“El muñeco diabólico”, asesino y con botox
“El muñeco diabólico”, asesino y con botox
Calificación: ***. Protagonistas: Aubrey Plaza, Gabriel Bateman. Brian Tyree Henry, David Lewis. Género: Terror. Salas: Hoyts, Nuevo Monumental, Showcase, Village.
Y un día volvió. El muñeco diabólico que surgió en 1988 volvió recargado y con una dosis de botox. Y no sólo el rostro del muñeco está modificado, la historia también. A diferencia de la película original, este nuevo Chucky, en lugar de estar poseído por el espíritu de un asesino, es un modelo defectuoso de la nueva línea de juguetes que cuenta con una programación basada en inteligencia artificial y tiene la habilidad de conectarse con los electrodomésticos del hogar. Y de recordar las palabras de su amo.
Lo cierto es que este “mejor amigo” llamado “buddie” es capaz de hacer todo para defender a su pequeño dueño. El gran inconveniente es que el código de programación del muñeco fue hackeado para eliminar sus protocolos de seguridad. A partir de este error, Chucky se volverá de lo más maligno y tomará cada cuchillo que vea para defender a su “amigo fiel”. La trama es una clara adaptación a estos tiempos 2.0 pero con una impronta bizarra que causa más que miedo, muchísima risa.
Las metodologías para asesinar a sus víctimas son muy creativas y abundan de sangre. Pero no sólo hay escenas violentas, por momentos también hay dosis de ternura, porque al fin y al cabo, Chucky es un pequeño muñeco que intenta hacer las cosas bien, pero claro, a su manera.
Por Luciana Boglioli
“El verdadero amor”, un paseo por el purgatorio
Calificación: ***. Intérpretes: Bouli Lanners, Justine Lacroix, Sarah Henochsberg y Cécile Rémy-Boutang. Dirección: Claire Burger. Género: Drama. Sala: Cines del Centro.
El verdadero amor es posible, pero no siempre se ajusta a lo planeado. Así parece afirmarlo la directora Claire Burger en su primera película en solitario. El filme, parcialmente inspirado en una experiencia personal de la realizadora, narra la historia de Mario y Armelle, un matrimonio de mediana edad, con su vida resuelta hasta que un día ella decide que necesita tomarse un tiempo.
Esa separación que se acuerda de manera amistosa, resulta reveladora para Mario que de pronto debe hacerse cargo de la casa y de entender a sus hijas Frida y Niki, cada una inmersa en una búsqueda propia de su edad, una descubriendo su sexualidad y la otra intentando comprender el nuevo escenario que les toca vivir.
Burger construye un relato íntimo de un proceso de descubrimiento y describe la vulnerabilidad de ese hombre cuyo aspecto de solidez oculta el derrumbe de un mundo que parecía previsible. La realizadora ilustra el proceso tránsito a una madurez desconocida y propone que quizás las crisis resulten tal vez una oportunidad para crecer.
Por Rodolfo Bella