El emblemático rockero australiano Nick Cave editó su primer álbum desde la muerte de su hijo el año pasado, acompañado de un documental en el que explica su dolor por la pérdida. El disco se llama "Skeleton Tree" y el filme, "One More Time With Feeling".
Arthur Cave murió a los 15 años al caer de un acantilado en su ciudad de Brighton, en el sur de Inglaterra, en julio de 2015, mientras su padre grababa con su banda, Nick Cave and the Bad Seeds, el disco dado a conocer este mes. Tras el accidente, Cave llamó al director Andrew Dominik para filmar las últimas sesiones de grabación y registrar sus reflexiones poéticas y filosóficas. El resultado fue una película documental en blanco y negro en 3D, estrenada recientemente en el festival de cine de Venecia.
Se repite así el concepto metacinematográfico del documental "20.000 días en la Tierra" (2014), aunque con un telón de fondo infinitamente más trágico. Si la película de Iain Forsyth y Jane Pollard mostraba al espectador tanto el andamiaje de la grabación de "Push the Sky Away" (2013) como las peleas psicoanalíticas del artista australiano, este nuevo filme está habitado por un hombre en ruinas, aunque no acabado.
El álbum y la película arrancan con "Jesus Alone" ("Te caíste del cielo y aterrizaste en un campo cerca del río Adur con flores primaverales en la tierra"), instalando en el espectador un nudo en el estómago del que difícilmente podrá desprenderse a lo largo de los 112 minutos de la película. La oscuridad, el misterio y el hálito literario romántico han sido compañeros inseparables de Cave a lo largo de toda su carrera. Sin embargo, en «Skeleton tree» hay simple y llana tristeza; tan humana que, por momentos, no parece estar a la altura de este icono contemporáneo.
"Todos deseamos que pase algo en nuestras vidas sobre lo que escribir, pero mi trauma ha sido extremadamente perjudicial para el proceso creativo. El trauma destruye todo el espacio para la imaginación". Al habla Nick Cave desde la herida demasiado abierta todavía.
"Me afectó de una manera que no logro entender", dice Cave en el filme, hablando de la muerte de su hijo. "No tengo ningún control de nada, es terrorífico". El músico, de 58 años de edad, habla del "empequeñecimiento" que llega con la edad, particularmente en una sesión de estudio en que expresa su temor a perder la voz y olvidar las notas.
El tema de la pérdida recorre el disco, en líneas como "todo lo que amamos, lo amamos, lo amamos, lo perdemos", y en la apocalíptica canción "Anthrocene", mientras la que da nombre al disco, "Skeleton Tree", lamenta un mundo moderno en el que "nada es gratis". Cave no menciona la muerte de su hijo directamente en el disco, pero aborda el tema de la mortalidad en la canción "Girl in Amber".
Hay algún momento de brillo y humor en la película y el álbum, particularmente en el piano de "Rings of Saturn", y el aire de canción de cuna de "Distant Sky". Pero el cantante explica en el filme que el alivio es temporal. "El tiempo es elástico", explicó. "Podemos alejarnos del hecho, pero siempre en algún momento la goma se tensa y tira, y vuelves a él".
La crítica coincidió en señalar que "One More Time With Feeling" es una película sobrecogedora, envolvente e íntima en la que Cave va desvelando poco a poco los temas que componen el álbum. "Con mi voz, te estoy llamando", canta el australiano, como si fuera un hombre abatido frente a un piano, acompañado por la música electrónica y por los violines, en una melodía hipnótica que va ganando intensidad y dramatismo en su desarrollo. Cave se pone ante el micrófono con rostro sombrío y entona las melodías que componen el nuevo disco, con su particular lirismo pero, esta vez, empañadas por el desgarrador trauma que supone perder a un hijo.
alma rota. Durante la grabación, el recuerdo, la tristeza y la melancolía lo impregnan todo, hasta el punto de que puede apreciarse incluso en el rostro tímido de su esposa, Susie Bick, o de su otro hijo, Earl. Y así lo trasmite también Dominik, con un documental que rompe el alma, en el que la tridimensionalidad de las imágenes convierte a los protagonistas en una suerte de figuras teatrales.
El director explicó en Venecia que la pieza fue grabada a petición del propio Cave y que fue ideada como "un miniconcierto" y como "una experiencia teatral" intimista en la que "la música completa el espacio". Dominik destacó su intención de mostrar en la pantalla las dos personalidades del autor de "Red Right Hand": "Nick es un Dios pero también una persona que siente miedo ante el micrófono. Ambas conductas son verdaderas y hay que mostrarlas", afirmó.
Por otro lado, manifestó ciertas dudas sobre si su última apuesta musical ayudará a sanar el dolor tras la muerte de su hijo y subrayó que "el documental no ha sido una terapia". "No sé si la música ayudará a su transformación. Nick trata todo en su vida a través del trabajo. Si su corazón se hace pedazos, hace una canción. Como a todos, la música permite dar un significado a lo que sucede en la vida", opinó.
El director y el propio Cave habían acordado antes de grabar que, en caso de que las escenas tomadas no fueran de su agrado, se eliminarían en su fase de edición, y así fue, tal y como destacó Dominik. "A veces es introvertido y quisquilloso (...) Cuando vio el filme tenía sentimientos encontrados, se preguntaba dónde estaba el confín entre el retrato legítimo de una persona que vive una experiencia y en qué momentos el luto resultaba excesivo. Cómo tratar la cuestión de la tragedia. Eso le preocupaba", confesó el director.