Emma asegura que tuvo una hija con Sandro. Es más, dice que su verdadero nombre
es Rosa y que la famosa canción del Gitano de Banfield fue hecha por y para ella. La historia es
disparatada y a la vez es el disparador de "Como blanca diosa", la obra dirigida por Hugo Urquijo
que se pondrá en escena hoy, a las 20, en el Teatro Nacional Rosario. "Mostramos lo más lúdico que
tenemos", coincidieron Graciela Duffau y Cecilia Dopazo, las protagonistas de la pieza, a modo de
adelanto de la presentación.
Emma tiene una amiga inseparable llamada Milvia, quien no tiene la misma pasión
que ella con respecto a Sandro, pero sí encuentra puntos en contacto con la vida en pareja opaca
que transita cotidianamente. Emma es Graciela Dufau y Milvia es Cecilia Dopazo.
Las dos dialogaron con LaCapital y confesaron otras similitudes y diferencias en
el plano artístico e íntimo y, claro, hablaron de cómo interpretan el fenómeno Sandro y la cultura
de la idolatría en la Argentina (ver aparte).
"La obra fue concebida hace tres años por un caso real de un joven que le contó
a Daniel Dalmaroni que su madre le había dicho que era hijo de Sandro, y él lo creyó un par de años
hasta que comprobó que efectivamente no lo era. Es la fantasía, casi adolescente, de ensoñación. La
misma que veíamos cuando estaban los Beatles y los jóvenes gritaban, se agarraban de los pelos y se
desmayaban. Eso despierta toda clases de fantasías y una relación muy exaltada hacía los ídolos",
dijo Duffau.
Esa "fantasía y ensoñación" que cita la actriz es la que le pasa a Emma, su
personaje. "Ella no salía a la calle para no ver su propia vida con absoluta crudeza, para no
hablar de lo que verdaderamente pasa con el marido", que para las puestas en Rosario no es otro que
Hugo Urquijo, su esposo en la vida real, quien a la vez es director de la obra, cuyo elenco se
completa con Néstor Caniglia.
Y agrega: ""Qué mejor fantasía que decir que la hija que aparentemente es de la
pareja es realmente hija de una relación que tuvo con Sandro, o de un extraterrestre o de un enano
verde, cualquier cosa menos aceptar que es de un hombre con el cual no puede hablar".
Dopazo interpreta a esa vecina y amiga que la escucha con paciencia y asombro. Y
entre ambas estallan situaciones divertidas, que encuentran correlato en las plateas.
"Es un placer trabajar con Graciela", afirma la actriz, esposa del cineasta Juan
Taratuto. "Desde el primer minuto empezamos a jugar y sentimos tanta seguridad que realmente nos
divertimos y sacamos lo más lúdico de las dos", destaca.
"Con la comedia y con el humor es donde mas cómoda me siento, sin ninguna duda.
Es lo que más me gusta hacer, por ende creo que es lo que mejor me sale. La comedia tiene mucho más
que ver con mi naturaleza que el drama", puntualizó.
Así como Cecilia Dopazo fue rotulada en los 90 como una actriz sex symbol a
partir de las características de sus personajes en "Tango feroz", "Convivencia" y "Caballos
salvajes", Graciela Duffau fue la cara del cine testimonial de los 80 y se la encorsetó en el
género dramático.
Pero hoy todo cambia. Dopazo afirmó que nunca estuvo en su esencia la imagen del
símbolo sexual y lo muestra a partir de su apuesta al humor al escribir el unipersonal "Roberto te
dejé el pollo en el horno, si querés con arroz no hay", o como coguionista y actriz en la película
"No sos vos, soy yo", de Taratuto. Y Duffau sabe que su fuerte es el drama, como lo comprobó en
televisión con "Atreverse" y en cine con "Momentos", pero ahora se animó a otra cosa.
"Yo no quería hacer esta obra", dice riéndose. "Lo que pasa es que sentía que no
era la actriz indicada. Pero pasó que empezó una actriz y se enfermó, siguió otra que tuvo una
hepatitis, y después me dijeron «esto es para vos». Y ahí sentí que me estaban golpeando una puerta
y no la quería abrir", graficó Duffau, que ya había trabajado con Dopazo en el citado unitario
"Atreverse", de Alejandro Doria.
"Yo dije que iba a probar por una semana y si me sentía cómoda la hacía. Y me
sentí con tanta red para dar saltos mortales, que decidí seguir adelante", agregó Duffau, quien ya
había hecho comedia durante diez años con "Brujas".
Emma y Milvia viven por ellas, como blancas diosas.