Hubo tango, folcklore, jazz, salsa, regaeton, flamenco y bachata. Pero, sobre todo, hubo mucha pero muchas ganas de ayudar. Ese fue el espíritu desplegado ayer por la tarde en la segunda edición de Rosario Baila, un evento que reunió a una veintena de academias, compañías y grupos de danza en el Monumento a la Bandera. El espectáculo sirvió para nutrir la despensa del Comedor Infantil Los Pumitas, donde diariamente almuerzan y meriendan unos 300 pibes del barrio toba de Empalme Graneros.
Desde las 18, grupos de amigos y familias enteras se acercaron al Monumento y las escalinatas rápidamente quedaron repletas. La consigna fue acercar un alimento no perecedero y se respetó con creces. La mayoría llegaba con sus bolsas del supermercado con yerba, arroz, fideos, azúcar y otros víveres.
Mientras tanto, por el escenario al aire libre más tradicional de la ciudad, desfilaban los alumnos de unas 20 agrupaciones que se sumaron a la iniciativa. Escuelas de salsa, academias de folklore, comparsas enteras y grupos de bailarines de la ciudad que actuaron en forma gratuita. En total, el evento reunió a unos 500 profesionales y estudiantes.
La sorpresa de la tarde fue la actuación del Ballet Glamoreé, dirigido por Pecky Land. “Los fui a ver al teatro, son buenísimos”, comentaba Susana, desde su reposera instalada en el Monumento y celebraba la posibilidad de participar del espectáculo.
Y los mismos aplausos se llevó la comparsa El sueño del rey Momo. Una vez más, la agrupación nacida en la zona noroeste de la ciudad hizo bailar a todo el centro.