Las muertes de muchos músicos emblemáticos dejaron un sabor amargo en el balance
Por Carolina Taffoni
Las muertes de muchos músicos emblemáticos dejaron un sabor amargo en el balance
Es muy duro escribir un anuario musical del 2016, porque es un año indiscutiblemente marcado por las pérdidas. El impacto de algunas muertes inesperadas superó cualquier entusiasmo por los discos editados o por posibles revelaciones. La música detuvo su ritmo para recordar su propia historia, para rescatar canciones inolvidables y para reflexionar sobre figuras que dejaron una marca imborrable en el rock y en la música popular en general. Los nombres de David Bowie, Prince y Leonard Cohen -por citar sólo algunos- se convirtieron este año definitivamente en leyenda, mientras el rock trata de sobrevivir sin la presencia de sus músicos más influyentes.
Ya sobre finales del 2015 (el 28 de diciembre) había muerto un ícono como Lemmy Kilmister, el líder de Motorhead. Y a los pocos días (el 10 de enero), el mundo se despertó con la noticia de la muerte de David Bowie. La muerte de Bowie fue un sacudón terrible. El mundo del rock quedó en shock. Apenas dos días antes el Duque Blanco había editado su nuevo disco, "Blackstar", un álbum con impronta jazzera y experimental que remitía a trabajos como "Outside". Muchas letras del disco sonaban oscuras, tristes y finales, pero nadie sospechó lo peor: Bowie estaba enfermo de cáncer y mantuvo su enfermedad en completo secreto mientras grabó el álbum.
"Blackstar" cosechó excelentes críticas, tanto antes como después de la muerte de Bowie, y se transformó no sólo en uno de los discos del año, sino también en un acontecimiento artístico sin precedentes. Cuando parecía que Bowie ya lo había dado todo, a los 69 años, enfermo y en pleno tratamiento, grabó uno de sus mejores discos de los últimos años, enfrentando un tema tan complejo y doloroso como la proximidad de la muerte.
La influencia de Bowie en el mundo de la música fue tan vasta que los homenajes se multiplicaron en ámbitos muy diferentes y en todo tipo de ceremonias de premios. Desde Lady Gaga hasta Lorde, pasando por músicos argentinos y hasta locales como Jubany rindieron tributo a la obra del Duque, que marcó a varias generaciones desde los años 70 hasta este siglo.
Desgraciadamente, la muerte de Bowie iba a marcar el tono lúgubre del 2016. Otra muerte sorpresiva ocurrió el 21 de abril cuando, tras varias alarmas y horas de incertidumbre, se confirmó que había fallecido Prince. El genial músico de 57 años fue encontrado muerto en su residencia, conocida como Paisley Park, en Minnesota. En los primeros días se dijo que Prince venía luchando contra una gripe, pero en junio se reveló que la causa de la muerte de debía a una sobredosis de analgésicos opiáceos. El cantante estaba de gira, en plena actividad, aunque sufría severos dolores de cadera. El mundo de la música, y en especial la comunidad negra, lloró la muerte de Prince y celebró lo mejor de su obra, que brilló en los años 80, y que influyó a músicos de distintos géneros, desde el rock hasta el hip hop.
Tal vez por su avanzada edad (82 años), la muerte de Leonard Cohen no tuvo un corte tan trágico como las anteriores. Sin embargo, el músico, poeta y novelista canadiense acababa de sacar un disco, "You Want It Darker", y en los últimos años había estado muy activo. El autor de clásicos como "Suzanne" y "Famous Blue Raincoat" murió mientras dormía después de una caída en la mitad de la noche el 7 de noviembre. En su legado figuran algunas de las mejores canciones del siglo XX, y su voz grave y su tono pesimista y oscuro dejaron una marca en muchos cantautores más jóvenes.
Un duelo constante. Muchas otras figuras de la historia del rock se fueron este año: el virtuoso pianista Keith Emerson y también el cantante, guitarrista y bajista Greg Lake (los dos de Emerson, Lake & Palmer); el productor George Martin, el genio que le dio forma al sonido de Los Beatles; el cantautor Leon Russell, compositor del clásico "A Song For You"; Glenn Frey, miembro fundador de los Eagles, y Paul Kantner, líder de Jefferson Airplane.
La música argentina también perdió a músicos tan talentosos como emblemáticos. El saxofonista rosarino Leandro "Gato" Barbieri falleció el 2 de abril, a los 83 años, en Nueva York. El Gato está considerado uno de los mejores saxofonistas latinoamericanos de la historia. Comenzó tocando en la orquesta de Lalo Schifrin en la década del 50, y en los 70 compuso la banda de sonido de la película "Ultimo tango en París", lo que le dio proyección internacional. También en los 70 combinó el free jazz con el folclore argentino y latinoamericano, logrando un sonido muy original.
Poco después de cumplir los 100 años falleció Horacio Salgán, uno de los máximos referentes del tango y uno de los iniciadores del llamado "tango de vanguardia". La música ciudadana también perdió al popular Mariano Mores, autor de clásicos como "Uno", "Gricel", "Adiós pampa mía", y "Cafetín de Buenos Aires"; y al bandoneonista, director y arreglador Raúl Garello, que por 12 años integró la orquesta de Aníbal Troilo. El temprano adiós del acordeonista Nini Flores (sólo tenía 50 años) fue tal vez el golpe más doloroso para la música popular argentina. Solo o con su hermano Rudi, Nini Flores era un referente fundamental del chamamé, un eslabón imprescindible que ligó el pasado y el futuro del género.
Grandes regresos. En el terreno de las ediciones y los shows en vivo, este 2016 no fue un año de grandes sorpresas, si bien salieron algunos discos interesantes. Entre los grandes regresos se contaron Los Rolling Stones, que volvieron con su primer disco de estudio en once años, "Blue & Lonesome", un álbum de versiones en el que retomaron sus raíces bluseras. El veterano Iggy Pop también volvió a su mejor forma con "Post Pop Depression", su mejor disco en años, que contó con la producción y la ayuda de Josh Homme, el líder de Queens of the Stone Age.
Después de cinco años de silencio, Radiohead regresó con "A Moon Shaped Pool", demostrando que su estilo ya es una marca registrada, y Metallica se despachó con un álbum doble, "Hardwired? To Self-Destruct", que no logró conformar a todos. Otra vuelta inesperada fue la de Sting, que sacó un disco de rock ("57th & 9th"), después de años de coquetear con los musicales y la música clásica.
Entre los discos más elogiados por la crítica figuraron el "Blackstar" de David Bowie; "Lemonade", de Beyoncé; "The Life Of Pablo", de Kanye West; "Stranger To Stranger", de Paul Simon y el desolador "Skeleton Tree", de Nick Cave. El grupo británico The 1975, liderado por el carismático Matthew Healy, se trasformó en una revelación con su segundo álbum, "I Like It When You Sleep...", y el rapero canadiense Drake se convirtió en un fenómeno con su hit "One Dance", que fue la canción más escuchada del año con 970 millones de reproducciones online.
En medio de la rutina de los Grammys y otros galardones, el premio sorpresa del año fue el Nobel de Literatura para un prócer del rock, Bob Dylan. Fiel a su fama de difícil y ermitaño el viejo Bob no fue a recibir el premio de la Academia Sueca. En su lugar designó como embajadora a Patti Smith, que viajó a Estocolmo y cantó el clásico "A Hard Rain's A-Gonna Fall". En un momento, emocionada, la cantante quedó en blanco y se saltó una parte de la letra.
Estado de espera. El mainstream del rock argentino sigue en estado de espera, mientras en el under surgen propuestas novedosas (ver recuadro). Los protagonistas del regreso del año fueron Los Fabulosos Cadillacs, que editaron su primer disco completo con canciones nuevas desde 1999. El grupo liderado por Vicentico volvió con "La salvación de Solo y Juan", un ambicioso álbum en formato de ópera rock que ganó dos Grammy latinos. Los Illya Kuryaki también se llevaron dos Grammy por "La humanidad o nosotros", su CD de 2016.
Andrés Calamaro estuvo muy activo este año. El Salmón editó "Romaphonic Sessions", un disco de sólo voz y piano con versiones y temas propios, y "Volumen 11", un álbum con canciones nuevas. El Indio Solari siguió convocando multitudes, pero después de meses de rumores él mismo confirmó en un recital en Tandil que padece de mal de Parkinson. De todas formas, el ex líder de los Redondos trató de quitarle dramatismo al asunto y ya anunció que está trabajando en un nuevo disco y fijó fecha para un próximo show en Olavarría el 11 de marzo próximo.
Si hablamos de bandas no se puede evitar nombrar el ascenso de La Beriso. El grupo liderado por Rolo Sartorio se afianzó como uno de los más populares de la Argentina: es el más escuchado en Spotify entre las bandas argentinas, tocó en el estadio de Ferro y cerró el año con un show en la cancha de River.
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