"Me gusta trabajar con actores que queman cada cuadro en la pantalla"
El director Juan José Campanella se volvió a reunir con el actor Ricardo Darín para "El secreto
de sus ojos", el filme que se estrena hoy en los cines Rosario. Campanella repite la sociedad con
Darín después de "El mismo amor la misma lluvia", "Luna de Avellaneda" y "El hijo de la novia", en
una película sobre un jubilado de Tribunales que escribe una novela sobre un caso policial en el
que se vio involucrado hace décadas.
13 de agosto 2009 · 01:00hs
El director Juan José Campanella se volvió a reunir con el actor Ricardo Darín
para "El secreto de sus ojos", el filme que se estrena hoy en los cines Rosario. Campanella repite
la sociedad con Darín después de "El mismo amor la misma lluvia", "Luna de Avellaneda" y "El hijo
de la novia", en una película sobre un jubilado de Tribunales que escribe una novela sobre un caso
policial en el que se vio involucrado hace décadas. Al elenco se sumaron Soledad Villamil, Pablo
Rago y Guillermo Francella, quien incursiona en un personaje dramático.
—No es frecuente el cine negro en Argentina. ¿Por qué te decidiste por la novela de
Eduardo Sacheri?
—Yo soy fanático de Eduardo Sacheri. Me interesó que esté enraizada en el
género policial pero tiene personajes muy reconocibles, a los que la historia de un crimen los
afecta de una manera muy humana. Es posible que no sea muy común porque no tenemos la iconografía
del cine negro. Por eso sentí muy cercanos a nosotros a estos personajes empleados de
Tribunales.
—Darín debutó como director con "La señal". ¿Cambió en algo a raíz de eso?
—No tuvo un cambio en su actitud a partir de ser director. Es un actor muy
inteligente, que piensa muy bien las líneas de acción. Si en algo cambió fue para que ahora
entienda los problemas con los que tiene que lidiar un director y que van más allá de la relación
con los actores.
—¿Cómo fue dirigir a Francella en un rol en el que no es frecuente verlo?
—Muy sencillo. Es un gran actor. Tengo un actor al cual no podés sacarle
los ojos de encima, una pareja de actores que crean una épica en la pantalla... Por esos motivos me
gusta trabajar con actores que traspasan la pantalla, que queman cada cuadro y que tienen una gran
empatía con la audiencia.
—¿Tenés la expectativa de repetir el éxito de tus películas anteriores? ¿Esperás otra
nominación al Oscar?
—Más que la expectativa diría que tengo la
esperanza...(risas) Eso es algo que todo el mundo espera cuando hace una película. En realidad uno
hace cuatro películas: la que escribís, la que filmás, la que montás y la que ve el público. O
puede ser que no tenga ninguna repercusión. Esto es lo que más ansiedad me genera porque no tengo
control sobre eso, y a partir de ahí depende de la gente.
—“Luna de Avellaneda” fue un fenómeno de recaudación, pero
también se la calificó como cine comercial. ¿Hacés esa diferenciación entre cine comercial, de
arte, de culto?
—No. Solamente trato de hacer una película que a mi me
gustaría ver, que tenga buen ritmo, al que estamos acostumbrados como audiencia moderna. Y que
además tenga sorpresa, ingenio, conflicto, drama y, como si fuera poco, buenas actuaciones. ¿Qué
culpa tengo yo si todo eso es comercial? Háganme juicio (risas).