"El amor prevalece a pesar de todo. Aunque suene muy cursi, el mensaje que rescato es el tema del amor, es el común denominador de la obra", dijo Ignacio Pérez Cortés, el joven protagonista de "Nazareno Cruz y el Lobo". El musical, que se presenta hoy, a las 21.30, en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza), tiene libro, letras de canciones y dirección general de Nora González Pozzi, más la música de Juan José García Caffi y Lito Vitale, en una producción del Estudio de Comedias Musicales.
La historia del Lobizón tuvo su versión argentina con "Nazareno Cruz y el Lobo". Corría 1975 cuando Leonardo Favio inmortalizó la película protagonizada por Juan José Camero, quien en su momento también interpretó el musical en Rosario.
Nazareno se enamora perdidamente de Griselda (Lucila Siryi). El se transforma en lobo en las noches de luna llena y enfrenta un derrotero teñido de tragedia y muerte. Hasta que Mandinga (César Spinelli) le plantea que la única forma de librarse de la maldición es rechazar su amor por Griselda. Habrá que ver la obra para conocer qué decisión toma Nazareno, pero no hay dudas que el concepto de esta historia está teñido de la fidelidad a los sentimientos genuinos.
La puesta, que cuenta con once actores, coro y voces solistas, compañía de baile y orquesta, tiene en el personaje de Nazareno a su figura principal. Pérez Cortés, de 18 años, nacido en General Lagos, está desde los 7 en el Estudio de Comedia Musicales y se encuentra en pleno crecimiento artístico. Integra la escuela de Ricky Pashkus, fue becado para estudiar en Nueva York, y será uno de los protagonistas de la obertura de los Premios Hugo, que distingue a las comedias musicales argentinas, en una ceremonia televisada que será el próximo 11 de septiembre en el Hotel Alvear de Buenos Aires.
Pero, claro, su presente es Nazareno, que trae una rica historia y va por un futuro promisorio. "A lo mejor al principio tomé como una mochila interpretar el personaje de Camero, pero creo que la respuesta del público fue tan buena, que eso me motivó", dijo el actor, quien recordó que el personaje del lobo, que ahora también interpretará él, fue personificado por Hernán Piquín primero, y después por Alejandro Lavallén
"La película tiene similitud con el tema del argumento, pero cambió mucho. En realidad traté de ver la película como expresión global, como un todo, y ver qué me dejaba a mí. Me sirvió en definitiva para entender el drama de Nazareno y la leyenda, pero por sobre todo para ver con otro respeto la obra, y comprender que estamos trabajando con algo que es emblemático para varias generaciones", apuntó.
El actor destacó que "el personaje elige al amor, hay una escena en la que descubre qué le va a pasar si ama y cuál será su vida si no ama. Y por amor soporta todas las tragedias y las muertes, es una obra muy dramática y pasa por estados muy emotivos".
Ignacio Pérez Cortés consideró que "el esfuerzo físico es grande" en este musical. "Lo del lobo es más coreográfico y bailado. Cuando Nazareno se convierte en lobo tiene sus sentimientos y pasiones más exacerbadas. El amor prevalece a pesar de todo, y aunque suene muy cursi, el mensaje que rescato es el tema del amor, es el común denominador de la obra".
Ya en el plano estrictamente personal, destacó que este es un presente soñado en lo que tiene que ver con sus pretenciones artísticas. "Hasta ahora estoy muy feliz con todo. El único secreto es seguir trabajando, el talento no sé hasta qué punto viene o es una consecuencia del trabajo", indicó, y luego completó su frase: "Con el talento solo no hacés nada, y aunque no tengas talento si trabajás podés llegar más que un talento en bruto. Como en cualquier disciplina de la vida hay que estar preparado y trabajar, y las cosas se van dando en consecuencia".