En vez de estrellas en la alfombra roja, habrá piquetes. En vez de euforia, en Hollywood reinará la preocupación. Y es que el anuncio de los ganadores de los Golden Globe hoy se hará en medio del más absoluto estado de excepción.
En vez de estrellas en la alfombra roja, habrá piquetes. En vez de euforia, en Hollywood reinará la preocupación. Y es que el anuncio de los ganadores de los Golden Globe hoy se hará en medio del más absoluto estado de excepción.
Los habituales 20 millones de espectadores de la popular gala televisiva se tendrán que conformar con una formal rueda de prensa debido a la huelga de guionistas.
Si la transmisión se convierte en un fracaso, se verá afectado todo el sector, lo que augura sombrías perspectivas para la entrega de los Oscar prevista para el próximo 24 de febrero.
Hasta último momento seguirá el misterio en torno a cómo salvará la situación la cadena televisiva NBC, que tiene los derechos de la ceremonia y que maneja ingresos por publicidad de entre 10 y 15 millones de dólares.
El traslado de la entrega de premios al programa informativo parecía en principio una jugada hábil, porque los informativos no se ven afectados por la huelga de guionistas.
Sin embargo, las estrellas de Hollywood organizadas sindicalmente anunciaron que no acudirían a la ceremonia, porque no quieren dar a entender que están traicionando a sus colegas escritores.
En el mejor de los casos se pueden llegar a ver clips con saludos y escenas de los buenos viejos tiempos. Además, antes de la rueda de prensa, que durará una hora, hay prevista un programa especial, titulado "Going for Gold" de dos horas de duración, en el que se harán entrevistas a posibles ganadores como Ellen Page ("Juno"), Nikki Blonsky ("Hairspray") o James McAvoy ("Expiación, deseo y pecado").
El sindicato de guionistas teme que se esté armando una "gala bajo el velo de un programa de noticias". Los organizadores deberán contar con pérdidas en cualquiera de los casos. Según The New York Times, ya abandonaron el barco al menos dos patrocinadores y también la cifra de espectadores descenderá.
Un instituto de investigación económica de Los Angeles estima que las pérdidas ascenderán a unos 80 millones de dólares para los prestadores de servicios: desde los peluqueros a los maquilladores pasando por los diseñadores, que no pueden exhibir ante millones de personas sus nuevas creaciones. "Pagar por ese tipo de publicidad costaría cientos de miles de dólares", comentó el estilista de famosos Tom Kolovos al New York Daily News.
Para los actores la situación no es nada cómoda. Menos para las estrellas más jóvenes, a las que los Golden Globe suelen darle grandes posibilidades de partir bien ubicadas para los Oscar. Así fue como Hilary Swank se alzó con el premio mayor en 1999 después de recibir entre lágrimas de emoción el Golden Globe por "Los muchachos no lloran".
Con tanto debate respecto de las condiciones en que se celebran, los premios mismos casi perdieron toda atención. Y eso que este año parten como favoritas dos grandes producciones, que compiten por el premio a la mejor película.
El drama de amor británico "Expiación, deseo y pecado", basado en el best seller "Expiación" de Ian McEwan, cuenta con siete nominaciones. Sin embargo, lo nuevo de los hermanos Coen, "Sin lugar para los débiles", cosechó varios premios entre los críticos y es considerado por eso un firme candidato.