgo —relató— lo veo al Chaqueño tirado en el piso y el que estaba tomando con él salió corriendo. Siempre lo veía por el barrio. Lo iba a salir a correr pero me quede con el chaqueño que estaba agonizando”.