"Mi rock se refleja en los Redondos y lamentablemente lo siento así"
Skay dijo que está sujeto a su propio pulso y estilo, y que no le sale tocar de otra manera. El
guitarrista presenta su nuevo disco "¿Dónde vas?" este sábado en Willie Dixon. Anoche hizo su
primera presentación
Video: Territorio Canibal
16 de abril 2010·01:00hs
“Pará un segundo que me estoy sirviendo un café y charlamos
tranquilos”, dice Skay a La Capital desde el cómodo living de su casa. Tomarse un
tiempo para todo es una constante en cada paso que da el ex guitarrista ricotero, que se presentará
junto a Los Seguidores de la Diosa Kali en dos funciones, la primera realizada la noche del viernes
y la de hoy, a las 22, en Willie Dixon (Suipacha y Güemes). Un reloj de arena viste el frente de su
cuarto disco solista “¿Dónde vas?” en una muestra inequívoca de que el paso del tiempo
es inflexible para todos. “En realidad sólo estamos de paso por aquí”, afirma Eduardo
Skay Beilinson.
—¿Hacia dónde apunta la pregunta del título de tu nuevo disco?
—De movida “¿Dónde vas?” tiene un par de propuestas. Por un
lado es una invitación a un recorrido por diferentes territorios, cada tema es un territorio, es un
lugar físico-mental-espiritual. Y por otro lado la pregunta apunta a qué estás haciendo con tu
tiempo, qué estás haciendo con tu vida. El reloj de arena en la tapa como símbolo del tiempo es
para hacernos recordar que estamos de paso por aquí.
—En “Territorio caníbal” hacés hincapié especialmente sobre esta
idea.
—Tenemos una cultura que nos enfoca todo el tiempo una mirada
materialista, parecería que en esa mirada solamente somos cuerpos, olvidando que quizás somos
partículas del universo, somos pensamiento, emociones. Y esta cultura nos remite a mirar todo desde
esa materialidad que es el cuerpo en el marco de una sociedad de consumo.
—En este contexto, tu propuesta es cada vez más rockera y genuina. ¿Es una forma de
afirmar de dónde venís y adónde vas?
—Sí, me siento más cómodo y más seguro cantando y la banda está impecable.
Creo que el tiempo a las bandas les hace muy bien, se va consolidando un sonido y hay cada vez más
entendimiento.
—¿Sentís que es un disco muy ricotero?
—Yo no hago ese análisis, creo que de alguna manera tengo una forma de
sentir la música, de expresarla y de llevarla adelante, que seguramente está reflejada en la idea
Redondos y lamentablemente es parte de mi manera de sentir.
—¿Por qué dijiste “lamentablemente”?
—Porque uno a veces queda sujeto a su propio estilo, a su propio pulso,
qué se yo, por más que yo quiera tocar como Pink Floyd no me va a salir, me va a salir como
Skay.
—¿Hay veces en que te gustaría despegarte de ese estilo, de ese sonido que te
marca?
—Qué se yo, hay géneros que yo no puedo tocar, y sin embargo lo disfruto
muchísimo, el jazz y el tango, por ejemplo, son cosas que me encanta escuchar pero no las puedo
tocar porque no tengo ese feeling, ese pulso.
—¿La música que mejor sabés tocar está asociada a tu momento más placentero?
—Es que yo hago el rock que me gusta. Cuando empiezo a componer no tengo
muy en claro hacia dónde ir. La música me va llevando a lugares donde encuentro un lenguaje y un
significado propio, y ahí sí encuentro un lugar de placer.
—¿A qué atribuís los años sabáticos o separaciones de los grandes grupos de rock de
la Argentina y los regresos de otros súper grupos?
—En realidad no tengo una explicación muy clara, pero a mí lo que más me
seduce es la posibilidad de encontrar esas nuevas canciones que todavía no vieron la luz. Los
revivals mucho no me entusiasman, supongo que tendrán sus razones.
—¿Qué es lo que más te cuesta a la hora de componer?
—Lo musical me sale bastante fácil, no tengo demasiado rollos, lo que más
me cuesta trabajo es el tema de las letras, que para mi es un complemento de la música. Siempre las
letras obedecen a cuestiones internas, muchas veces salen de conversaciones que tenemos con Poly
(su pareja y mánager), de alguna lectura.
—En “La lengua popular” Andrés Calamaro convoca a “desenvainar las
espadas del texto”, en alusión a la carencia de letras interesantes en el rock nacional.
¿Pensás igual?
—No soy quién para juzgar esto porque escucho bastante poco. Pero uno
debería mirar un proceso más largo, los que recién empiezan seguramente están experimentando y
buscando su propio lenguaje, así que en ese tiempo vale equivocarse todo lo posible para ir
corrigiendo sus errores. En la medida en que uno se hace más grande, que va encontrando su propio
estilo, uno se hace un poco más fino, se exige un poco más y sabe cómo sacarle más el jugo a una
frase o a una idea.
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