“El stand up es una mirada del mundo”, dice la humorista Verónica Lorca, en una definición muy precisa de un género que está de moda, sí, pero que también tiene una rica historia y exige preparación y oficio. Junto con Connie Ballarini, Alejandra Bavera y Flora Alkorta, Lorca encabeza “Ay, ellas!”, un espectáculo de stand up con estilos y enfoques muy diversos, que conecta con el público a través de miradas singulares sobre situaciones cotidianas. Las cuatro comediantes tienen mucha experiencia en el campo del stand up comedy, pero también como guionistas de distintos programas de radio y televisión.
“Tenemos distintos tipos de humor. Todas nos reímos de lo que nos pasa, es un humor autorreferencial, pero somos muy diferentes, por eso la mayoría del público se siente identificado”, dijo Verónica Lorca. “Yo suelo reírme de los mandatos sociales, de cómo nos ubica la sociedad tanto a los hombres como a las mujeres. Connie está un poco más loca, hace un humor más corporal, se ríe de ella misma y de ser actriz, y de cómo la mirada del resto lo condiciona a uno. Alejandra habla de cómo somos las mujeres cuando nos reunimos, de cómo nos tratan las publicidades y de vivir sola. Y Flora tiene un humor más negro, más distante de su propia problemática, ella observa la realidad desde otro costado”, explicó.
El cuarteto reconoce influencias muy variadas, que van desde los Monty Python hasta referentes del stand up como Ellen DeGeneres, George Carlin, Joan Rivers y Louis C. K. “Acá también hay un montón de humoristas interesantes, como Les Luthiers y Niní Marshall. Nuestros gustos son muy eclécticos”, apuntó Lorca.
La actriz y guionista —que hizo humor en “Bendita” y trabajó en ciclos como “Ciega a citas” y “Qué piensan los hombres”— dijo que los monólogos de “Ay, ellas!” están todos guionados, aunque también queda cierto espacio para la improvisación. “Juega el factor de lo que pasa en el momento con el público y con el tipo de lugar donde estás actuando. Además una se siente de distinta manera cada noche”, señaló.
En el espectáculo desfilan temas como las relaciones sexuales, la infidelidad, el cuerpo de la mujer a través de los años o las imposiciones sociales sobre la mujer. ¿Por qué estas temáticas ya clásicas todavía hacen reír? “Porque lamentablemente todavía no las hemos superado”, respondió Lorca. “Lamentablemente seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Si bien la mujer ha ido logrando cierta independencia, todavía no logramos la autonomía. A mí me pasa como guionista: en televisión muchas veces dudan con esto de tener una mujer guionista. Después se dan cuenta que trabajando somos todos iguales, pero el prejuicio persiste. La sociedad nos impone que seamos flacas, que seamos jóvenes, que estemos siempre divinas. Falta mucho para que podamos lograr la igualdad de derechos”, aseguró.
Según la comediante, los hombres también se ríen con los monólogos de “Ay, ellas!” porque “el machismo atenta igual contra el hombre: si se llega a quedar sin trabajo deja de ser el proveedor, el hombre no puede mostrar debilidad o se supone que siempre tiene que estar con ganas de tener sexo. Hay un montón de cosas que también aprisionan al hombre. Y ellos se sienten identificados”, afirmó. “A priori todavía hay un prejuicio de si se van a reír con el humor femenino, pero nosotras estamos cansadas de decir que no es humor femenino, es humor hecho por una mujer. Tampoco existe el humor masculino cuando lo hacen los hombres”, enfatizó.
¿Sólo una moda? El stand up es un género que ha crecido mucho en la Argentina y cada vez suma más fans, pero también tiene detractores que sostienen que “es sólo una moda” o que “puede hacerlo cualquiera”. “Frente a lo nuevo y desconocido uno siempre pone su miedo por delante”, analizó Lorca. “Yo doy clases de stand up hace años y es un género difícil. Claro que tiene la particularidad de que le puede dar voz a todo el mundo. Todo el mundo, aprendiendo determinada técnica, se puede subir a un escenario y ser medianamente gracioso. Después dependerá de todo lo que le ponga: el trabajo, su gracia, su oficio. Yo soy actriz y sé lo que cuesta formar un elenco, coordinar para ensayar, armar las escenografías. Es complicado. El stand up, en cambio, tiene esto de «yo hago mi monólogo a donde sea», con un micrófono y una luz te la arreglás. Eso genera que parezca más fácil, pero no es así. No es para nada fácil hacer reír”, aseguró.
En ese sentido, la humorista agregó: “Hay gente que llega al curso de stand up y después, clase a clase, se encuentran con que hay tarea, hay que ir a ver shows, hay que ver material en video y hay que escribir. No es ir y tirar unos chistes. No somos contadores de chistes. Es algo mucho más teatral, estamos contando un conflicto a través del humor como herramienta”, concluyó.