El imaginario de los chicos es infinito y El Quinteto Municipal de Cuerdas lo sabe muy bien. Por eso editaron “Pororó”, un trabajo de 16 temas, de los cuales 14 son creaciones de Carlos Pagura y Marcelo Ajubita, con el que se abre una ventana didáctica a través de talleres escolares. Pero claro, el disco tiene música, y de la buena. Para comprobarlo, el grupo formado por Pagura (contrabajo), Ajubita (viola), Leandro Curaba (primer violín), Francisco Plano (segundo violín) y Virginia Morelli (violoncello) muestra en vivo lo suyo este martes, a las 14.30; el jueves 15 y el jueves 29, a las 10, en la Isla de los Inventos (Wheelwright 1402), con entrada gratuita. “Este material es para despertarles la curiosidad a los chicos”, dijo Carlos “Charli” Pagura.
—¿Cómo salió la inquietud de hacer música para niños?
—El Quinteto Municipal de Cuerdas siempre hizo conciertos didácticos en las escuelas, pero consistía en mostrar al quinteto, los instrumentos, y nada más. Y como este laburo nos gusta y nos interesa, hablamos con Marcelo (Ajubita), y como los dos componemos, nos planteamos hacer algo que pueda agregar una vuelta de rosca más, aportar contenidos, que es lo que tiene este disco.
—¿Los docentes captaron de inmediato la propuesta de ustedes?
—Sí, en los talleres didácticos nosotros laburamos con otros ejemplos y músicas y le dejamos este disco a los docentes para que lo trabajen con los pibes. Ya de esa experiencia han surgido cosas, incluso lo que nosotros sugerimos en el disco por ahí lo usan de otra manera y tienen mejores resultados. Es un material que da para cualquier cosa, como debe ser.
—En “Auto viejo en la montaña” es un buen ejemplo de cómo asociar un hecho de la vida cotidiana a la música, por nombrar sólo un caso.
—Todos esos ejemplos son cosas súper sencillas y prácticas, no partimos de la teoría ni de enseñar un contenido, sino de cosas simples para que los chicos puedan identificar nuestro laburo. Todo es motivación para despertarles la curiosidad y el interés, después el laburo de enseñanza, incluso con el pdf de las partituras que tiene el disco, lo tendrá que hacer el docente.
—¿Más allá de lo didáctico, esto abre una ventana para que los chicos ingresen de un modo descontracturado a la música clásica?
—Claro, lo que pasa es que uno lo asocia a la música clásica por el tipo de instrumento, pero en realidad es música. A los chicos no les vas a tocar un repertorio de música clásica porque se te duermen a los dos minutos, lo que hay que hacer es interesarlos. Cualquier música se puede hacer con estos instrumentos, lo que hay que hacer es crear los contenidos, no es tan común que un quinteto de cuerdas haga este tipo de repertorio para chicos, eso es lo novedoso.
—¿Qué respuesta obtuvieron de los niños en las oportunidades que mostraron parte del material?
—Mirá, el material completo todavía no lo mostramos nunca, hemos hecho cosas sueltas, “La chacarera golpeadita”, la del auto viejo, “El copión”, y en realidad los chicos son muy curiosos, y cuando les interesa algo siempre hay buena respuesta. Con la chacarera, por ejemplo, nosotros sacamos la conclusión de que al usar los instrumentos de un modo totalmente informal, los pibes empiezan a seguir el ritmo automáticamente. Hacen lo mismo que nosotros pero con la pierna, con los pupitres, con los pies, están usando lo que tienen a su alcance para participar del ritmo. Ahí ya lograste algo, hay una conexión con la música, ellos están poniendo en práctica lo que oyen y lo hacen con lo que tienen a mano, eso es una prueba de que lo que hacemos funcionó.
—Dado el buen resultado de este disco, ¿habrá una segunda parte de “Pororó” o bien otro trabajo destinado a los niños?
—El disco se llama “Pororó” porque nos pareció un nombre sonoro y nada más. Esto se dio gracias a Luis Alfonso, de la Secretaría de Cultura, porque él nos dio una mano para que este disco salga fuera del presupuesto oficial de Cultura, y es un reconocimiento a nuestro trabajo. Pero esto no termina acá, ahora grabamos otro disco, que también es para niños, pero que es más delirante todavía.
—¿Qué nos podés adelantar de ese trabajo?
—Es un disco de canciones interpretadas por algunos rockeros rosarinos, que contiene 18, 19 canciones, que son todas desconocidas. Algunas las compusimos Marcelo Ajubita y yo, y hay otras de músicos rosarinos y uruguayos. Se llama “Cosa de chicos” y está previsto que salga para fin de año. Cantan Pichi de Benedictis, Irene Cervera, Fernando de la Riestra, Juan Baglietto, Ethel Koffman, su hija, Jorge Fandermole, Popono, Caburo, mi hermano (Rubén Pagura) y hasta un sobrino mío. Es para chicos, pero la verdad que también es para que lo escuchen los grandes.