"Café Society", una pequeña historia de amor
"Café Society", una pequeña historia de amor
Calificación: ***. Intérpretes: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Corey Stoll y Steve Carell. Dirección: Woody Allen. Género: comedia dramática. Salas: Del Centro, Monumental, Showcase y Village.
"Café Society" es una película con ciento por ciento del ADN de Woody Allen. Allí están Nueva York, su nostalgia por el pasado, en este caso el Hollywood de los años 30; el jazz, sus chistes judíos (por momentos de gusto dudoso: "Tengo un hijo muerto, y además católico. No sé qué es peor", aunque en este filme el humor casi no existe o parece forzado), sus digresiones filosóficas, su cita a la izquierda bienpensante -que ahora muestra con mordacidad-, sus diferencias de clase, su elenco de actores blancos con personajes heterosexuales (sólo aparece 15 segundos una latina haciendo de mucama y la película hace una alusión a la prostitución de una aspirante a actriz). El filme es también un ejercicio extraordinario de iluminación, responsabilidad de Vittorio Storaro y una magnífica demostración de producción, del diseño de arte, escenografía y vestuario.
La narración es sólida y fluida; la trama y las subtramas tienen una estructura ingeniosa que no deja decaer el interés por el destino de los personajes y su historia de amor. "La vida es una comedia, pero escrita por un cómico sádico", dice uno de ellos, lo que resume la línea y el tono general del relato sobre un joven de una familia pobre judía que se muda de Nueva York a Hollywood para probar mejor suerte. Todo ese esfuerzo encuentra el punto más flojo en el trabajo de los protagonistas, Jesse Eisenberg, que parece imitar a Allen, y la bella pero inexpresiva Kristen Stewart.
Por Rodolfo Bella
"La luz incidente", dolor en blanco y negro
Calificación: ***.Intérpretes: Erica Rivas, Marcelo Subiotto, Susana Pampin, Elvia Onetto y Rosana Vezzoni. Dirección: Ariel Rotter. Género: Drama. Salas: Del Centro, Monumental, Showcase y Village.
El blanco y negro copa la escena en "La luz incidente". El contraste atraviesa la historia de Ariel Rotter, el director que llevó a la pantalla grande un relato familiar y supo ponerlo en foco con sutileza y sensibilidad. En un tono casi minimalista, el filme transcurre en una ambientación relajada, en una Buenas Aires lejana, allá por los años 60. Parece mentira que todo sea tan lejano, desde la radio a transistores hasta la cajita de música, el Fiat 1.500 y ese modo formal y cortés de relacionarse. Pero las expresiones de los protagonistas Erica Rivas y Marcelo Subiotto le dan proximidad a sus criaturas, con relaciones cercanas, reconocibles en cualquier pareja de aquella década. La trama desanda a partir de la pérdida. Es desde ese hueco por donde sangra Luisa (Rivas, impecable). Ella perdió a su hermano y su esposo en un accidente de tránsito y se quedó sola con sus dos hijas pequeñas. Esa herida no cierra. Luisa todavía plancha las camisas de su marido como si la tuviese que usar la mañana siguiente y sigue buscando alguna explicación que le justiquique lo inexplicable de dos muertes absurdas. No puede con su tristeza. Ni siquiera ante la presencia de Ernesto (Subiotto, en un rol sorprendente), quien no sólo le ofrece su amor, sino que también quiere darle el apellido a las niñas para que todo quede casi como era entonces. Las presiones sociales y el qué dirán que rodea a la esta familia pequeño burguesa irá arrinconando a Lucía, quien deberá tomar alguna decisión, más allá de su dolor. El corazón le hace trampas, por momentos quiere soltarse y tener algo de fuego pasional en sus días y hay ratos que desearía dormir y no despertar. Una película para ver y disfrutarla, lejos del color, y cerca del claroscuro, con o sin luz incidente.
Por Pedro Squillaci
"Satanic, el juego del demonio", venganza del más allá
Calificación: *. Intérpretes: Sarah Hyland, Justin Chon, Steven Krueger, Clara Mamet y Sophie Dalah. Dirección: Jeff Hunt. Género: Terror. Salas: Monumental, Showcase, Hoyts y Village.
Cuando una película se anuncia con los créditos de otros éxitos hay que dudar. "Satanic", de Jeff Hunt, llegaba con el agregado "de los productores de «The Walking Dead»" y "del guionista de «Kristy», «Miedo profundo» y «La oscuridad». Demasiados títulos para una historia con muy poco valor específico para destacar. Dos parejas llegan a Los Angeles con la idea de divertirse, pero mientras David y Chloe buscan entretenimientos más convencionales y terrenales, Seth y Elise se apasionan con los ritos demoníacos. No sólo eso, sino que se empecinan en hacer una suerte de turismo satánico, sin imaginar que se meterán en lugares donde será muy difícil encontrar la puerta de salida. Y si la encuentran, es más complicado aún que lo hagan con vida. La primera hora de la película tiene dos problemas: el primero es que nunca mete miedo y el segundo es que, cuando aparecen las situaciones terroríficas, es muy fácil saber cómo termina todo. Lo peor para las dos parejitas, y paradójicamente lo mejor para la película, acontece cuando el espíritu de una persona es convocado y nadie sabe cómo hacer para que regrese al infierno. Con recursos poco originales, las amenazas del más allá serán cada vez más fatales y el demonio jugará con ellos hasta saciar su sed de venganza. Aburre y no asusta.
Por Matías Petisce