La dama, de pie, toma su micrófono y, sola sobre el escenario, contará grandezas y miserias de ser mujer. La que toma este brutal desafío es Dalia Gutmann, quien hoy, a las 21.30, presentará en Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza) su show de stand up "Cosa de minas". La comediante y conductora, que actualmente es una de las que está al frente de "90 días o menos" en Canal 9, habló con Escenario de vicios y manías del género femenino y de lo que significa el humor en los mortales. Gutmann, quien es la mujer del actor Sebastián Wainraich, afirmó: "Una de las cosas que más me gusta de dedicarme al humor es que tengo un poco de impunidad para decir cualquier cosa".
—¿Por qué "Cosa de minas"?
—Es un unipersonal de stand up en el que trato de contar por qué las mujeres somos como somos, en tono de humor. Y aunque queda mal decirlo una de una misma, en este monólogo las mujeres la pasan bien porque entienden que no estamos tan locas, sino que es algo propio del género femenino. Además, los hombres también la pasan bien porque se quedan tranquilos al darse cuenta que sus mujeres no están tan locas como ellos creían.
—¿En qué temas hacés hincapié en tu monólogo?
—Hablo bastante de las diferencias que hay entre hombres y mujeres cuando salimos de casa, y ellos nunca entienden por qué tardamos tanto, y lo trato de explicar, hablo mucho, algo que también nos pasa a las mujeres. Otro tema es el momento de la pelea con el hombre, cuando se dan esas situaciones trágicas en las que la mujer está con cara de enojada y él trata de saber qué le está pasando. Trato de contarle al hombre por qué las mujeres somos como somos, y viste que los hombres generalmente no entienden nada...
—Epa, qué mal que nos dejás parados ¿por qué no entendemos nada?
—Es que como el hombre no está en la cabeza de la mujer no entiende qué le está pasando a ella, no sé si te pasa, pero a nosotras también nos pasa con ustedes, que nunca terminamos de saber qué les pasa.
—¿Sabés que hay muchos actores que están en contra de los "standaperos", porque dicen que ustedes les vienen a robar el trabajo a ellos, que se formaron en la interpretación para llegar arriba de un escenario?
—Yo trato de evitar las rivalidades, no me considero actriz, yo hago un monólogo y la diferencia es que yo no me pongo en un personaje, no tengo vestuario, me llamo Dalia Gutmann también arriba del escenario y es distinto al laburo de un actor, que se mete en otra persona. Yo hablo desde mí, desde mi experiencia, y son cosas que escribo yo. Hay malos y buenos actores, y malos y buenos comediantes que hacen stand up, no creo en generalizar, y que uno le robe el trabajo a otro. Cuando uno hace las cosas con pasión y dedicación, creo que nadie le roba nada a nadie.
—¿Te parece que la gente se siente identificada con ustedes, justamente porque hablan desde su experiencia, y quizá eso explica el éxito del stand up no sólo en la Argentina, sino también en otros países?
—El stand up es un espacio donde uno se ríe un poco de su neurosis y comparte con el público las cosas que le pasa, Es como ese monólogo interno que uno tiene consigo mismo, pero dicho en un escenario y en clave de humor te sentís menos trastornado, ¿no?
—En la TV tenés un rol de antihéroe, también muy típico de Wainraich, ¿es un personaje o sos así?
—Tal vez la diferencia que tengo con los personajes que uno suele ver en TV es que soy bastante normal. Uno siempre en la televisión ve gente muy producida, muy en pose, y yo creo que si bien estoy trabajando y no puedo tener cara de orto mientras estoy al aire, soy bastante parecida a lo que soy cuando se apaga la cámara.
—¿Qué es el humor para vos?
—Y, la verdad es que es una forma de vida, porque cuando uno pierde eso, la vida no tiene tanto sentido.
—¿Cuando un país está en llamas, el humor es un salvavidas o puede caer descolgado en un contexto de crisis?
—En mi caso, una de las cosas que más me gusta de dedicarme al humor es que tengo un poco de impunidad para decir cualquier cosa. Tengo una amiga que es médica y siempre decimos que si ella se equivoca es un quilombo, pero si me equivoco yo, todo es solucionable.