Narcotráfico, lavado y familia: "Ozark" se acerca a su vibrante final

“Ozark”, una de las series más exitosas de los últimos años, está llegando a su fin. Este viernes 21 de enero Netflix estrenará la primera mitad de la cuarta y última temporada, donde se definirá el destino de la familia Byrde, cada vez más complicada por su involucramiento en hechos de lavado de dinero del narcotráfico.

Los primeros siete episodios del final de la tira creada por el guionista Bill Dubuque y el productor Mark Williams se centrarán en las decisiones finales de Marty (Jason Bateman) y su esposa Wendy (Laura Linney), quienes deberán decidir si continúan dentro del sistema criminal o si se alejarán definitivamente del delito. Se trata además de la entrega más extensa de la serie, que en sus anteriores ocasiones contó con bloques de diez capítulos: “Una temporada más grande significa problemas de mayor envergadura para los Byrde”, había adelantado en junio del 2020 su protagonista, también conocido por sus roles en la popular serie “Arrested Development” y en “La joven vida de Juno”, la comedia dramática dirigida en 2007 por Jason Reitman.

En la trama, Marty es un contador experto en paraísos fiscales que, luego de una mala jugada por parte de su socio, abandona Chicago junto a su familia para instalarse en la pequeña localidad de Ozark, en Missouri, donde monta un imperio para continuar con el lavado de activos de un cartel mexicano. Allí, su esposa y sus hijos, Charlotte (Sofia Hublitz) y Jonah (Skylar Gaertner), comienzan a participar cada vez más en los negocios ilegales de Marty, hasta llegar al punto de confundir la dinámica familiar y el amor entre ellos con la avaricia y las relaciones que imperan en el universo del narcotráfico.

Ganadora de tres premios Emmy y de otros dos lauros del Sindicato de Actores, “Ozark” se posicionó desde su estreno en 2017 como uno de los dramas mejor recibidos de los últimos años gracias a su exploración de temas como el capitalismo y la supervivencia de la familia, a través de una mirada que juega con los estereotipos aspiracionales estadounidenses y los límites de lo controversial.

El sólido elenco de la serie se completa con Julia Garner (“La asistente”), Charlie Tahan (“Blue Jasmine”), Bruno Bichir (“Búnker”), Jessica Frances Dukes (“Jessica Jones”), Lisa Emery (“Infidelidad”), Felix Solis (“Los Soprano”) y Damian Young (“El juicio de los 7 de Chicago”).

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Laura Linney interpreta a Wendy Byrde, pieza clave en los negocios sucios de su marido.

Desde la primera temporada, Jason Bateman se comprometió con este proyecto no sólo como protagonista, sino como productor ejecutivo y director de varios capítulos. Antes de que esta aventura comenzara, el actor ya sabía lo que le esperaba. “Probablemente va a ser el trabajo más duro que he hecho”, le dijo al diario The New York Times en 2015. “ Y eso es bueno”, aseguró.

Hoy “Ozark” no sólo ha cambiado la percepción preexistente del actor como una estrella de comedia, sino que el drama de Netflix ha ampliado su alcance como artista, especialmente cuando se trata de dirigir. Originalmente Bateman planeó dirigir cada episodio de la primera temporada, además de desempeñar sus funciones como actor principal y productor ejecutivo. Tanto trabajo pronto resultó imposible (terminó dirigiendo cuatro de los 10), pero aun así se esforzó por hacer más. Quería hacer más que actuar: quería tener en sus manos “cada parte del proceso”.

Previo a “Ozark”, Bateman dirigió casi una docena de episodios de televisión, desde “Family Matters” hasta “Arrested Development”, antes de asumir los largometrajes independientes “Bad Words” y “The Family Fang”. Sin embargo, su validación detrás de la cámara fue un poco sorpresiva: en 2019, en la entrega de los Emmy, superó a la imponente competencia de la temporada final de “Game of Thrones” y se llevó a casa un trofeo por mejor dirección en una serie dramática. La reacción apagada del actor en esta ceremonia se convirtió en una breve obsesión en Internet, impulsada por los fanáticos emocionados de “Ozark”.

“«Ozark» fue un desafío mayor que otros trabajos, quizá más obvios y simples, pero esa fue la razón por la que me embarqué en este proyecto”, dijo el actor en una reciente entrevista con el sitio Indiewire. “Para dirigirlo, actuarlo y producirlo, para crear ese tono sombrío, tuve que tener una buena comunicación con todos los demás involucrados. No elegimos un entorno fácil, pero aquello que se presenta más embarrado y complicado a nivel emocional finalmente te brinda más satisfacciones. Ha sido un viaje profundo”, aseguró.

A pesar de su afán por aprender, Bateman aún respeta los límites artísticos. Para el final de la serie puso el foco en mejorar la producción y decidió no dirigir ningún episodio de la temporada cuatro. Se toma muy en serio su papel como productor ejecutivo, pero cuando se le pregunta por detalles de la trama se limita a sonreír y a decir que ésa es una tarea de Chris Mundy, el showrunner de la tira. “Con Chris tuvimos algunas conversaciones muy interesantes sobre los últimos episodios. La pregunta central aquí es si los Byrde se van a salir con la suya o van a pagar alguna factura. Y también qué se le quiere transmitir al público sobre las consecuencias de los crímenes. Sólo puedo decir que las ideas de Chris al respecto son geniales, y que ha trabajado mucho sobre los personajes”, señaló.

“Ozark” recorre el lado oscuro del sueño americano con una gran virulencia. “El dinero es lo que mide las decisiones de un hombre”, suele decir el personaje de Marty. Pero para Bateman, la serie “no expresa nada muy distinto de lo que ocurre en otras partes del mundo”. “El modo en que los estadounidenses lidian con el dinero es parte de la sociedad capitalista en la que vivimos. El punto es que para Estados Unidos el dinero implica un reto. Hay una fascinación con este tema. Lo cual lleva a realizar cosas cuestionables. La familia de «Ozark» se ve obligada a cambiar de estilo de vida, con millones a cuestas, a la vez que lidia con un cartel para hacer más y más dinero. Nada es gratis, dice el refrán. En definitiva, esta es la historia de una familia que querría volver a estar en esa zona más predecible y segura antes de tener ese montón plata”, reflexionó.