Pancho Dotto: "Así como digo que jamás probé droga, admito que tomé viagra"
Hace más de dos décadas que Pancho fundó su agencia y jura que, desde entonces, nunca paró:
“Hace 26 años que no me tomo vacaciones”, dice el hombre que descubre diosas y más
diosas. Con unas cuantas de ellas también vivió fogosos romances, como Elizabeth Márquez, Daniela
Urzi, Dolores Barreiro y Carolina Gimbutas.
9 de marzo 2010 · 12:47hs
“Es normal que crean que mi vida es perfecta: el último año me vieron en el Fashion Week
de Nueva York, y después con dos bellezas como Lucía Pedraza y Julia Robben paseando por la Quinta
Avenida; en México con 25 modelos y ahora en Punta del Este. Todos quieren ser Pancho Dotto, pero
me gustaría ver cuántos se quedarían con mi vida si la tuvieran”, explica Pancho Dotto,
manager de modelos.
Ell imaginario popular lo ubica en el lugar de la versión criolla del creador de Playboy, Hugh
Hefner, aunque Dotto prefiere separarse de esa imagen. “No me siento identificado con Hefner.
Me encantaría vivir así de relajado, pero el tipo vende pura fantasía. Todo muy angelical, difícil
de creer... Lo que no puede negarse es que hizo un imperio impresionante, ¿no?”, argumenta en
una entrevista con la revista Gente.
–Ahora que están tan de moda las botineras, ¿aconseja a sus modelos sobre las
relaciones?
–Ya no me meto, porque cuando les decís, “con ése no”, van para
ese lado. No les temo a los futbolistas, los peores son los buitres que me esperan todos los años
cuando vuelvo de los scoutings del interior. Ya los conozco, eh. Yo a las chicas les digo:
“Elijan un pibe laburador, que no sea el hijo o nieto de...”.
–¿Sos muy estricto con las chicas?
–Lo necesario. Mirá, hace más de veinte años, Valeria Mazza hizo su primera
pretemporada en Punta del Este conmigo. Un día llegó a las siete de la mañana y le expliqué que
ella había venido a levantarse a esa hora, no a acostarse: “No tenés chapa para subirte al
carro de (Bárbara) Durand y (Carolina) Peleritti. Necesitás bajar de peso. No estás en la posición
de las chicas”. Hoy uso el ejemplo de su disciplina con las nuevas.
–¿Te considerás un tipo exitoso?
–El éxito es un equilibrio que yo no tengo. Para muchos soy un tipo exitoso, pero acabo
de terminar un día de trabajo y no tengo una mujer que me espere con la comida en mi casa. Tampoco
sé si eso es lo que quiero, eh. Y tengo un perro, pero no le doy bola. El éxito sería tener tiempo
para jugar al tenis con tus amigos, encontrarte con tu familia el fin de semana...
–¿Con tanto trabajo descuidás tu intimidad?
–Nunca lo hice. De hecho, es lo único que me han criticado siempre: la
diferencia de edad con mis novias. Pero nunca tuve relaciones escondidas. Cada vez que estuve de
novio me mostré, y siempre fui aceptado por las familias. Ahí se acaban mis conflictos.
–Suponiendo que el hombre tiene la edad de su mujer, ¿qué edad tiene Pancho Dotto?
–No es algo que tenga incorporado, pero está clarísimo que me gustan más
jóvenes que yo. Eso me ha pasado siempre. ¿Qué edad tengo? No lo sé. Hace tiempo que no estoy con
nadie. De hecho, trabajo como cuando tenía 30 años, y mi cuerpo grita: “¡Tenés 54!”. Ya
sufrí tres hernias de disco. La carrocería y el motor te empiezan a dar aviso.
–Ya tenés 54, ¿probaste el viagra?
–Como te digo que jamás probé droga, te digo que sí, lo probé. Y no sentí
mucha diferencia. No me causó el efecto que dice la gente. Al otro día me dolió la cabeza como cada
mañana. Por eso no se lo atribuí al viagra.
–Especulemos sobre tu retiro... ¿Es más factible que dejes la agencia de modelos o la
soltería?
–En principio, no tengo previsto casarme ni dejar de laburar. Ojalá que un
día me despierte y quiera las dos cosas. Tengo claro que el amor es la base de todo y lo pongo en
mi trabajo. Pero no tengo tiempo para practicarlo de la otra forma.