“Esta película no para de darme alegrías desde el comienzo del rodaje”. Lucía Puenzo
contó a La Capital que su ópera prima, “XXY” que ganó el premio Goya a la mejor
película hispanoamericana, es en realidad el premio a “mucha gente”. La directora, hija
de Luis Puenzo, explicó desde Madrid que el galardón tiene una doble función: es un
“espaldarazo” para su película y puede funcionar como un estímulo para avivar el
irregular interés de los eventuales espectadores. El filme fue precandidato al Oscar y también fue
premiado en varios festivales internacionales como Cannes y Montreal, entre otros.
—¿Esperabas el premio?
—Había mucha incertidumbre. Dos de las otras tres películas sé que
son muy buenas. Argentina venía ganando Goyas hace unos años seguidos y la sensación era que iba a
ser para otro país. En ese sentido fue una sorpresa que Argentina se llevara el premio.
—¿Y personalmente qué significa?
—Esta película no para de darme alegrías desde el comienzo del
rodaje. Sobre todo por el equipo incondicional que me acompañó haciendo una ópera prima. En ese
sentido creo que es una creación colectiva y es un premio de mucha gente. Recién anoche tomé
conciencia de la importancia que tiene el Goya en España y en Europa. Es un espaldarazo para
“XXY” que está en las salas en este momento en España y también para el cine porque
cada día es más difícil llevar espectadores.
—¿Creés que el panorama en la Argentina es similar?
—En todos lados. Es preocupante lo que está pasando con el cine y
cuántos espectadores menos hay por año en cada país. Es una preocupación para todo el mundo, desde
los productores hasta los directores. También es cierto que el mundo va cambiando y que hay que
encontrar nuevas formas de que la gente vea tu película, pero cada año cae el número de
espectadores. Y eso que “XXY” tuvo casi 200 mil espectadores.
—¿Habría que pensar nuevas estrategias de difusión?
—Es que ojalá se pueda seguir teniendo un cine cuya existencia no
dependa de tener que hacer 150, 200 ó 700 mil espectadores; que pueda haber circuitos alternativos
y películas de muy bajo presupuestos y tal vez un relato más radical que pueda seguir existiendo
aunque hagan 10 mil espectadores.
—¿La competencia hoy es la piratería o la televisión?
—Sin dudas que la piratería está cambiándolo todo. Habrá que
inventar otras formas de hacer las cosas. Creo que el cine en muchos sentidos está en un momento de
mucho cambio y ruptura, inventando nuevos formatos, con bajísimos presupuestos que te permitan
filmar con absoluta libertad. En cuanto a la televisión, creo que hoy cada vez más se está ubicando
en un lugar distinto. De la televisión empiezan a quedar series de culto, y después hay otra que no
funciona así. Creo que cada formato se reinventa a sí mismo.
—¿Pensás hacer como algunos colegas tuyos e incursionar en la
televisión?
—No lo sé. En este momento estoy muy metida en mi próximo
proyecto, “El niño pez”, pero todo puede ser, aunque no tengo mucho margen para nada
más.
—¿Dirigir en televisión podría funcionar como una estrategia de
difusión del trabajo en cine?
—En general lo pienso al revés. Primero pienso en el personaje que
me gusta, o la historia y después en todo caso, cuál es la mejor forma de contarlo. No es que de
antemano está el formato. Tal vez dentro de un año aparece una idea para una miniserie que está
bien. Yo no tengo prejuicios con eso, pero por ahora no tengo esa idea.
—¿Tu apellido te obliga a hacer todo bien?
—No, el apellido no obliga a nada. Hay veces que ayuda puertas
adentro. Tener mucha gente en mi familia que hace cine muchas veces es un apoyo, pero otras uno
tiene que demostrar por partida doble que puede hacerlo solo.
—¿Qué se siente ser una celebridad en España?
—No... (risas) Hay muchas, pero yo no soy una de ellas. En
realidad no me interesa. La verdad que lo que me interesa es volver a casa y filmar mi próximo
libro.