►"Esa mujer": el amor a través del tiempo
►"Esa mujer": el amor a través del tiempo
Calificación: 4 estrellas
Intérpretes: Zhao Tao, Fan Liao, Jiali Ding y Zheng Yu.
Dirección: Jia Zhangke.
Duración: 136 minutos.
Género: Drama.
Salas: Del Centro.
Por Carolina Taffoni
El director chino Jia Zhangke (“Plataforma”, “Naturaleza muerta”, “Lejos de ella”) regresó con otra película notable. “Esa mujer” es una historia que se desarrolla en varias capas: es un filme de códigos de gángsters, es el melodrama de una pareja a través del tiempo y también es el reflejo de un país tan cruel como fascinante. La primera escena nos ubica en 2001 en Datong, un pueblo minero a punto de desaparecer. Bin y su novia Qiao (la talentosa actriz Zhao Tao) regentean un lugar de apuestas clandestinas y forman parte de una suerte de mafia local. Cuando una banda rival los ataca en la calle, ella defiende a su novio con un arma ilegal y cae presa. Pero lo hace para no delatar a Bin, el verdadero dueño del arma, que sólo cumplirá una condena menor. Después de pasar cinco años en la cárcel, Qiao sale y se da cuenta de que está sola en un país que ha cambiado rápidamente. Con pocas palabras y hechos concretos, la protagonista emprende entonces un viaje que está más cerca del aprendizaje y el resurgimiento que de la venganza.
“Esa mujer” indaga en temas complejos como el espíritu de supervivencia más allá de la moral y el misterio del amor incondicional, ese que atraviesa el tiempo y todo tipo de diferencias. Y en paralelo refleja la historia reciente de China, un monstruo que avanza y gana posiciones en los mercados mientras su población se hunde en la pobreza y la desesperanza.
►"La espía roja": una heroína dudosa
Calificación: 3 estrellas
Intérpretes: Judi Dench, Sophie Cookson y Laurence Spellman.
Dirección: Trevor Nunn.
Género: Drama.
Salas: Cines del Centro y Showcase.
Por Rodolfo Bella
La Segunda Guerra Mundial también se libró y se escribió en las oficinas de las potencias, ya sea con criptografía o entre espías, traidores y héroes. Inglaterra fue uno de los epicentros de esos esfuerzos y así lo muestran películas como "El código Enigma" o la serie "The Bletcheley Circle". Trevor Nunn, realizador de adaptaciones como "Noche de reyes" y "Rey Lear", recupera en "La espía roja" la historia real de Melita Norwood.
Alterando en parte la realidad, los guionistas transformaron a Norwood, una empleada calificada de una oficina gubernamental, en Joan Stanley, una brillante científica. Ambas, en la realidad y la ficción, están unidas por su legado: proporcionar a la ex Unión Soviética información sobre las armas atómicas que desarrollaba Inglaterra y que permitió a la URSS avanzar en el mismo sentido. La trama se matiza con dos historias de amor y proponen que Stanley (Judi Dench) actuó no como una traidora a su país, sino a favor de la paz y en contra de una posible tercera guerra mundial. Dench, de manera magistral, se encarga de profundizar la duda sobre la verdad histórica.
►"Flora no es un canto a la vida": más sola que mi abuela
Calificación: 3 estrellas
Intérpretes: Flora Schvartzman, Iair Said, Adriana Schvartzman.
Dirección: Iair Said.
Género: Documental.
Sala: El Cairo.
Por Pedro Squillaci
Iair Said, actor y director, decidió filmar un documental sobre Flora Schvartzman, su tía abuela. Claro, sin el consentimiento de esta mujer de 90 años, quien desde que nació se prepara para morir, que sólo tiene en el mundo a su sobrino nieto y la mamá del realizador, que son protagonistas de esta historia. Entre el sarcasmo y la cruel realidad, Said cuenta en primera persona este relato y confiesa que más allá del cariño que siente por Flora, también le interesa heredar su departamento. Pero está en problemas. Porque ella, de origen hebreo, decidió donar ese inmueble al Instituto Weizman, fiel a una tradición familiar. Flora tiene frases como "el bolsillo mueve al mundo, no el amor"; "la vida se llevó todo lo que yo quería"; y quiere regalar todo lo que ya no usa en su departamento porque "mejor dar las cosas con la mano en caliente". Coqueta, le gusta comer bien y fumar sin cuidarse y asegura que guarda toda la ropa a propósito con olor a tabaco "para ahuyentar a las polillas". Con ternura y cierto humor negro, el documental genera empatía con el espectador, ya que muchos verán en Flora el espejo de su abuela. La escena de la foto que ilustra esta crítica, que es el momento en que ella descubre en la TV a su sobrino como actor, es el momento en el que, simplemente, es inevitable no enamorarse de Flora.