El fuerte temporal que se abatió el domingo por la noche en Capital Federal obligó a la suspensión del show de cantautor estadounidense John Mayer, que se realizó al aire libre en el Hipódromo de Palermo, cuando faltaba alrededor de 8 canciones.
El fuerte temporal que se abatió el domingo por la noche en Capital Federal obligó a la suspensión del show de cantautor estadounidense John Mayer, que se realizó al aire libre en el Hipódromo de Palermo, cuando faltaba alrededor de 8 canciones.
Los vientos, truenos y la lluvia pusieron fin pasadas las 22 a la renovación del romance entre el seductor Mayer y su público argentino, compuesto mayormente por chicas de clase media, media alta y aristocracia de zona norte.
El notable guitarrista visitó la Argentina para presentar su último disco "The Search for Everything" acompañado por una notable banda que está encabezada por Steve Jordan en batería, habitué de Keith Richards y Eric Clapton, Pino Palladino en bajo, ex The Who y Sting, David Ryan Harris en guitarra y voz, Larry Goldings en teclados, Isaiah Sharkey en guitarra, Tiffany Palmer y Carlos Ricketts en coros.
El guitarrista dividió su show en tres partes, uno con toda la banda, donde recorrió canciones de su último disco y de sus anteriores álbumes, otra parte acústica, donde confirmó porqué es uno de los seductores de Estados Unidos, al tocar solo con su guitarra y enamorar a las fans argentinas.
La tercera parte fue con el trío conformado junto a Palladino y a Jordan que recordó momentos de Jimi Hendrix, de Cream, a Led Zeppellin, pero también buscó en el enorme repertorio de la música negra estadounidense.
Mayer se ganó el respeto de la crítica estadounidense cuando en 2006 con el disco "Continuum" dejó de lado las baladas acústicas para chicas y se puso a revisar en las raíces de la música estadounidense, en estilos como el country, el folk, el western, el blues, y también el bluegrass.
Esa cosecha arrojó grandes resultados en los discos "Born and Raised" y "Paradise Valley", mientras que en "The Search for Everything" la búsqueda de Mayer fue dentro de la música negra con muestras de funky, blues, soul y el R&B bien vintage, con sonido valvular.
Por esa razón conformó una súper banda para este tour con una importante presencia de músicos afronorteamericanos que lo ayudaron en los arreglos vocales y en los falsetes, aunque el guitarrista se da maña con esos tempos vocales.
Así arrancó el show con "Belief" de su último disco con una estructura funky, y la base conformada por Jordan y Palladino aportando un groove increíble, sobre el que Mayer flotó con su carisma y con el notable movimiento de sus dedos para solear hermosamente en esta canción.
Ya jugando de local, al escuchar el "Ole Ole Mayer" el guitarrista zapó junto a la base poniéndole música al coro del público y luego lo empalmó con "Helpless" de su última producción que sonó bien soulera.
Tomó la acústica para una romántica y nocturna versión de "I don trust misil" de su disco "Continuum" que el público cantó de principio a fin, y disfrutó de los muy buenos arreglos del pianista Larry Goldings.
Seductor como pocos, Mayer sabe ganarse a las mujeres y parece que le cantara a cada una de las integrantes del público y eso lo demostró en la acústica versión de "Rosie" que hizo vibrar al Hipódromo que lo aplaudió por su sabiduría al cortejar musicalmente.
Cuando se avecinaba un cierre con toda la banda sobre el escenario, el temporal que ya caía sobe el conurbano se desplomó sobre Palermo, los vientos movieron las pantallas, las torres, el aguacero cargó sin piedad contra el público y los rayos obligaron a la suspensión del concierto, cuando aún faltaban al menos siete u ocho canciones.