Jake Gyllenhaal se pone al frente de un filme que demanda una transformación radical. El actor, que viene de protagonizar la fantástica "El príncipe de Persia" y la comedia romántica "De amor y otras adicciones", se subió ahora al thriller de ciencia ficción "8 minutos antes de morir", que se estrena hoy en Rosario.
El actor interpreta en esta ocasión al capitán Colter Stevens, un piloto de helicópteros reclutado para una misión muy particular que comienza cuando Stevens se despierta en un tren sin saber cómo llegó allí.
Sentado frente a él está Christina, a cargo de Michelle Monaghan, a quien se la vio en "Somewhere. En un rincón del corazón", la película de Sofia Coppola. El no la conoce, pero ella cree que sí desde el momento que le habla con absoluta confianza.
Esa situación anómala se acentúa cuando al buscar refugio en un baño, Colter se asombra al ver en el espejo el reflejo de otro hombre y encuentra en su billetera identificaciones a nombre de Sean Fentress, un maestro de escuela. Y de pronto, una gran explosión despedaza el tren.
Luego Colter es transportado a una unidad de aislamiento de alta tecnología donde una mujer uniformada exige saber todo lo que él vio en el tren. Así se entera que es parte de una misión de alta prioridad con el fin de identificar al terrorista que destruyó el tren horas antes y que a la vez planea matar a miles de personas más con una explosión de mayores proporciones en el corazón de Chicago.
El hombre es la herramienta principal con la que se está poniendo a prueba un programa secreto denominado Source Code (código fuente, nombre original del filme) que le permite a Colter vivir brevemente como Sean en la realidad paralela del tren atacado.
Tiempo límite. Cada vez que regresa al tren, Colter cuenta con sólo ocho minutos para descubrir la identidad del terrorista y en cada ocasión recoge nueva evidencia pero su presa lo elude. Mientras más cerca esté de desentrañar el misterio, tendrá más opciones de evitar que ocurra la mortal explosión, a menos que pasen los ocho minutos y el experimento también acabe con él.
El intrincado argumento intenta abordar un mundo que siempre fascinó y fue fuente de especulaciones pero que sólo quedó en el campo de la ciencia ficción, como es el caso de los viajes a través del tiempo y en el caso de este filme eso ocurre por cortos períodos de tiempo.
"Según la física, el pasado no se puede cambiar. Lo que sí propone es la idea de un universo paralelo, una copia de la realidad que es idéntica a la nuestra. Y «8 minutos antes de morir» es la habilidad para acceder a otra realidad por un breve periodo tiempo", afirmó el guionista Ben Ripley quien acercó la idea al productor Mark Gordon, quien también estuvo al frente de "2012".
Cada pequeño grupo de personajes de 8 minutos antes de morir cumple un rol esencial en el drama que se desarrolla y cada uno de los actores que los interpretaba tuvo que brindar actuaciones muy logradas bajo circunstancias inusuales y desafiantes. El director Duncan Jones, hijo de David Bowie y su primera mujer, tiene cierta debilidad por darle credibilidad a historias increíbles. Así lo hizo en su primer largometraje, "En la luna", donde propone un conflicto humano y existencial para el único ocupante de una misión en la luna.
"Como director, tuve muchísima suerte en contar con este elenco", dijo Jones. Para el hijo de la estrella de la música británica el desafío consistió en lanzarse a nivel internacional apenas con su segundo filme, pero con un tema clásico que desvela la fantasía de los escritores desde siempre y sobre todo con determinación.
"Quiero llegar a donde lo hicieron los Coen o Tarantino", declaró Jones a medios españoles. Y añadió muy seguro: "Rodé una pequeña película para demostrar que sé cómo se hace esto. Y he hecho una película más grande para mostrar que puedo moverme con grandes presupuestos, en el sistema de Hollywood y con grandes estrellas", afirmó.
David Bowie, un padre presente
El director Duncan Jones no reniega de su famoso padre David Bowie, pero dijo que prefiere ser reconocido por su propio trabajo: "Mi padre tiene que ver con mi interés por la ciencia-ficción, pero sólo porque me enseñó las películas que a él le gustaban y me dio libros para leer cuando yo era pequeño", dijo el director y mencionó entre sus preferencias a J. G. Ballard o Phillip K. Dick , entre otros autores.