A 15 años de su formación el dúo tecno pop Matilda presenta su último y quinto disco "El río y su continuidad" y lo celebra esta noche en Plataforma Lavardén, desde las 21.30.
Por María Noel Do
A 15 años de su formación el dúo tecno pop Matilda presenta su último y quinto disco "El río y su continuidad" y lo celebra esta noche en Plataforma Lavardén, desde las 21.30.
Se avecinaba un caótico fin del 2001 y dos amigos se juntaban en una casa abandonada, arriba de una vieja fábrica de mosaicos por calle Cafferata, para hacer música. Grababan con computadoras desktop, parlantes y unos micrófonos enchufados. Hacían música electrónica cuando lo único que sonaba en las radios era rock nacional. Fue entonces que Ignacio Espumado y Juan Manuel Godoy formaron Matilda, un proyecto electropop que los salvaba de la crisis del país. "Empezamos a tocar en un momento muy convulsionado y para cuando sacamos nuestro primer disco asumían siete presidentes en una semana, de ahí que Matilda es una reacción a toda una época", recuerda Juan Manuel Godoy. Y aunque ese primer disco, "Tres corazones rotos y un ordenador" es bastante naif, fue producto de un momento políticamente denso y que marcaría el rumbo de Matilda hacia un tecno-pop para nada liviano.
Influenciados por bandas como Virus, New Order, Kraftwerk y la música de los 80, se dejan llevar también por otras músicas e intérpretes como Daniel Melero, Víctor Jara y Eduardo Mateo. "Incorporar ciertos guiños de nuestro continente, a músicas de Brasil, Chile o Uruguay, por ejemplo, hacen que nuestro sonido sea más auténtico". Esta fusión se ve reflejada tanto en lo musical como en las letras de las canciones del quinto y último disco "El rio y su continuidad", editado en julio de este año. "En este último disco se percibe mucho la presencia de instrumentos acústicos, quisimos que percusiones, palmas y teclados estuvieran más presentes y que no hubiera tanta programación", explica Godoy, quien primero compone con guitarra y al llevar las canciones al estudio se van mixturando con la electrónica. Reconoce que lo tecno-pop puede resultar un poco frio y que los sonidos acústicos del nuevo disco remiten a la música latinoamericana, que le dieron calidez sin quedar impostado o forzado. Ya desde el titulo el nuevo disco establece una conexión con la naturaleza, va más allá de lo urbano y explora la relación entre el hombre, la naturaleza y la ciencia. "El río y su continuidad está inspirado en la poesía de Juan L. Ortiz, es un disco existencialista y la idea que gira en torno a las canciones es la contradicción de que el hombre no puede dejar de pensarse como un ser único, cuando en realidad es parte de la naturaleza y la tierra", explica el músico y agrega que todo está en movimiento "y uno mismo va pasando también".
Under, no. La vida y el tiempo fluyen en la propia existencia de Matilda, que después de un largo recorrido de quince años por el under de Rosario ya están consolidados a nivel nacional. "En realidad la palabra under quedó fuera de moda", revela Godoy. "Hoy todo es under en Rosario, es un concepto que con las nuevas tecnologías quedó sepultado, ya no hay nada under o indie porque la auto-gestión le ganó a la gran industria musical".
Siempre a la vanguardia desde sus inicios, el dúo se preguntaba por el valor artístico de un disco y en contrapartida su valor comercial. En este sentido, Godoy agrega que años atrás cobraban sólo lo que costaba el CD y la impresión de la tapa. "Nos adelantamos a lo que hoy se hace por Internet, que es el pago de las canciones según el valor que le atribuye la gente, porque preferimos hacer circular nuestra música libremente". La autogestión y la libre circulación de sus trabajos tienen que ver también con el colectivo rosarino Planeta X, un grupo de músicos y productores que por los 90 crearon un sello discográfico y hace más de 20 años se sostienen de manera cooperativa, entre la edición de discos y los shows. "Tratamos de vivir con música, no de la música", dice Godoy.
"Ni bien empezamos con Matilda se dio la conexión con Planeta X, que se tomaba a la música con mucha seriedad, no como un hobby, había mucha organización y de ahí salieron nuestros primeros discos". Hoy Matilda es reflejo del pulso de la iniciativa, la autogestión y la libertad, que entiende la música como un enlace más y mejor entre los seres humanos.