Nicolás "Colacho" Brizuela parte el miércoles que viene rumbo a París para presentarse junto a la bandoneonista, cantante y flautista Ninon Valder en una seire de conciertos en salas europeas. Pero antes pasará por Rosario para conmemorar los 20 años de la desaparición de Atahualpa Yupanqui con una actuación que compartirá hoy, a las 19.30, con el escritor Sergio Pujol en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, con entrada libre y gratuita. Mañana subirá al escenario de El Aserradero, Montevideo 1518, para ofrecer un espectáculo acompañado por el guitarrista Luis José Luis Torres y músicos invitados.
Colacho nació en La Rioja pero desde muy joven se radicó en Buenos Aires donde estudió guitarra y composición. Paralelamente inició una carrera que lo relacionó con músicos como Dino Saluzzi, Rodolfo Mederos, Roberto Grela, Ariel Ramírez, José Oyola, Alfonso y Zabala, Chito Zeballos, Víctor Heredia, Horacio Guarany, León Gieco, Alfredo Abalos, Fito Páez y Mercedes Sosa, entre muchos más.
Su trabajo junto a Mercedes Sosa quizá sea el que mayor impacto produjo en el público. Con ella se presentó en escenarios de todo el mundo y grabó 27 discos. Desde 2004 sigue su carrera como solista y grabó "Tangos", junto al bandoneonista Rodolfo Mederos que le valió un Grammy Latino en 2001; "Tango 12, guitarra y contrabajo", premio Clarín 2005 y "Nos volveremos a ver", en homenaje a Bill Evans.
A pesar del impresionante currículum que lo precede, el músico mantiene la reposada modestia aprendida en su primeros años pasados en La Rioja, tierra de músicos donde "Hay guitarra para rato", según su opinión transmitida a Escenario en una charla telefónica.
—¿Hay una escuela guitarrística riojana?
—No. Lo que hay son buenos guitarristas. Todos vamos siguiendo el hilo de los pioneros como Eduardo Falú por el Norte; (Atahualpa) Yupanqui y (Abel) Fleury por la Pampa; Alfonso y Zabala, en Cuyo, y Roberto Grela, en Buenos Aires. También de Los Tres para el Folclore (Luis Amaya, Lalo Homer y Chito Zeballos). En La Rioja hubo y hay guitarristas.
—Usted hace folclore, tango y jazz ¿Qué género exige más al guitarrista?
—No es que exija la música. Grela no era malabarista de la guitarra pero ¡tocaba tan bien! Porque una cosa es tocar mucho y otra cosa es tocar lindo. Roberto tocaba lindo. El malabarismo es para los ojos. Cuando estudiás te vas dando cuenta cómo se debería tocar la música.
—¿Qué guitarristas merecen su respeto?
—Toda esa gente que nombré son referentes de mi música. También me gustan (George) Benson (John) McLaughlin, Baden Powell, Paco De Lucía. Me crié escuchando radio, que no podés volverla atrás. Siempre paso y escucho, y así se va formando el estilo de uno mismo. Paco de Lucía cambió el flamenco y ahí está el valor de todo esto: el aporte.
—En la memoria quedó su trabajo con Mercedes Sosa.
—Sí. Con Mercedes lo que hicimos fue redondear el repertorio, es decir, pasamos a la guitarra todos los estilos que ella había hecho antes.
—Tuvo muchos guitarristas pero el dúo perfecto lo hizo con usted.
—Sí, la dupla fue maravillosa. Había que tocar a una velocidad impresionante, por eso, para los cantantes, es muy importante tener un par. Ser conocedor y tener una gimnasia.
—¿Qué es lo que más valora de la obra de Atahualpa Yupanqui?
—Soy hincha de la obra de Yupanqui. La parte poética me mata. ¡Y mirá que no tengo arregladas obras de Yupanqui! Las improviso porque las conozco desde la raíz y desde siempre. Y, a partir de ahí, empezás a aprender.
Segunda noche
Colacho Brizuela volverá a presentarse mañana, a las 22, en El Aserradero, en uno de los espectáculos conmemorativos del 10º aniversario del reducto de Montevideo 1518. El músico riojano, junto a invitados especiales, presentará un repertorio de folclore y tango, y ejecutará el Chapman Stick (foto), instrumento que incorporó en su búsqueda de nuevas sonoridades. La noche será abierta por el Dúo Harreguy-Gómez Alarcón.