Molotov es el típico grupo que va por la vida para decir lo que se le antoja. Esa es su razón de ser. Es eso o nada. "Nunca nos hemos traicionado", confiesa Miky Huidobro en la nota para Escenario, y no hay por qué no creerle. El grupo mexicano llega para presentar su primer disco grabado en vivo "Desde Rusia con amor", que el 15 de noviembre recibió un Grammy como mejor álbum de rock. "Lo principal de Molotov es no mentirle a la gente", aclara con sinceridad brutal.
El bajista y cantante Miky Huidobro subirá al escenario del Willie Dixon (Suipacha y Güemes) esta noche, desde las 23, junto a Tito Fuentes, en guitarra y voz; Paco Ayala, en bajo, guitarra, acordeón y voz; y Randy Ebright, en batería, guitarra y voz. "Las fibras que tocamos son más sensibles para unas personas y para otras es una ironía", dijo el músico en esta nota. Y entre la sensibilidad y la ironía estalla una bomba doméstica, de nombre Molotov.
—¿Por qué tardaron tanto tiempo para sacar un disco en vivo?
—Es que teníamos una cuantas dificultades con nuestra disquera (discográfica), ya teníamos material para empezar a grabar, cosas inéditas, pero por cuestiones de contrato no las podíamos hacer, así que cumplimos con un compromiso contractual y lo hicimos grabando en Rusia cuatro conciertos, uno en Perm, otro en Kazán, otro en St. Petersburgo y otro en Moscú.
—Más que un compromiso fue un buen gusto que se pudieron dar.
—Pues sí, además eso lleva un documental de cómo son las giras, los escenarios, la gente, el paisaje, y era más fácil grabarlo y llevarlo a la gente que llevar a toda la gente para que pueda ver eso. Lo compactamos y lo mandamos en un DVD también, para que la gente vea y escuche cómo es el público ruso. Teníamos la idea de grabarlo en Argentina, pero nos llamaba mucho la atención hacerlo en Rusia, que incluso hasta se asombraron con el nombre nuestro. Pero también nos impactó por el hecho de hacerlo al otro lado del mundo y conocer otra cultura, otra cosa.
—¿Por qué impactó el nombre de la banda?
—Nosotros le pusimos así por la bomba Molotov, pero ellos hacían referencia a Mijail Molotov, un político soviétivo vinculado con políticas de trabajo (se refiere a Viacheslav Mijáilovich Mólotov, figura destacada en el gobierno soviético durante la década de 1920, que era un protegido de Stalin).
—¿El cocktail explosivo que tiene la banda es la mixtura del humor y la ironía con la temática comprometida socialmente?
—Yo creo que es una capacidad que tiene la banda de poder bailar en el limbo, a veces uno se cruza en el lado oscuro, a veces en el lado bueno. Pero es la mejor manera de dar a conocer este tipo de temas, y es a través de la capacidad de bailar en ese limbo y pasar de una cosa fuerte a una cosa simpática en menos de un segundo o viceversa. Y eso es lo que le gusta a la gente, que seamos así, como somos.
—¿Todavía mantienen vigencia frases como "el pueblo unido jamás será vencido" que usan en "Gimme The Power"?
—Sí, incluso hay unas frases de broma sobre ese tema que también las usamos, pero en el fondo somos personas serias y nos preocupan todo tipo de problemáticas sociales, políticas y económicas que hay en el mundo. La música es la manera de percibir estas problemáticas y nos da la posibilidad de poder expresarnos sobre diversas cuestiones.
—¿No cayó extraño para el público ruso oír una banda mexicana tocando rap y con el atípico componente expresivo de Molotov?
—El público ruso es reprimido en muchos aspectos culturales, realmente no hay diferencias entre una banda como Molotov o cualquier otra banda de Detroit, o de otro lugar del mundo. A ellos no les había llegado esa inquietud del rock and roll, no hay una cultura de circuitos y festivales de rock, así que están muy receptivos a todo. Les viene bien una banda como la nuestra, les llama mucho la atención ver qué hacemos del otro lado del planeta.
—En Rusia o cualquier otro país europeo entienden modismos de su país como "Chinga tu madre" o "Chanwich a la chichola"?
—Sí, porque la gente que va a ver a las bandas que van a tocar a Rusia ya han buscado datos en internet y eso hace que sepan de qué va la cosa antes de ir a un concierto.
—¿Siempre buscan trasgredir o provocar?
—Exponemos la música como la vemos y como la escuchamos, a la gente le corresponde etiquetarnos o ponernos en otro lugar, pero lo importante es que nosotros nunca nos hemos traicionado, y eso llega. Por eso lo principal en Molotov es no mentirle a la gente con nuestros temas, no mentirle con nuestra música, ser lo más originales que se pueda, y eso realmente importa, no buscamos trasgredir a nadie. Simplemente, las fibras que tocamos son más sensibles para unas personas y para otras es una ironía. Y estar bailando en esos pequeños márgenes nos hace ser como somos.
—¿Qué recuerdos tienen de Rosario?
—La primera vez que fuimos a esa ciudad tocamos en un escenario móvil de la Rock and Pop, y eso nos dejó un buen sabor, porque fue para muchísima gente. La gente de allá es muy prendida, muy eufórica hacia el rock and roll.
—¿El próximo disco de temas nuevos sigue la línea de la banda o va hacia otro perfil expresivo?
—No, van a escuchar a la banda como la conocieron en los primeros discos, vamos a rapear, experimentaremos con sonidos más estridentes, habrá temas más hiteros y más tipo a go go, pero no dejaremos de tocar con la fuerza de siempre.
Rock y política en la pantalla
Si algo faltaba para demostrar la popularidad de Molotov es que le hicieran una película. Y ocurrió. El director Olallo Rubio lanzó en junio pasado en México “Gimme The Power”, una suerte de rockumental sobre la banda, que aún no tuvo estreno comercial en la Argentina, pero en aquel país alcanzó 32.00 localidades vendidas sólo en el primer fin de semana de exhibición. El filme toma como pretexto la historia del grupo para contar el descontento social y político de México, en tono de tragicomedia.