Un mínimo error puede ser fatal. Los madrugadores lo saben bien, por eso, antes de salir, chequean cómo está el tiempo. Lo hacen como pueden, los mayores escuchan la radio; los más jóvenes, en una aplicación en el teléfono; los clásicos asoman la nariz por la ventana y confían en su sensibilidad.
Este sábado, el primero de abril, se encontraron con un amanecer tardío y frío, atrás quedaron las mañanitas del verano, por las que se bufaba por el calor pero que eran claras y prometedora y asoma el otoño como lo conocimos de chicos, antes del tan mentado cambio climático, que es y parece.
Según el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se espera una temperatura mínima de 7 grados, a primera hora de la mañana, y una máxima, de 23 grados, pasado el mediodía, las marcas que se estaban esperando en los tórridos días en los que arreciaba la ola de calor.
El cielo estará despejado, el sol brillará a pleno y el cima será seco, aunque la humedad promediará el 83%, nada que sorprenda a los habitantes de Rosario, la gran ciudad que se yergue junto al caudaloso río Paraná, con sus pro y sus contra. La presión rondará los 1019.8 hPa y el viento estará en calma.
La visibilidad será buena, de 15 kilómetros, un problema menos para los conductores que recorren las rutas del sur de Santa Fe en el comienzo del fin de semana. Los unos y los otros, si le toca transitar en las primera hora de la jornada deberán abrigarse, de no hacerlo correr el riesgo de padecer el primer resfrío del 2023.
El buen tiempo no durará, al menos eso es lo que vislumbra la previsión oficial que prevé para mañana, domingo, una mañana nublada, lluvias por la tarde y tormentas fuertes al caer la noche. Así que habrá que aprovechar para disfrutar del aire libre hoy, salir al sol, aunque esté fresco.