Flor Vigna elogió sexualmente a Luciano Castro sin percibir que podía afectar a su ex novio

"Yo no sabía nada del sexo hasta los 25 años. Lucho me hizo descubrir otra conexión. Tiene algo muy lindo, de cuidado, de protección, de preguntarme qué quiero". La declaración de Flor Vigna elogiando las cualidades amatorias de Luciano Castro tuvieron un daño colateral que la bailarina no registró: dejó expuesto al conductor Nicolás Occhiato, quien fue su novio durante tanto tiempo.

Este testimonio de Vigna corrió como reguero de pólvora en las redes sociales, las que atravesadas por una crueldad sistemática le hicieron notar a Occhiato el incómodo lugar en el que lo había dejado su ex pareja en una entrevista con Infobae.

La incipiente actriz y cantante habló de su noviazgo con el actor Luciano Castro, vínculo que sorprendió porque él tiene 47 años y ella 27. Y fue en ese contexto, en el que se abordaba la diferencia de edad, Vigna dijo: "Yo no sabía nada del sexo hasta los 25 años. Apenas sabía hacer un misionero. Lucho me hizo descubrir otra conexión. Tiene algo muy lindo, de cuidado, de protección, de preguntarme qué quiero".

"Durante años a las mujeres hubo cosas que no nos contaron. Por ejemplo, ¿por qué resulta obvio que el hombre se masturba y nosotras no? Basta de creer que el sexo es un servicio o un show que hay que hacer para ellos. Tenemos un gran poder y por siglos se nos inculcó el miedo de usarlo. La seducción femenina es poética. Y fui aprendiendo a soltar mi sensualidad en una coreo como un hecho artístico, como un lenguaje, sin el más mínimo reparo en que alguien suponga que soy puta por eso", reflexionó Vigna.

"Era muy virga. Flor Virga. Yo no descubrí nada del sexo hasta después de los 25 años. Apenas sabía hacer un misionero. Y admito que fue responsabilidad mía. Entre amigas coincidimos en que después de algún tiempo solas es normal tener vergüenza de estar desnuda frente a alguien. Y tal vez fue así que redescubrí ese universo. Pasó con Luciano. Cuando él me dijo 'qué lindo este lunar que tenés ahí' me enamoré de ese lunar. La conexión con otro, con su mirada, con su piel, te hace percibirte de otra forma. Lucho tiene algo muy lindo. De cuidado, de preguntar qué quiero y qué necesito. Me enseñó a amarme y a que también puedo ser mimada. Un día me miró desnuda y me dijo 'nunca te operes'. No dejo de aprender de él y de sus miradas", describió.