Cuando Gorillaz se convirtió en un éxito en 2001 con hits como "Tomorrow Comes Today" y "Clint Eastwood" sorprendió a propios y extraños. Se trataba de un proyecto raro: una banda virtual, de dibujitos animados, craneada por Damon Albarn, el líder de Blur, y el ilustrador Jamie Hewlett, cocreador del famoso cómic "Tank Girl". Sin embargo, con el correr de los años, Gorillaz se consolidó como uno de los más vibrantes y novedosos grupos de este nuevo siglo, sumando influencias de los más diversos estilos musicales, sobre todo del hip hop.
Seis años después de su último álbum, la banda virtual acaba de volver a las bateas con "Humanz", su quinto CD, que incluye muchos colaboradores y un aire conceptual. Para este trabajo, Damon Albarn decidió tener un hilo unificador: trató de imaginar un evento apocalíptico —eligió la elección de Donald Trump— y las posibles reacciones al respecto. Luego reunió a algunos de los talentos más brillantes del hip-hop, el R&B, el house, el reggae y más: los mordaces raperos Pusha T y Vince Staples; el agresivo Peven Everett; el nostálgico del dancehall, Popcaan; el innovador de la música house, Jamie Principle, y la leyenda del soul, Mavis Staples. También figura como invitado estrella nada menos que Noel Gallagher, el ex guitarrista de Oasis, el grupo que siempre rivalizó con Blur en las épocas doradas del brit pop.
Diálogo intercultural. En cada proyecto post Blur, Albarn refleja algún tipo de conversación intercultural. "Crecí con niños paquistaníes y jamaiquinos en el Reino Unido. Así que, para mí, eso también estaba en mi ADN", explicó en una entrevista con "The New York Times". "A los diez años me separaron de todo eso y me mudé a Essex, que era exclusivamente blanco, de derecha y donde todos tenían miedo. Hoy en día sigue siendo así, tanto que votaron a favor del Brexit, qué sorpresa", contó entre risas. "Mi familia se mudó a Essex porque querían que sus hijos estuvieran en el campo por un tiempo. Pero después volví a Londres y fui directamente al oeste de la ciudad. Me pareció que sería el lugar adecuado para mí y he vivido ahí durante 30 años", relató.
Según el cantante y guitarrista, la vuelta a Londres no fue sencilla. "En realidad no me dieron la bienvenida, porque acababa de regresar y estaba en una banda indie. La experiencia y la vida en esos años cruciales me habían alejado completamente. No había nada además de un club llamado Andromeda en Colchester (Essex), donde se tocaba música soul. No había nada, no había cultura negra en Colchester, así que tuve que esperar hasta finales de los noventa para encontrar un camino de regreso", aseguró.
El primer álbum de Gorillaz, del 2001, es una respuesta a esa situación. "Creo que es el comienzo de cuando yo volvía a donde empecé emocionalmente", dijo Albarn. "Siempre que aterrizo en Nueva York sintonizo la estación de radio de hip hop, Hot 97. Desde entonces ya pensaba que quizá podría hacer música como esa, a mediados de los 90, cuando solía ir allá con Blur", recordó.
Fantasías verdaderas. La línea narrativa de "Humanz" comenzó con una consigna clara. "Cuando empiezo a trabajar en un disco, siempre me gusta imaginar cómo será el mundo cuando salga el álbum. Así que más o menos imaginé qué podría impulsarme, ¿qué fantasía podría inspirarme de verdad? Lo que me vino a la mente fue la fantasía de la victoria de Donald Trump en las elecciones. Justo el año pasado pensaba: ¡Imagínense si eso sucede!", exclamó el cantante. Después agregó: "Pero también quería hacer un disco de fiesta. Siempre quise hacer un disco de fiesta, desde que era un niño. Así que junté eso con esta oscura fantasía de lo que iba a pasar en Estados Unidos. Era la idea de cómo podés hacer un disco de fiesta realmente oscuro", explicó.
"Humanz" también tiene influencias de la música de Chicago. "Quería hacer un disco con un fuerte elemento de música house", reconoció Albarn. Siempre me ha gustado estar en Chicago. Conocí muy bien a Hypnotic Brass Ensemble en la última gira. He oído muchas historias sobre crecer en Chicago. Hay algo al respecto con lo que conecto", afirmó.
Locura y esperanza. El cantante admitió que no fue fácil elegir a los colaboradores. "Yo me fijo en el tono de la voz, en la atmósfera que tiene el individuo. Y no sabemos si va a encajar. Nos reunimos y empezamos a trabajar a partir de ahí. A veces no funciona. Nunca voy a decir con quiénes no funcionó en este disco, pero hubo muchas personas", reveló.
Otro dato importante es que casi todos los colaboradores del disco son estadounidenses. No hay grime ni rap británico. "No funciona la combinación, lo he intentado y probé con un montón de artistas británicos", dijo Albarn. "Mi disco está ambientado aquí (en Estados Unidos). Mi imaginación también estaba ambientada en la noche después de la toma de posesión (de Trump). Está ambientado en el futuro, en el momento en que el mundo iba a enloquecer un poco. Y el mundo se ha vuelto un poco loco, de eso no hay duda. Aunque, extrañamente, es esperanzador. Creo que ha traído una respuesta opositora, más allá de que trajo a nuestras vidas a la base de simpatizantes de Trump", opinó.
El líder de Blur no sólo habló de la política en EEUU. También se refirió a lo que pasó con el Brexit (el referendo por el cual los británicos eligieron salirse de la Unión Europea). "En cuanto sucedió, fue como si escuchara una suerte de tambor subconsciente con una resonancia muy profunda que acababa de desatarse, y había vuelto a despertar algo. La verdad es que fue muy decepcionante. Yo creí que esa sensación jamás volvería, creí que le habíamos dado una paliza intelectual y emocionalmente", analizó.
Tras los cambios que se desataron en EEUU y en el Reino Unido, el cantante dijo que la estructura fundamental de sus obras se ha vuelto ahora "superpolítica". "Me encantaría tocar con Gorillaz aquí y ver qué pasa cuando vaya al centro de Estados Unidos. Creo que nuestra música va a tener mucha potencia", aseguró.