Aviso importante: todo esto es más que una obra de teatro. Es un proyecto experimental en el que se piensa y repiensa la idea clásica de director, actor y espectador, para poner en duda las dimensiones del espacio teatral y su reproducción sistemática en el tiempo, bajo la forma de función. Es por esto, tal vez, que lleve la palabra "batalla" y no "obra" en su título. Conformada por cien actores, más de veinte coreutas y una marioneta de diez metros de largo, "La batalla del Parque España" es una propuesta teatral planteada en un futuro analógico y su puesta en escena se realizará por única vez hoy en el Centro Cultural Parque de España y en la explanada, en lo que será un evento irrepetible, a partir de las 18.
"Es una obra osada; se mueve entre la osadía y la provocación y ensayamos para ver cómo ponemos esta obra gigante en la ciudad. Creamos algo entre todos, que nos convierte en aventureros teatrales", explicó uno de los directores, Federico Tomé, quien junto con Paula Manaker y Tania Scaglione están a cargo de la dirección general. El equipo artístico está formado por Juani Favre en la creación musical y Ange Potier en la dirección de arte y de la marioneta, llamada Grete, con rostro de anciana y cuerpo de tejido vegetal.
Pensando en la idea de simultaneidad, se construyó "La batalla" como un gran acontecimiento, donde es más importante la construcción que la continuidad de la misma, ya que además la marioneta se destruirá en la (única) función de esta tarde. Se trata de una situación colectiva, pensada desde la importancia que tiene la multiplicidad en la creación teatral. No sólo porque son tres los directores que van sumando ideas sobre la marcha, sino que los actores también forman parte del proceso de creación en cada ensayo.
"En la obra te toca actuar, cantar, manipular a Grete o ser espectador, pero después lo que pasa no lo sabemos exactamente. No se sabrá qué ver, porque la batalla es simultánea, ambigua, se tomarán decisiones de cómo participar y de qué elegir detenerse a ver. Todas son escenas movibles, porque no hay un detrás en la obra, no hay bambalinas, en escena estamos todos", señaló Paula Manaker.
Epica medieval. Entonces, ¿de qué se trata la obra? Los actores, reunidos en grupos (mujeres con mascotas, runners, motoqueros, jóvenes bellos, viejos vinagres, gordos y altos), se juntan en distintos puntos de la ciudad y llegan al parque España donde comienza la batalla. En medio de este caos sale Grete del rio y se escabulle entre público y actores. "La batalla" es un enfrentamiento pero también un encuentro, un campo escénico donde todos son actores y espectadores al mismo tiempo.
"Pensar en una batalla ya tiene algo de épico, nos ayudó revisar la épica medieval y crear un imaginario en torno a eso, a raíz de las historias que se narran de una batalla se van generando otros textos y el coro va relatando lo que sucede", explicó Tania Scaglione sobre la escritura de la obra. Los textos de la obra aparecen ?excepto uno- cantados por el coro, al estilo coro griego; y fueron escritos entre los directores y Favre, encargado de la cuestión musical. Muchos de los textos toman las constituciones de Ecuador y Bolivia y el rol que le dan a la tierra o la Pachamama como ser de derechos, para plantear un paradigma nuevo de convivencia y respeto a la naturaleza y a las demás personas.
En este sentido, Scaglione detalló que la creación de la obra gira entorno a tres enfoques: el primero referido a lo argumental, a la historia. Uno más simbólico, que tiene que ver con la figura del otro, con el sincretismo; y por último tuvo en cuenta el debate sobre lo metateatral, para poner en jaque la realidad y la ficción en el teatro.
Pero esta obra trabaja más desde los interrogantes que desde las certezas, no sólo porque valora el proceso creativo, sino porque la idea es que en el mismo momento de la función se desarrollen acciones inesperadas. Las estrategias de la batalla están planificadas, pero del enfrentamiento cuerpo a cuerpo (y grupo a grupo) dependerá el devenir de la obra.
Política de la multitud. "¿Qué se batalla haciendo una obra? ¿Desde dónde batallamos? ¿Son las mismas luchas de siempre?", son algunos de los disparadores que se desprenden de esta obra. ¿Hay un contexto actual en donde se tiende a disolver grupos, a disolver el poder de las multitudes? Los directores explicaron que hay un sentido político en la idea de esta multitud actoral, conformada por individuos únicos, entre los cuales se dan procedimientos y sistemas de movimientos. Los distintos grupos aparecen, se descomponen y re componen en otros, entre ellos mismos pero diferentes. "Hay un sentido político de rebelión y transformación del mundo en la batalla, dada por el poder de todas las personas que venimos a poner el cuerpo", explicó Manaker.
En este sentido, lo que propone la obra es la idea de collage y de simultaneidad, no sólo por el poder que tienen las personas de agruparse y de crear transformaciones en sincronía, sino porque la obra misma se construye entre todos. Pensar a la obra como una multitud dinámica y heterogénea implica la noción ampliada de cuerpo como capacidad de componerse para incrementar la potencia, y propone a una nueva mirada sobre la inteligencia colectiva como herramienta fundamental en la actualidad.
"Nos sorprende como directores el poder de las personas de estar realizando todo esto, todas las cosas que hacen los actores, el coro, va más allá de cualquier plan previo", se sincera Federico Tomé. Además, la batalla se acerca a otras disciplinas pero con base en el teatro y la idea de autoría se pone en duda, ya se trabajó para esta obra en una autoría simultánea donde podrían firmar todos los que participan. "Esta batalla necesita de lo humano, no hablamos de máquinas ni de tecnologías sino que hay constructores artesanos que participan. Hay un concepto muy analógico del "otro". Es una obra pujante, llena de energía, y el guión ya está en el futuro", explicó Manaker.
La batalla del parque España quedó seleccionada entre cerca de 700 proyectos presentados en el programa "Plataforma futuro", dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, que funciona como dispositivo de apoyo al proceso creativo experimental, promoviendo el cruce de disciplinas y la autoría colectiva. El apoyo se brinda por medio de subsidios económicos y tutorías y en este caso estuvo a cargo del reconocido actor y director Diego Ernesto Rodríguez.
Además, se realizó un acuerdo con el centro cultural Roberto Fontanarrosa para llevar adelante los talleres de construcción de la marioneta gigante y todos los ensayos de la obra, tanto parciales como generales. También se habilitó el uso de la explanada para los ensayos que requirieron del espacio público. Finalmente, como la idea original (y el título de la obra) estaba planeado en el área del Parque España, el centro cultural brindó sus instalaciones y sala para la puesta en escena. La producción informó que las entradas al auditorio están agotadas ?la obra es gratuita- y se convoca al público general a ver la primera parte de La Batalla, en la explanada del parque.
"La idea es potenciar lo compartido, tanto con los actores -que muchos son amigos convocados a actuar-, con los directores, con la construcción de la obra. La batalla en realidad empezó el 13 de febrero cuando se empezó a construir la marioneta, y creemos que lo importante fue este periodo de construcción. Fuimos tomados por la obra y nuestra vida está acá, en cada momento de este proceso teatral", concluyó Tomé.