Chloé es una joven frágil y ex modelo que se enamora de su terapeuta, Paul. Unos meses más tarde, cuando se van a vivir juntos, ella descubre que su amante le ha ocultado una parte de su identidad, con la que Chloé se obsesionará. Esta es la historia que cuenta "Amante doble", la nueva película del director francés François Ozon que llega hoy a los cines de Rosario. Marine Vacht y Jérémie Renier protagonizan este thriller erótico presentado en la Sección Oficial del último Festival de Cannes.
La película, inspirada libremente en la novela "Vidas gemelas", escrita por Joyce Carol Oates bajo el seudónimo de Rosamond Smith, significa el regreso de Ozon a un género que domina, el thriller erótico. Para encarnar a la pareja protagonista, Ozon, en su largometraje número 17, recurre de nuevo a la actriz francesa Marine Vacht con la que ya trabajó en "Joven y bella" y al belga Jérémie Renier, en su tercera colaboración después de "Amantes criminales". Completan el reparto Jacqueline Bisset, Myriam Boyer, Dominique Reymond y Fanny Sage, entre otros.
"Admiro a Joyce Carol Oates desde hace tiempo por su escritura precisa, su sutileza psicológica, la ambigüedad de sus personajes y la inteligencia de sus relatos, y siempre me ha seducido el hecho de que sea grafómana", dijo el director francés, y añadió: "Cuando me enteré de que escribía novelas policíacas bajo el seudónimo de Rosamond Smith, me interesé por estos escritos supuestamente menores, convencido de que su imaginación desbordante sería propicia para el cine. Y así es como descubrí «Vidas gemelas»".
"Mantuve el punto de partida del libro: una mujer descubre que su psicoterapeuta, que ahora es su amante, tiene un hermano, también terapeuta. Joyce Carol Oates cuenta la historia con mayor realismo, mientras que yo la he convertido en algo más mental inscrito en una realidad más francesa. Sin embargo, la película contiene algunos de los temas predilectos de la escritora estadounidense, como la neurosis, el sexo y los gemelos", señaló Ozon.
Para el director europeo plasmar la figura del doble en la pantalla grandes "fue una forma de hablar de la diferencia precisamente partiendo de algo que es exactamente igual. Una forma de adentrarme en el yo partiendo del otro. Pero en realidad, he de confesar que lo que más me motivaba era jugar con las posibilidades visuales que ofrecía esta figura. Me permitía divertirme con la puesta en escena utilizando los espejos, las imágenes especulares, los reflejos y las pantallas partidas para hablar de la dualidad, de la identidad escindida. Y de la parte más monstruosa, violenta y retorcida que anida en nuestro interior".
Ozon contó que le gustó tratar a unos gemelos idénticos como "algo fascinante, monstruoso y artístico". Entonce, detalló, surgió la idea de que Chloé trabajara en un museo. En cierto modo, se ve contaminada por las obras que vigila. Al principio, las colecciones parecen bastante estéticas, pero a medida que avanza la película se hacen más orgánicas y monstruosas, como si Chloé proyectara en ellas su creciente malestar, explicó.
Además, Ozon hizo hincapié en que llevaba tiempo queriendo transcribir cinematográficamente la experiencia de una sesión de psicoanálisis. "Al principio solo está el monólogo de Chloé delante de su psicoanalista; habla de sus sueños, de lo que siente, de sus sentimientos, de su familia... Esto puede provocar cierta angustia en el espectador, quien podría preguntarse si la película va a seguir así durante hora y media", expresó el director, y añadió que "si se escucha con atención o si se vuelve a ver la película, uno se da cuenta de que todo queda dicho en estos primeros diez minutos, aunque quizá no se oiga".
Ozon explicó que rodó sus últimas películas en 35 milímetros, pero para hacer "Amante doble" eligió volver al digital y así experimentar con una imagen más contemporánea, más nítida.
Cuando nació este proyecto hace cuatro años el director francés no había pensado en Marine Vacht para el rol femenino protagónico porque era demasiado joven para el papel. Pero al volver a retomarlo después de su filme "Frantz", Marine había madurado, había sido madre y se había convertido en mujer. "Además, teníamos muchas ganas de volver a trabajar juntos", dijo el cineasta. "En «Joven y bella», Marine encarnaba a una adolescente silenciosa, opaca y misteriosa en la que se proyectaban diversas interpretaciones. En cambio, esta película hace un auténtico trabajo de composición, de intérprete consumada. Lleva el secreto en su interior, busca la llave y la acompañamos en su investigación. Entramos en su cabeza, sus fantasías y su vientre", explicó.
Con relación a Jérémie Renier, Ozon dijo que seguía pensando en él como el adolescente que había conocido en 1998 cuando rodó "Amantes criminales". "Por lo cual lo hice para unas cuantas pruebas, casi convencido de que carecería de la madurez necesaria para el papel. Me quedé gratamente sorprendido. Había adquirido fuerza, virilidad. Y en cuanto hizo una prueba con Marine, sentí que había una química erótica entre los dos".
De nuevo juega con las estructuras del guión para crear un espacio muy sugestivo de ambigüedad. Es mi película más psicológica. Nunca se llega realmente a saber si lo que estamos viendo corresponde a un estado mental o sucede de verdad. Quería meterme en la cabeza de Chloé, también en su sexo, en sus fantasías más oscuras, y navegar a través de ellas como si estuviéramos en un sueño.
imagen. Paul, un terapeuta, y Chloé, una ex modelo en crisis, conforman la pareja del filme de Ozon.