Freddie Mercury falleció el 24 de noviembre de 1991 pero, 28 años después, sus allegados aún siguen recibiendo regalos navideños del carismático e icónico vocalista de Queen. Conocido por su gran generosidad, Freddie ordenó en su testamento que los grandes almacenes londinenses Fortnum & Mason envíen una cesta de Navidad cada año a amigos cercanos y sus ahijados. Todos ellos están apuntados en una lista escrita por el cantante antes de morir, que la reciben cada año, con la factura pagada por la herencia del músico. El último en hablar de la generosidad de Freddie fue Elton John en su reciente autobiografía, en cuyas páginas recuerda cómo en la mañana de Navidad de 1991, un mes después de su muerte, recibió una pintura de acuarela como regalo póstumo.