La memoria colectiva del rock argentino descansa sobre una cincuentena de canciones que se resisten a ser olvidadas. En una especie de historia circular los temas, con desigual fortuna, disfrutan o sufren de nuevas versiones y nuevos intérpretes. La Mississippi no pudo evitar la tentación y lanzó “Inoxidables”, un álbum integrado por un puñado de clásicos del rock nacional: “Post Crucifixión” de Pescado Rabioso, “No tan distintos” de Sumo, “Una casa con diez pinos” de Manal, “Masacre en el Puticlub” de los Redondos, “Pato trabaja en una carnicería” de Moris, “Azúcar amargo” de Vox Dei y “La mamá de Jimmy”, de León Gieco, entre otros.
“Creo que el disco tiene la medida justa de nostalgia, sin ser lloroso”, dice Ricardo Tapia, líder de la banda blusera desde hace 27 años, al explicar el espíritu de “Inoxidables”, trabajo que será presentado en vivo esta noche a las 20 en el teatro Fundación Astengo.
—¿Cómo surgió la idea de “Inoxidables”?
—”Inoxidables” surgió como una lista de temas que veníamos sumando a la lista de canciones durante meses y que la gente aceptó perfectamente, quizás porque nos quedan bien para tocar y disfrutar en el escenario, y que después se volvió disco.
—La mayoría de las canciones elegidas son de los 70 y 80, ¿Qué tuvieron de especial esas décadas?
—La mayoría de los temas elegidos son emblemáticos y fueron algunos muy importantes en nuestra juventud. Además fueron compuestos en años muy difíciles del país y sin embargo tienen un vuelo muy importante.
—Algunos temas los llevaron más al estilo de la Mississippi que otros, ¿Salió naturalmente?
—Yo siento que todos los temas del disco fueron tocados a nuestra forma, sin ningún tipo de forzamiento a otro estilo. Todos suenan a nuestra banda, no importa el ritmo. Lo tomamos con la mayor naturalidad posible.
— ¿Sentís que el disco es nostálgico? ¿O tiene mucho de presente?
— Creo que el disco tiene la medida justa de nostalgia, sin ser lloroso. Es música viva, con un presente y una poesía totalmente adaptable a la actualidad, y ni hablar de lo musical. Los pibes están haciendo un revival muy fuerte del rock clásico para tomar de ahí cosas verdaderas y honestas.
—¿Cuál es el tema que más te gusta cómo quedó?
— Es muy difícil elegir un tema porque todos quedaron como quisimos. Quizá el tema de Moris (“Pato trabaja en una carnicería”) sea el más sentido por la poesía, la melodía y por su pensamiento visceral... .
—Extraña un poco la ausencia de algún tema de Charly García...
—Charly es un artista importantísimo en el rock nacional pero no es una influencia para nosotros en lo que a música se trata. Venimos y vamos por carriles de música negra, y Charly es un hombre del clásico y el sinfónico. Este disco no fue una competencia entre artistas sino un puñado de canciones que amamos.
— “Gato de la calle negra” seguramente no hubiera sido elegido por una discográfica en un compilado de Pappo...
—Es cierto, y nosotros lo elegimos porque nadie lo hubiera seleccionado. Lo obvio resulta muchas veces aburrido.