Hernán "Cabra" de Vega no se calla nada, ni le interesa. Desde el primer disco de Las Manos de Filippi "Arriba las manos, esto es el Estado", de 1998, le tiró nafta al fuego político con "Señor Cobranza", popularizada por Bersuit. A casi dos décadas de aquel debut, la banda presenta hoy "M.A.C.R.I, La Transición", primera parte de un disco compuesto por tres capítulos, que se coronará el año próximo cuando el grupo cumpla 25 años. La cita es hoy, a las 21, en Vorterix (Salta y Cafferata), con una previa de lujo a cargo de los locales Carmina Burana, quienes amenizarán un "antifestival de la primavera". Cabra charló con Escenario sobre las diferencias entre la militancia real y la artística, el valor de las canciones de protesta y por qué decidieron ponerle a este disco el apellido camouflado del presidente de la Nación.
—¿Cómo fue que se les ocurrió jugar sobre las siglas M.A.C.R.I.?
—Las siglas significan Mente Anti Capitalista Revolucionaria Internacional. Primero salió la idea de Macri y después empezamos con las siglas. Estamos a un ritmo de tirar propuestas que ya ni nos acordamos cómo surgen, además estamos pensando en grabar y somos una máquina de tirar ideas, algunas de ellas las podemos cazar y llevar adelante.
—¿Hacia dónde va la transición que citan en el título?
— La transición capitalista es un poco demostrar algo más de este sistema y hacemos hincapié de que hay que luchar con la misma tenacidad que antes, ni más ni menos.
—O sea ustedes no ven diferencias en las políticas kirchneristas y las macristas. ¿Te parece que son tan parecidos ambos gobiernos?
—Sentimos que Macri es un títere más. Y que el ajuste, que no pudo hacer el kirchnerismo por llevar adelante esa imagen de populares, ahora lo hace el macrismo con este discurso más de derecha, los dos son medio lo mismo. Pero ahora, en este trabajo insistimos con una crítica más a fondo.
—¿Cómo es el formato de este disco, que a priori es atípico?
—Es algo que inventamos ahora, como los temas eran muy actuales, los quisimos hacer y largarlos, grabamos "La grieta", "Plusadicción", "Qué miedo" y "Si yo fuera el sistema". Todos tienen poco más de un mes, porque la idea fue sacarlos rápido para que no pierdan vigencia. Por eso hicimos el primer capítulo ahora, en el verano lanzaremos el segundo, con el objetivo de editar un tiempo después el tercer capítulo. Ahí vamos a armar el disco con los 12 temas y cerraría todo con los festejos de los 25 años de banda con un documental.
—¿Creen que un tema como "Señor Cobranza" y este trabajo de "M.A.C.R.I." gira siempre sobre tópicos similares. ¿El enemigo para ustedes es siempre el mismo?
—Más que pensar en el enemigo es cómo estamos hurgando en eso que la mayoría de las personas creen, pero quizá está en un submundo que no dicen los medios. Hoy la gente se creyó lo de la grieta, pero nosotros siempre decimos que es una grieta totalmente ficticia, porque la grieta real se dio en 2001. En "Señor Cobranza" salíamos a decir que eran todos narcos, en ese momento todos lo decían pero nadie lo había cantado, fijate que hoy decir que son todos narcos ya es algo obvio.
—¿Sienten que la misión de la banda no es otra que cantar en contra del sistema y a favor del pueblo?
—La misión nuestra por militar y combatir el sistema la tenemos bien centralizada. Yo milito en el Partido Obrero hace casi 30 años y tenemos nuestra asamblea de músicos y participamos de organizaciones políticas donde ahí sí decimos todo lo que hay que decir y somos claros. Con respecto a la música, también creemos que es para divertirse y no deja de ser ficción, pero esto de la música de protesta es un estilo que existió siempre y nos interesa seguir aportando cosas nuevas. Lo mejor que podemos hacer por ese estilo es hacer cosas actuales. Las Manos de Filippi fue la primera banda en nombrar a políticos y a partir de eso abrimos puertas y seguimos investigando y creando un estilo. Pero no lo hacemos para dejar un legado político, si no para avanzar en esto de la canción de protesta, aunque no creemos que haya que militar con la música.
—Pero por las temáticas de sus canciones parece todo lo contrario.
—No, para nada, al contrario, los músicos tienen la misma obligación de militancia que cualquier otro trabajador, hagan la música que hagan, de hecho la mayoría de los músicos no se puede dar el lujo de hacer sus canciones.
—¿Por qué no son muchos los que cantan en contra del sistema y son cada vez más los que hacen temas superficiales?
—Lo que pasa es que la música hoy es un negocio más grande de lo que era hace un tiempo y está cada vez más privatizado. Lo que tenemos que hacer los músicos para seguir con la lucha es olvidarnos de la música y que cada uno haga lo que pueda o lo que le sale o lo que tenga la capacidad de hacer, pero por otro lado que sí tenga la responsabilidad de organizarse y luchar por sus derechos como músico y trabajador. Hay que correr la música del plano en donde se pelea. Nosotros hacemos música de protesta pero también nos damos la libertad de hacer otra música, y si tendríamos que hacer un single publicitario también lo haríamos porque tiene que ver con el trabajo de ser músico.
—En abril cumplen 25 años de carrera ¿Cuál es el logro de la banda en todo este tiempo y en qué sienten que están en deuda?
—Estamos muy contentos con poder grabar, tener nuestro estudio, tener la banda en armonía y creativamente dispuesta. También poder salir a tocar todos los fines de semana, porque aprendimos con los años a trabajar y qué era lo que había que hacer para poder estar así de bien. La deuda es poder mantener eso como un trabajo muchos años más, no lo veo como una deuda, bah, si no que la tarea sería poder seguir así, aprendiendo y creciendo, conocer lugares nuevos. Por ejemplo, nuestra deuda era poder viajar a tocar a México, y recién este año lo pudimos hacer después de 24 años, así que somos conscientes que haciendo las cosas bien podemos hacer todo lo que querramos.