U2 hizo escala el martes a la noche en el Estadio Unico de La Plata —en el marco de la gira mundial por los 30 años del lanzamiento de su disco "The Joshua Tree"— en donde ofreció un show en el que apeló a sus hits de los años 80, en un intento de recuperar el sonido que lo hizo famoso en sus inicios y del que se fue alejando de a poco a partir de la década del 90.
En la primera de las dos noches previstas en su cuarta visita al país, el grupo comandado por el cantante Bono recurrió a su repertorio más celebrado, e incluso apeló durante gran parte del concierto a visuales más ligadas a la imagen cultivada en las portadas de sus primeros álbumes, con predominio del blanco y negro, aunque la frescura de antaño sólo apareció en algunos pasajes del recital. En este sentido, el gran profesionalismo alcanzado por el grupo a lo largo de tantos años de trayectoria le jugó por momentos en contra y le quitó calidez a muchas de las canciones de "The Joshua Tree", más allá de las impecables interpretaciones.
Ante un estadio repleto, la banda hizo su irrupción en escena a las 22.20, ni bien finalizó el partido entre Argentina y Ecuador, un evento transmitido por pantalla gigante para los presentes, lo cual aplazó casi una hora y media el horario de inicio del recital de acuerdo a los planes iniciales. Este discutible hecho, producto un poco de la conocida demagogia de la banda y otro poco de la omnipresencia del fútbol en nuestra cultura, aportó para que el clima previo al concierto no fuera el adecuado a un recital de rock. Esta decisión también atentó contra el show de Noel Gallagher, que subió al escenario a las 19, antes del partido, y la lejanía con el show principal lo condenó al olvido sobre el final de la noche.
Aunque el repique de la batería que indicó la introducción de la excelente "Sunday Bloody Sunday" fue lo suficientemente vibrante como para prometer una gran noche, la respuesta del público pareció mostrar cierto delay a la hora de demostrar su efusividad. Más allá de eso, el arranque fue uno de los puntos más altos del show, con el mencionado tema, seguido por "New Year's Day", "Bad" (con su homenaje a David Bowie sobre el final con un pasaje de "Heroes") y "Pride (In The Name Of Love)", en donde la pantalla se encendió por primera vez para reproducir un fragmento del famoso discurso de Martin Luther King en el Memorial de Washington.
Toda esta parte del show se realizó en un escenario montado en una pasarela al final del escenario principal, insertado en el corazón del campo del estadio. "Gracias por venir hasta aquí para vernos", exclamó el cantante, en un esforzado español, para luego intentar congraciarse con los aficionados locales al expresar: "Gracias por Lionel Messi. Dios existe", gritó.
Al finalizar esta primera parte del concierto, el grupo se trasladó al escenario principal y repasó en su totalidad el disco "The Joshua Tree", cuyo inicio con "When The Streets Have No Name", "I Still Haven't Found What I'm Looking For" y "With Or Without You" pareció extender la seguidilla hitera del comienzo. Toda la melancolía de las primeras tres canciones de este disco se rompió con la potente "Bullet The Blue Sky", en uno de los pasaje más intensos de la noche, en donde la potencia de la banda y la conexión de Bono se conjugaron para una inspirada interpretación.
Corrección política
El resto del repaso del disco producido por Daniel Lanois alternó pasajes de monotonía con intervenciones más felices, como el caso de "Trip Through Your Wires". También cabe destacar "Exit", sobre todo por el rol teatral de Bono. En cambio, "Mothers Of The Dissapeared" pretendió aportar el momento sensible y terminó enredado en un simbolismo básico y en la corrección política, del mismo modo que ocurrió con el homenaje a las mujeres en los bises, con la canción "Ultraviolet" y su pastiche de figuras femeninas emblemáticas en la pantalla, en un combo que mezcló a la Madre Teresa, Eva Perón, Mercedes Sosa, Angela Merkel y Gloria Estefan, entre otras.