Arriba del escenario, aquellos que buscan en las artes escénicas algo más que exponerse. Aprendizaje que le dicen. Abajo, aquellos que siempre están. En esa comunión de entre quienes están aprendiendo y los que apoyan incondicionalmente se nutre El Teatrillo para presentar dos comedias anuales y conformar un fenómeno que ya lleva más de 20 años en Rosario. Instalados como en el medio de lo que comúnmente se denomina teatro vocacional y teatro independiente, los talleres que imparten las actrices y directoras rosarinas Luciana Evangelista y Daniela Ominetti siguen su rumbo de enseñar y producir. Decirlo es fácil, lo difícil es año tras año montar las obras y ofrecerles a los alumnos-intérpretes un lugar palpable y auténtico de expresión teatral.
De todos modos es necesario observar que las funciones trascienden la muestra del año de trabajo, ya que éstas se presentan abiertas para todo público, elevándolas así a la categoría de una obra teatral, más allá de las cuestiones pedagógicas intrínsecas.
Es en ese marco que, además, se forja un rito propio de esas lides artísticas que queda, no en manos de los artistas, sino de su público. Es decir, cada función aúna a quienes asisten al teatro por cuestiones familiares, de amistad o cercanía, generándose un clima de aceptación, bullicio y diversión que trasunta la puesta y se instala directamente en la platea. Es un instante donde no hay crítica ni evaluación y sí flexibilidad y alegría, rasgos que descontracturan la oferta artística, con los beneficios que eso conlleva para los intérpretes, las directoras a cargo y para el público presente también.
21 AÑOS DE LABOR. Los talleres de teatro El Teatrillo son un emprendimiento de Evangelista y Ominetti que acaban de cumplir 21 años de trabajo, y que, en ese período, han formado a cientos de adolescentes y adultos en el arte de la actuación. Las teatristas fueron hace 15 días galardonadas en la sala Arteón con el premio La Gordillo que entrega todos los años la Asociación de Teatros Independientes de Rosario en reconocimiento a su labor.
Este año, el tándem mencionado preparó 15 elencos, en los que se entremezclan intérpretes de diferentes edades y preparación, divididos en dos obras que se fueron presentando desde las últimas semanas de noviembre.
Mientras que Ominetti dirige "Es la historia de un amor, fantástico", Evangelista hace lo mismo con "Marido se busca", ambas comedias de texto original.
TRASCENDENCIA. Es interesante destacar también, sin hacer una innecesaria valoración de las actuaciones, que esa y otras escuelas de teatro no funcionan sólo como semillero de grandes figuras, sino también como grupos de contención, solidaridad y hasta de alcances terapéuticos, y por supuesto de compañerismo y amistad.
En síntesis, lo que en algún momento se proyectó como un espacio de aprendizaje, hoy ya ha traspasado el límite de los talleres y todos los años El Teatrillo monta obras de amplio alcance. Y con su estrategia de utilizar medio año para dar clases y entrenar a los actores y actrices, y medio año para el montaje de sus propuestas, se ha transformado en un polo de producción teatral, donde se ofrece la posibilidad de actuar en un encuadre real. Quizás una forma didáctica de poner a los artistas en escena con una versión concreta del trabajo, esperando, como todos los docentes, que luego cada uno de sus alumnos pueda montar sus propias producciones. Lo que se dice una apuesta al futuro de las tablas de Rosario.