"Animales nocturnos", la venganza será terrible
"Animales nocturnos", la venganza será terrible
Calificación: ***. Intérpretes: Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Michael Shannon y Aaron Taylor-Johnson. Dirección: Tom Ford. Género: Thriller. Salas: Monumental, Showcase, Hoyts, Del Centro y Village.
Tom Ford es mucho más conocido como diseñador de moda que como cineasta. Sin embargo, en 2009 fue elogiado por su ópera prima, "Sólo un hombre", y ahora llega con "Animales nocturnos", una película ambiciosa que no siempre está a la altura de sus pretensiones. Después de una brillante secuela inicial, el director nos presenta a su protagonista, Susan, dueña de una galería de arte, rica, deprimida y con un matrimonio en crisis. Un día Susan recibe un libro: se trata del borrador de una novela a punto de ser publicada por Edward, su ex marido, un hombre con el que estuvo casada de muy joven y al que no ve desde hace 20 años. A partir de allí la película se divide en dos partes totalmente distintas: por un lado la realidad de Susan (un melodrama) y por otro la trama de la novela de su ex, un thriller que transcurre en las rutas de Texas y que recuerda a Cormac McCarthy. Sutilmente, y con una gran dosis de suspenso, estas historias de irán uniendo en un único vínculo con el pasado. "Animales nocturnos" es oscura y angustiante, y es capaz de mantener al espectador en permanente alerta, pero la mirada siempre elegante y estilizada de Ford le quita intensidad a la historia. Por suerte este punto débil se ve compensado por momentos por el trabajo de los actores: Amy Adams y Jake Gyllenhaal son una pareja de lujo. Y Michael Shannon también se luce como un detective solitario en medio del desierto.
Por Carolina Taffoni
"La tierra roja", más denuncia que cine
Calificación: **. Intérpretes: Geert Van Rampelberg, Enrique Piñeyro, Eugenia Ramírez Miori y Lorenzo Quinteros. Dirección: Diego Martínez Vignatti. Género: Drama. Sala: Del Centro.
En medio de una cartelera en la que es más fácil encontrar una película de digestión rápida que un cine de autor, cuesta pegarle a “La tierra roja”. Diego Martínez Vignatti tuvo toda la intención de hacer una película de denuncia para exponer las consecuencias nefastas del uso de los agrotóxicos en la selva misionera. El realizador argentino radicado en Bélgica hizo foco en el salvajismo de las papeleras y puso en relieve ese contraste entre los empresarios extranjeros, que hablan cruzado para parecer más ajenos, y los nativos, que necesitan como el agua un trabajo para llevar el pan a la casa. Esa intención, valiosa, con un mensaje social ejemplificador, está lograda parcialmente, porque pierde peso por algunas imperfecciones en el guión y porque, como suele suceder en muchos realizadores, se mixturó géneros para sumar erróneamente atractivos a la trama. Y en cine, como en tantas expresiones del arte, muchas veces menos en más. En “La tierra roja” no hay humor ni terror (al menos en el formato clásico), pero hay drama; hay una suerte de culebrón fallido entre el protagonista y la maestra revolucionaria del lugar; hay acción que muta en una suerte de western, que tampoco llega a plasmarse del todo; y sobrevuela desde el principio al final el mensaje de “la lucha continúa”. Esa frase es el emblema de toda la película, tanto es así que cuesta ser tan duro con un director que se la jugó por levantar banderas sociales y defender a los más vulnerables a través de una película. Sobre todo cuando el cine norteamericano de la industria apuesta a ideas repetidas y dejan expuesta cada vez más su falta de imaginación. Pero el séptimo arte es mucho más que una denuncia, y el cuento que mejor llega a destino es el que está bien contado.
Por Pedro Squillaci
"Presencia siniestra", bostezo en la oscuridad
Calificación: **. Intérpretes: Naomi Watts, Jacob Tremblay, Oliver Plat, David Cubitt y Crystal Balint. Dirección: Farren Blackburn. Género: suspenso. Salas: Monumental, Showcase, Hoyts y Village.
En la mayoría de las películas de suspenso los personajes se sienten más cómodos recorriendo sus casas a oscuras en lugar de prender la luz... Bueno, “Presencia siniestra” cuenta con varias de esta ya repetida escena, entre otros lugares comunes del género. M. Night Shyamalan dejó una profunda huella con su intensa “Sexto sentido”, pero lamentablemente en esa huella la mayoría de las películas que quisieron seguir el paso, hicieron sapo. Este también es el caso de “Presencia siniestra”, que sólo cuenta con la atracción de que Naomi Watts es la protagonista del filme. Pero, claro, no alcanza. Watts hace de Mary, una psicóloga infantil que vive aislada en una casa del bosque con su hijastro Stephen, un adolescente en estado vegetativo desde el accidente de coche en que murió su padre y marido de Mary. Al mismo, tiempo aparece y desaparece un niño que es paciente de Mary, y también aparecen los primeros ruidos misteriosos en la casa. Encima, se acerca una gran tormenta, pero lo mismo las escenas son largas, oscuras, lentas, silenciosas... Un gran bostezo. Y cuando llega el terror y el suspenso intenta apoderarse de la historia, la audiencia seguramente ya está desencantada y entonces todo se parece demasiado a un gran truco.
Por José Cavazza
Por Carina Bazzoni