Hace cinco años Paula Shocrón grababa su primer disco, "La voz que te lleva".
Por la misma época se mudaba de ciudad, de Rosario a Buenos Aires. Hoy su reciente "Homenaje" es el
primero de sus cuatro álbumes en ser editado por un sello multinacional, Sony. Y en todo este
tiempo —desde el CD a piano solo grabado con apenas 24 años hasta este segundo trabajo bajo
el formato de trío— la rosarina no hizo más que confirmar que es la mejor pianista de jazz de
Argentina.
—"Homenaje" es tu segundo disco con los mismos compañeros. ¿Se puede decir
que eso es una ventaja a la hora de entrar al estudio de grabación?
—Es posible. Veníamos trabajando mucho tiempo juntos con Jerónimo Carmona
en contrabajo y Carto Brandán en batería y eso fue lo que justamente me llevó a grabar otro disco
en trío. El trabajo y el haber llegado a puntos comunes musicalmente llevó a además a que el trío
llegara a cierta madurez. Haber grabado juntos un solo disco era como que faltaba algo más y así
llegó este trabajo que está visto desde otro lugar, porque es un disco homenaje a un compositor y
pianista que yo admiro muchísimo, Andrew Hill. El trío venía en línea ascendente y valía la pena
seguir aprovechándolo.
—Siempre hablaste de Thelonious Monk como tu guía musical, ¿Andrew Hill es
como un segundo padre musical en este momento?
—Son momentos, quizá. Hubo etapas en que Monk era una guía musical, pero
esos padres, entre comillas, aunque no sé si llamarlos padres porque en realidad son referencias,
fueron cambiando y van a seguir cambiando. Uno como artista se va enamorando de diferentes músicos
y entonces me meto de lleno en el estudio de sus músicas, y el caso de Hill es uno de esos
ejemplos. También me pasó con otros músicos, como Duke Ellington. Depende del momento uno va
teniendo más afinidad con un compositor... después vendrán otros, supongo (risas).
—La originalidad y las armonías complejas y laberínticas de Hill que hoy
te inspiran, ¿tienen que ver con un estado de ánimo o con cuestiones musicales?
—No sé bien, pero creo que no pasa por una cuestión tan a la vista, tiene
más que ver con una fuerza de empuje interno. Es cierto también que no es tanto por una cuestión
puntual sobre la música teórica, me parece que está relacionado a algo más energético. Sí hay un
concepto fuerte de Andrew Hill con sus músicos; él grabó mucha música y en muchos formatos, y tenía
una especie de fuerza interna que hace que todo vaya funcionando sin que necesariamente tenga que
haber un músico sobresaliendo del resto. Más bien, un trabajo en conjunto y donde los roles se van
rotando.
—Hill pertenece a esa serie de músicos de jazz que desarrolló un nuevo
lenguaje a partir del bebop, ¿ya se produjo ese desarrollo de un nuevo lenguaje en vos?
—Es muy difícil de saber. Sé que tengo toda una vida para aprender y sé
además que puedo ir cambiando la forma de tocar también durante toda mi vida, porque es una
necesidad más que una decisión. Está bueno estar todo el tiempo aprendiendo y cuestionando lo que
uno es musicalmente, pero realmente no puedo decir que yo sienta que mi lenguaje se haya definido.
Yo soy quien soy en este momento y no sé mañana, seguramente sea otra. Trato de no tener ningún
tope ni encuadre.
—¿Cómo fue la experiencia de grabar un primer disco para un sello de los
grandes?
—Estuvo muy bien. Yo valoro muchísimo que me hayan hecho la propuesta de
editar este álbum, pero esto continúa y es una gran oportunidad para seguir grabando y haciendo
música. Estaría bueno que Sony abra un espacio para los músicos de jazz del país. Por ahora somos
solamente dos: Ernesto Jodos y yo. También quiero decir que los sellos independientes formaron la
base de toda esta movida jazzera que hay.
—Teniendo en cuenta que Sony no se destaca por hacer discos con jazzeros
argentinos, ¿qué vio en vos para bancar tu proyecto?
—Creo que fue una decisión muy personal y seguramente se sumarán otros,
pero la verdad es que no puedo hablar por la persona que me eligió (un atento Eduardo
Dulitzky).
—¿No creés que tu relación con los discos es bastante atípica, teniendo en
cuenta que tu primer disco es a piano solo?
—No fue casual. Vino a raíz de haber hecho un recital de sólo piano en el
Festival de Jazz Rosario. Siempre tuve un contacto con el piano a solas y creo que eso tenía que
sellarse de alguna manera. Haber inaugurado mi discografía con un CD a piano solo no me parece
raro, sino que, por estar en ese momento mudándome a Buenos Aires estaba dejando de tocar con gente
de Rosario y empezando a tocar con músicos porteños. Me llamaron del festival y me pregunté
“¿qué tengo más a mano?”. Me dije: “A mí”. Eso habla del momento. Y la
grabación de un disco es la fotografía de lo que te está pasando en ese momento. Y si uno está
transitando un cambio de una ciudad a otra, ese era el disco que tenía que hacer en aquel momento.
La foto de ese momento era una pianista sola cambiando de ciudad.
La voz como instrumento
A Paula Shocrón nunca se le ocurrió que también podría cantar en un disco. Entre
risas, repite que no es posible. “A veces pienso en la posibilidad de usar la voz como
instrumento, sobre todo ahora que estoy metiéndome en el mundo de la percusión y cuando puedo
estudio un poco de batería también. Me parece que la voz es un instrumento que hay que aprovechar,
aunque en mi caso no como cantante de canciones”, aclara la pianista, que junto a Franco
Fontanaorrosa y Alexis Perepelycia integró en 2001 el trío de breve aunque intensa fusión Fuga de
Cerebros.