Parte de la historia del jazz pasó por Rosario

Ron Carter, al frente del Golden Striker Trío, pasó por Rosario y dejó su exquisita impronta en el Auditorio Fundación Astengo, bajo la atenta mirada de una muy buena cantidad de espectadores. El público rosarino sabe que estas visitas pueden ser irrepetibles.

El notable dominio del instrumento le permitió a Carter invertir los roles en gran parte del concierto: el contrabajo marcaba la melodía, y la guitarra y el piano se hacían cargo de la base rítmica.

El pianista nicaraguense Donald Vega reemplazó en esta gira a Mulgrew Miller, fallecido en mayo, y completó el trío Russell Malone, guitarrista de Diana Krall en los años 90.

La ineludible referencia a su participación en el segundo quinteto de Miles Davis, es un aval que habilita a Ron Carter a mostrar con autoridad su propia lectura de los standars. "My Funny Valentine", "Tenderly" y "Soft Winds" resultaron originales visitas por parte del trío. Por el protagonismo que alcanzó en el mundo del jazz, Carter no se puede limitar a integrar sólo la base rítmica, por más que sea el contrabajo su instrumento. Si bien en los temas que demandan swing se nota levemente la ausencia de la batería, la destreza y el virtuosismo suplen eficazmente la carencia.

Siempre cercanas al universo del jazz, las músicas del Brasil formaron parte del repertorio elegido. "Wave" y "Samba de Orfeo", de Tom Jobim o "Miedo de amar", de Vinicius, fueron ejecuciones de alto vuelo en el recital.

Aún saliendo de una complicada cirugía en su espalda y apoyado en su bastón, Ron Carter sostiene su altísima figura y traslada a sus manos la responsabilidad de certificar su extensa y notable trayectoria. El sonido del piano y la excelente acústica de la sala, fueron el mejor ámbito que se podía elegir para que el músico nacido hace 76 años en Michigan desempeñe el papel que la historia del jazz tiene reservado para él: ser un músico fundamental e insoslayable para el género.