Los dibujantes tienen fama de tímidos y nerds. "Sí, no hay nada más antisocial que ser un dibujante", reconoce Liniers entre risas. Sin embargo, el creador de tiras como "Macanudo" y "Bonjour" unió fuerzas con su colega chileno Alberto Montt y juntos se animaron a salir al escenario con un proyecto original: un stand up ilustrado. En el espectáculo bautizado "Los ilustres", que se presenta hoy en la Plataforma Lavardén, Liniers y Montt hacen monólogos, conversan entre ellos y dialogan con el público mientras van dibujando sus chistes y ocurrencias en un intercambio absolutamente espontáneo. Además un lienzo gigante se proyecta sobre una pared para que el público disfrute de cómo los trazos construyen historias y personajes. En la misma Plataforma Lavardén también habrá una muestra de los dos artistas.
"Este stand up nació como esas cosas que se van dando de a poco, y de repente te das cuenta que estás arriba de un escenario haciendo intentos desesperados por sobrevivir", dijo Liniers entre risas. "La primera semilla de todo esto fue Kevin (Johansen), que me invitó a subir a un escenario por primera vez a sus shows y de a poquito le fui perdiendo el miedo y el respeto, lo cual es bastante peligroso", agregó entre más risas. "Con Alberto Montt nos hicimos amigos bastante rápido. El presentaba mis libros y yo presentaba los libros de él, y como las presentaciones se ponían aburridas empezábamos a decir cualquier cosa entre nosotros, a pesar del público. Nos empezamos a divertir mucho en esas charlas. Entonces nuestros editores en México nos propusieron hacerlo como show. Nosotros ya habíamos hablado un poco en chiste de hacer stand up ilustrado, pero ahí nos largamos a probarlo", relató.
Durante la primera experiencia en México, la dupla sintió miedo y nervios. "Y por eso lo hicimos en México. Si fracasábamos no volvíamos más y ya está", admitió Liniers con una sonrisa. "Salimos a ver qué es lo que había, si nosotros lo disfrutábamos y si la gente se reía. Cuando vimos que la gente respondió bien nos animamos a hacerlo en Buenos Aires. Le dimos un poco más de orden y de estructura, un toque más profesional, pero básicamente es salir a ver qué pasa", señaló.
El dibujante reconoció que no tiene ningún entrenamiento como actor ("lo mío es puro caradurismo"), pero aseguró que es seguidor del stand up como genero desde hace años. "Desde chiquito me gustaban mucho Eddie Murphy y Robin Williams. Esos eran los pocos videos a los que podíamos acceder", contó. "Después, cuando apareció la serie «Seinfeld», a toda mi generación le empezó a picar el bichito del stand up y eso terminó de abrir las puertas a principios de los 2000, cuando ya se empezaron a hacer los shows en Buenos Aires. Le encontramos la vuelta para hacerlo es español, porque la gran barrera era el idioma. A mí siempre me gustó el formato, es un formato muy libre, que te da la posibilidad de experimentar en el escenario", aseguró. Según el artista, "el stand up en Estados Unidos reemplazó un poco el espacio que tenía el rock and roll en los 50 y los 60, cuando la cosa era plantarse frente al poder y mandarlos a freír churros. En la música ese ímpetu ya casi no existe. Los que hacen stand up no tienen ninguna función corporativa y son tipos que siguen diciendo la verdad, cantándola como la ven", opinó.
Liniers definió el humor de Montt como "ácido y hasta peligroso por momentos". Y esa es la línea que marca a "Los ilustres". "Lo divertido del show es que los dos vamos a la oscuridad máxima", afirmó el dibujante. "Esto no es «Macanudo el musical». Es bastante más políticamente incorrecto y tiene un lenguaje más soez si se quiere, no es para niños. También tiene algo de «Bonjour», esa cosa de humor negro. En el show está más presente esa arista que el costado optimista de «Macanudo». Además hay espacio para la cosa medio abstracta y para el absurdo que a mí tanto me divierte", agregó.
Cuando a un dibujante no le sale un dibujo lo hace un bollo y lo tira a la basura. ¿Cómo se resuelve ese problema en vivo y en directo? "Es lindo ver el fracaso en vivo", respondió Liniers entre risas. "No te queda más que hacerte vos un bollo, escuchar el silencio de la sala y decir «vamos a pasar a otro tema». Pero todo sirve. Todo te deja una enseñanza. Eso de no tener red a mí me resulta muy estimulante. No tenés ni 20 segundos para pensar, entonces se genera un material que no se generaría de otra manera", aseguró.
En ese sentido, el desafío de "Los ilustres" es muy transparente. "Acá salimos de nuestra zona de confort", afirmó el creador de "Macanudo". "A nosotros ya nos festejaron los dibujitos y los libros, y acá nos ponemos en una situación en donde no está todo claro. No es algo que venimos haciendo desde hace 20 años y lo hacemos de taquito. Eso a mí me genera entusiasmo más que miedo. Es como encontrar un juguete nuevo, un material nuevo para hacer experimentos en el laboratorio", concluyó.