“Como te ven, te tratan; y si te ven mal, te maltratan”, es la máxima que rige la vida de Mirtha Legrand y la frase que repite al final de cada programa. Dueña de una sabiduría y una energía y sentido común extraordinarios, 45 años atrás impuso su ciclo de almuerzos con prestigiosas personalidades del espectáculo y la política y logró establecerse como un clásico nacional. Hoy, luego de dos años alejada del rol de conductora, y tras haber protagonizado el exitoso unitario “La Dueña”, Legrand reinicia sus míticos almuerzos. A diferencia de otros años, “Almorzando con Mirtha Legrand” tendrá una emisión semanal, los domingos, a las 13, por la pantalla de América. Además, hará una gala mensual los sábados a la noche con homenajes a invitados especiales. Pero antes, la diva número uno de la televisión dialogó en exclusiva con Escenario y reconoció estar muy feliz por su regreso a la pantalla chica, adelantó quiénes serán los invitados de la primera mesa y dijo que le encantaría que la presidenta Cristina Kirchner se siente en su mesa para preguntarle: “¿Por qué le molesta tanto la gente que no está de acuerdo con ella?”. También contó qué le escribió el Papa Francisco en una carta, analizó la realidad del país y confesó que hay que tener mano fuerte para estar en la televisión. Con ustedes, la señora Mirtha Legrand.
—¿Qué siente al volver a la televisión después de 45 años de almuerzos?
—Estoy viviendo un momento de mucha emoción, alegría y esperanzas. Y un poquito, no de temor, pero pensando: “Dios mío, ¿me acordaré de todo?, por dónde tengo que entrar... Mañana (por el viernes) voy a hacer un ensayo. Pero la verdad es que estoy muy tranquila, con muy buen humor y sobre todo muy feliz. Con mucho optimismo.
—¿Cómo va a ser el primer almuerzo?
—Va a ser un almuerzo con varios invitados. Estarán Florencia Peña, Enrique Pinti, Juan José Campanella, Calu Rivero y Santiago del Moro. Es una hermosa mesa, con invitados de lujo.
—¿A qué personalidades le gustaría tener en este nuevo ciclo?
—Me gustaría tener a Tinelli, a Susana, a Suar, que va a estar. Porque un sábado por mes voy a hacer una gala a la noche, “Las galas de Mirtha”, donde le voy a rendir un homenaje a una figura cada vez. Yo los voy a homenajear. Y los almuerzos serán todos los domingos, de 13 a 15. Así que estoy preparando las cosas con todo el equipo y con muchas ganas de que llegue el domingo.
—¿Le gustaría entrevistar a la presidenta Cristina Fernández?
—Me gustaría muchísimo, me encantaría entrevistar a la presidenta.
—¿No teme hablar de política en el programa?
—No, no. ¿Por qué, usted cree que hay que tener miedo?
—No, pero a veces resulta complicado... ¿Y qué le preguntaría a la presidenta?
—Bueno, algunas cosas seguramente le diría, pero sin hacerla sentir mal porque es la presidenta y hay que guardarle el respeto que merece. Pero algunas cosas sí le diría en buen tono. Una de las cosas que le preguntaría es: “¿Por qué le molesta tanto la gente que no está de acuerdo con usted?” El disenso existe. En una democracia tiene que haber gente que opina a favor y en contra. Pero no hablemos de política, después me trae sinsabores...
—El Papa Francisco la invitó a Roma para compensar que no va a ir a sus almuerzos. Y le envió una carta. ¿La va a leer el domingo en el primer programa?
—El Papa me contestó una carta maravillosa invitándome a que vaya a Roma a visitarlo. Y disculpándose por no poder venir. Yo lo invité al programa, pero sabía que no podía venir. Pero, como decía mi madre, “no hay peor gestión que la que no se hace”. Así que dije: “Le vamos a mandar una carta”, y así fue. Le mandamos una carta a la Nunciatura y la contestó. Es una carta cariñosísima, donde recuerda a una película mía que hice con mi hermana y que se llama “Claro de Luna”. Además, me dio la bendición y me dijo que no me molestara por no poder venir al programa. Voy a leer la carta públicamente en el primer programa. Yo creo que el Papa va a cambiar a la Iglesia y a los jóvenes.
—Hace unos días comentó que vio a un padre con su hijo empujando un carro bajo la lluvia. ¿Qué le provocó esa imagen?
—Los vi por avenida Libertador, aquí en Palermo. Me asomé al balcón, era un día de lluvia y vi pasar a un papá con un chiquito al lado y dije: “Qué tristeza ver esto”. Y me dio una pena tan grande porque era un día lluvioso y de mucho frío y eran como las tres de la mañana. Y yo pensé: “Esto se tiene que acabar, no es posible en un país tan rico y tan poderoso como la Argentina”.
—¿Cómo ve la realidad del país?
—Positiva. Tenemos la soja que nos salva a todos los argentinos. Ahí en Rosario ustedes son muy determinantes de la situación de la Argentina. Porque los dividendos que dan son impresionantes. Lo recaudado se debe distribuir mejor y mandar ese dinero para ayudar a las provincias que están necesitando mucho, aunque no sean oficialistas.
—¿Qué disfrutó este tiempo que estuvo alejada de la pantalla? ¿Cuáles son las razones de su vida hoy?
—¡Estuve disfrutando de la vida! Disfruto de mis amigos, salgo, voy mucho al teatro, veo a mis colegas. Recibo gente en casa. Los domingos hago un té. Tengo una casa afuera, así que voy mucho ahí. Visito a mi hija, a mis nietos. Practico el ocio creativo... Las razones de mi vida son mis seres queridos, mis amigos, mi profesión. Yo adoro ser Mirtha Legrand. Me gusta lo que he sembrado. A esta altura de mi vida, recibir todo este cariño y tener poder de convocatoria, es casi milagroso. Nunca recibo un gesto desagradable.
—¿No hay ningún tema prohibido en la mesa de Mirtha Legrand?
—No lo hay. Eso a veces me ha traído dolores de cabeza. En televisión no se puede ser totalmente auténtico, pero sí tener cierto grado de autenticidad. Y sobre todo hay que preguntar lo que la gente desearía saber. Cuando estoy haciendo el programa pienso: “Ay, a la señora que está viendo en la casa, ¿qué le gustaría que le pregunte al entrevistado?” Y también hay que saber repreguntar. Porque, durante estos dos años que no estuve en el aire, he observado que muchos conductores no saben repreguntar y no escuchan la respuesta. Hay que escuchar la respuesta del entrevistado. Si no se entiende o no se está de acuerdo, hay que decirlo. No repreguntan porque están pendientes de la próxima pregunta que van a hacer, porque no hay nada peor que el bache en televisión, que el silencio...
—¿Es necesario tener un temperamento fuerte para estar en el medio tantos años y más siendo mujer?
—Sí, la televisión es muy exigente. Y además una está rodeada de hombres y hay que saber manejar un equipo. No todos somos coincidentes pero yo tengo mis equipos que me duran años y años... Así que los conozco mucho y ellos me conocen, me respetan, me admiran, me quieren y yo los quiero también. Pero hay que tener mano fuerte, no dura, fuerte. Hay que tener carácter y saber mandar.