María Valenzuela es cero diva. Aunque "Divas", paradójicamente, es una de las
obras que la tuvo como coprotagonista. Pero "Máscaras", a sus 52 años y con más de cuatro décadas
de carrera, es su primer protagónico exclusivo en teatro. Y lo disfruta de verdad, como cada cosa
que hace.
La comedia dramática de Lucía Arslanian, dirigida por Manuel González Gil,
subirá a escena hoy y mañana en el Teatro Nacional Rosario.
Durante la nota telefónica con LaCapital, y luego de dormir sólo tres horas ya
que venía de una gira desde Comodoro Rivadavia, Valenzuela pide disculpas por una llamada que le
entra por el handy desde Estados Unidos. Es su hijo, Juan Vázquez Valenzuela, que aprovechó una
pausa en el US Open Junior de Tenis, y quiere hablar con su mamá. "Hola hijo, te extraño guachito,
después te llamo porque me están haciendo una nota desde Rosario", le dice, con todo el amor del
mundo.
Después contará que sigue partido a partido cada momento de la ascendente
carrera deportiva de su hijo de 17 años (mejor argentino de su categoría, segundo en Sudamérica y
noveno en el Ranking Mundial de Juniors), y que sigue al pie del cañón, como el primer día, al lado
de Malena, su hija, quien sufrió una aneurisma cerebral y está felizmente recuperada. De todo un
poco habló María Valenzuela. Sin máscaras.
—¿Tu nueva obra pinta a una mujer que se saca las máscaras tras una crisis
matrimonial?
— Absolutamente. Es el primer protagónico absoluto que me toca en teatro.
Es una mujer, con 25 años de casada que se da cuenta que su vida de matrimonio no es lo que ella
desea, siente que hay cosas ocultas, que los dos tienen puestas máscaras.
—¿Cada vez hay más máscaras en los vínculos humanos?
— Yo creo que las máscaras existen de toda la vida, aunque actualmente hay
menos, y tiene que ver con las agallas y con esa cosa tan frontal de la mujer de no resignarse y no
bancarse determinadas situaciones. Pero las mascaras existen.
—¿Por qué no se te ve en cine como en TV o en teatro?
—El cine me tiene muy marginada. Es que hay gente de cine que es una elite
y otra que está de moda. Pero yo soy de televisión, ahí me siento como pez en el agua. En cine no
tengo cabida, pero no me quita el sueño.
—¿Repetirías algunos de tus personajes de telenovela?
—No, cuando termino un personaje paso a otra cosa. Aunque Micaela Manzi,
de "Pablo en nuestra piel", La Torda de "Campeones" o Lucy, de "Son de Fierro", las haría
encantada.
—¿Por qué tus criaturas son mujeres de fuerte carácter?
—Yo soy así. Creo que la gente se identifica, soy una persona visceral. No
laburo de taco, pongo toda la carne al asador, y el día que no me pase eso me retiro.