"El otro hermano", la codicia antes que la vida
"El otro hermano", la codicia antes que la vida
Calificación: ***. Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Daniel Hendler, Alián Devetac, Angela Molina y Pablo Cedrón. Dirección: Israel Adrián Caetano. Género: Drama. Salas: Hoyts, Monumental, Showcase y Village.
Pasaron dos décadas del "boom" de "Pizza, birra, faso" y no es descabellado decir que Israel Adrián Caetano construyó un prestigio que supera incluso la calidad real de sus películas. Porque si bien aquella lo ponía en el top five del Nuevo Cine Argentino, defendió esa credencial con "Un oso rojo", ya que derrapó con "Francia" y mordió mal la banquina con "Mala", que le hizo honor al título. Ahora, con "El otro hermano", levanta un poco la puntería, pero hasta ahí. Sobre todo en la pintura de la situación, de los climas y sobre todo de los personajes, especialmente el villano creado por Sbaraglia, ya que el otro protagonista, encarnado por Hendler, es más de lo mismo en lo que respecta a interpretación y gestualidad. Aquí se pinta una trama de antihéroes, tipos cuya única pasión es hacer plata a como dé lugar. Y en ese derrotero, Cetarti (Hendler, con diez kilos más para componer su personaje) llegará a Lapachito, un pueblo perdido en el que Caetano se encargará de subrayar la manida paradoja de "pueblo chico, infierno grande". Cetarti viajará desde Buenos Aires a ese lugar oscuro para obtener la herencia de su madre y su hermano asesinados en circunstancias extrañas. Y se topará con un ex militar (Sbaraglia) que practica secuestros extorsivos en una modalidad que recordará a Arquímedes Puccio en "El clan". Hay crueldad y un final de western previsible. Sin brillar, ojalá marque el regreso al cine del mejor Caetano.
Por Pedro Squillaci
“Hambre de poder”, así nace un imperio
Calificación: ***. Intérpretes: Michael Keaton, Nick Offerman, John Carroll Lynch, Laura Dern, Linda Cardellini y B.J. Novak. Dirección: John Lee Hancock. Género: Drama. Salas: Monumental, Del Centro, Showcase, Hoyts y Village.
Todas las sucursales de McDonald’s tienen una placa de bronce con el nombre del “fundador” de la empresa: Ray Kroc. Y en el bronce se habla de “persistencia” y “liderazgo”. Esa es una especie de historia oficial, pero la historia real es otra: a principios de los años 50 Kroc era un vendedor ambulante de batidoras que un día se encuentra con un pequeño restaurant en el sur de California. Kroc queda deslumbrado: el negocio de los hermanos Mac y Dick McDonald tiene un singular sistema de montaje que le permite entregar hamburguesas cada 30 segundos. Además no tiene mozos y usa sólo material descartable. “Hambre de poder” se concentra en cómo Ray Kroc se asoció a los hermanos McDonald y les terminó robando de a poco la idea para construir el imperio de las franquicias que conocemos hoy. Como buen vendedor, Kroc era tan astuto como persistente, mientras los hermanos se refugiaron en sus principios de una manera un tanto naif. La historia en sí misma es apasionante y toca muchas aristas, desde el sueño americano en su apogeo, en los años 50, cuando todo parecía posible en Estados Unidos, hasta las prácticas sucias que se esconden detrás de las grandes ideas que se convierten en un negocio multimillonario. Sin embargo, el director John Lee Hancock (“El sueño de Walt”) se conforma con el camino de la biopic convencional, con un relato plano (a veces cercano al documental) que se sostiene solamente por el enorme empuje que tiene la historia real. En contraparte, el trabajo de Michael Keaton es excelente. Keaton convence en todos los matices de Ray Kroc, que puede ser tanto un seductor vendedor como un empresario sin escrúpulos y despiadado.
Por Carolina Taffoni
“La vigilante del futuro: Ghost in the Shell”, el fracaso de las almas
Calificación: **. Intérpretes: Scarlett Johansson, Michael Pitt, Juliette Binoche, Pilou Asbæk. Dirección: Rupert Sanders. Género: Acción. Salas: Hoyts, Monumental, Showcase y Village.
La mayor Motoko Kusanagi es una hibridación de cyborg y humana a cargo de una sección policial dedicada a descubrir y atrapar a los criminales más peligrosos de la sociedad japonesa. Interpretada por Scarlett Johansson, este híbrido no sólo tiene un cerebro humano, sino que tiene su propio “ghost”, que hace referencia al título del filme, con respecto a que tiene su propia alma: siente, piensa y tiene recuerdos. Pero este ser empieza a sospechar de la compañía que la creó cuando se encuentra con otro híbrido que la hace reflexionar sobre sus propias capacidades.
Este filme basado en un manga creado a fines de los 80 por Masamune Shirow, que Mamoru Oshii adaptó para un animé, se sitúa en una ciudad futurista, repleta de estímulos visuales que invaden la cotidianeidad. Las escenas de acción y el impacto visual hacen de esta película una buena opción pochoclera para los amantes del género, pero que no tienen demasiadas pretensiones. Sin embargo, la filosofía de esta historia peca de cierta: revela cómo el exceso de tecnología reemplaza las aptitudes humanas y cómo el alma, la memoria y la reflexión pueden ser enemigos de ciertos sistemas que pretenden alienar. Cuando tener un alma es, simultáneamente, un triunfo y un fracaso.
Por Luciana Boglioli
Por Martín Stoianovich