“Hoy la gente no se cuestiona si sos transformista o no. Lo único que quiere es ver un buen
show y divertirse”. Y eso es lo que promete el actor Marcelo Ponzio con “Desbordada de
talento”, la propuesta con la cual debuta hoy, a las 22, en el teatro Broadway, San Lorenzo
1223. Ponzio esgrime como garantía de calidad del show sus 23 años de experiencia sobre las tablas.
Pero luego de integrar durante nueve años el elenco de la obra anterior, “Desbordadas”,
el desafío es mayor. Con excepción de las coreografías, además de su trabajo en escena y de
coordinar la actividad de un equipo de 18 personas, fue el responsable de la idea, la producción,
el vestuario, la escenografía, los textos y la dirección general del espectáculo.
—¿Qué va a encontrar el público en “Desbordada de
talento”?
—Es un show cómico y musical, hay sketches y muchas más
coreografías, además de clásicos como “All That Jazz”, “Chicago” o
“Cabaret”; hay una galería de personajes como Susana Giménez, Liza Minelli, divas de la
televisión y de Hollywood. Carlos Gómez hará un personaje sorpresa que interactúa con el de Susana
Giménez. Hay dos personajes nuevos. Uno es una nena que hace un monólogo, y también un cuadro sobre
Christina Aguilera que es cómico. Sobre todo es un espectáculo apto para todo público. Hay quienes
tienen el problema de no saber con quien dejar a los chicos. Bueno, acá pueden llevarlos porque no
hay malas palabras ni cosas obscenas. Está todo muy cuidado y es para toda la familia. Estoy con
diez bailarines y Carlos Gómez como actor invitado.
—¿Qué pasó con el grupo de “Desbordadas”?
—El grupo se disolvió. Gustavo Sosa sigue trabajando pero decidió
dejar el grupo y Leonardo Ronco decidió no hacer más transformismo. Hará actuación, pero no en este
rubro. Al principio estuvimos en el bar Rojo, con Juan Pablo Geretto; después con Mariquena del
Prado, o sea Horacio Sansivero, y en el 99 empezamos a hacer “Desbordadas”.
—¿Qué te provoca ser el único responsable del show a partir de
ahora?
—Este año cumplo 23 años de transformismo. Es una gran
responsabilidad. No estoy nervioso ni nada parecido, pero sí me siento muy responsable por todo.
—¿Cuál es el límite entre una imitación o una parodia en el
transformismo?
—Estás en una línea muy delgada. Tenés que tener un muy buen paso
como para no errarle. Te pueden entender mal o se puede caer en el ridículo. Aprendés a evitarlo
con la experiencia y la observación. Me lleva meses armar un show y crear un personaje. Siempre
estoy estudiando y buscando el detalle de la persona que voy a imitar, cómo ríe, cómo se mueve.
Llega un punto en que las cosas se unen para formar el espectáculo.
—¿Qué condiciones reúnen personas como Susana Giménez o Liza
Minelli para convertirse en íconos?
—Primero, yo apunto a lo popular, como en su momento fue Silvia
Süller, que no es una diva o una estrella de Hollywood, pero fue popular; o Beatriz Olave, la mamá
de Rodrigo; era polémica, hablaba en todos lados. Por ahí no es necesario buscar una diva o una
estrella de Hollywood, si no lo que la gente recuerda más.
—¿Existe el riesgo de que te repitas?
—No. Este año, por ejemplo, hago las tres versiones de Liza
Minelli que hice hasta ahora. Ese tipo de personaje no cansa. Es una imagen muy fuerte; con el
sketch de Susana Giménez, hablamos de actualidad con el personaje de Carlos Gómez, y se hace
distinto. Podría llegar a cansar un cuadro de Marilyn Monroe si la hago todos los años. Por eso
este año incluyo dos personajes nuevos. Me lleva muchos meses armar un espectáculo; lo estudio
desde el maquillaje y el vestuario, teniendo en cuenta que a veces tenemos dos minutos entre tema y
tema para cambiarnos desde los zapatos hasta la peluca.
—¿Vas a hacer personajes masculinos?
—Los iba a incorporar este año, pero lo dejé para cuando volvamos
a mediados de año con el espectáculo.
—¿Qué permitió que un show con transformismo hoy pueda ser visto
sin recaudo y en una sala del circuito comercial?
—Creo que la gente tenía un tabú. El transformista es un actor. En
este caso está interpretando, como lo hace con cualquier otro personaje sólo que hacemos mujeres.
Divertimos, imitamos o emocionamos como cualquier otro actor cómico. Creo que descubrieron que el
transformismo es otra veta de la actuación. Hoy la gente no te pone en tela de juicio si sos
transformista o no. Lo único que quiere es un ver un buen show y divertirse.