“Hacemos las preguntas que la gente se hace, trabajamos desde el sentido común”,
dijo a La Capital Juan Di Natale, el conductor histórico de “Caiga quien caiga”
que este año cumple 14 temporadas al aire. El envío semanal, que se verá desde hoy a las 22.30 en
la pantalla de Canal 5, llega envuelto en una reciente polémica ocurrida en Rosario (ver aparte).
Una vez más el trío de los periodistas vestidos de negro y anteojos
oscuros salen a hacer de las suyas. Di Natale, Ernestina Pais y Gonzalo Rodríguez vuelven con su
“resumen semanal de noticias” que, como asegura Di Natale, “mantiene el humor, la
ironía y el sarcasmo habitual”.
El temor a repetirse no parece un problema para “CQC”, o
“Caiga”, como le dicen cariñosamente. “El riesgo de la repetición lo corremos
como cualquiera. Pero la permanencia habla de su vigencia y que la propuesta tiene sorpresa”,
destacó.
Clemente Cancela, Guillermo López, Diego Iglesias y Pablo Camaití son
los cronistas que saldrán a la calle, generalmente contra la corriente, pero siempre buscando
alguna información que eche luz sobre algún caso interesante.
En este primer envío, se verá una donación de un aire acondicionado a
los damnificados por el alud en Tartagal y el descubrimiento de que llegó a la casa de un concejal.
El programa también estuvo en Uruguay en la asunción de Pepe Mujica, junto a Evo Morales, Hillary
Clinton y Cristina de Kirchner.
Di Natale consideró que “CQC” ya es indiscutiblemente un
clásico de la tevé, pese a la partida de Mario Pergolini y Eduardo de la Puente: “Creo que no
deja de ser un clásico por un cambio de personal. El programa, el espíritu, la estética y el staff
de noteros es el mismo, y en cada temporada tenemos una vuelta de tuerca nueva. Básicamente el
programa no cambió por la salida de Mario y Eduardo. Ernestina y Gonzalo son diferentes a ellos y
como tales tendrán otros puntos de vista”.
El conductor dijo que el ciclo se mantiene por mantener un código
generacional, pero también por estar a tono “con el espíritu de estos tiempos, no sólo a
nivel local, sino mundial, que se manifiesta en la crisis de la representatividad y de las
instituciones tradicionales”. Y agregó: “CQC pone en boca de sus conductores y
cronistas las palabras que la gente utiliza en la calle y hacemos las preguntas que la gente se
hace, trabajamos desde el sentido común”.
Respecto a la cuestionable buena recepción que tienen en la pareja
presidencial, destacó: “Este programa ya atravesó varias presidencias y los personajes del
poder siempre intentaron seducir a nuestros cronistas porque si caían simpáticos podían captar más
votantes. El trabajo de nuestros cronistas y productores es encontrar una forma nueva para evitar
ser fagocitados por estos personajes, desde que el ministro Ruckauf chichoneaba con Andy Kustnezoff
hasta ahora esto siempre sucedió. La presidenta muchas veces trató de evitarnos, pero prefiere dar
una imagen relajada y divertida porque es lo que más le sirve. Nuestro trabajo es ir más allá y
hacer las preguntas que queremos hacer”.