Aznar acarició el alma del público con su nuevo disco
Existen los buenos músicos, los malos músicos y los grandes músicos. Y no hay dudas que Pedro Aznar
ocupa este tercer escalón. Con la canción como patria artística, sin apegarse a ningún género, el
ex Serú Girán coronó anteanoche un show memorable en el marco de un teatro El Círculo colmado, que
ya garantiza una segunda presentación en octubre.
23 de junio 2008 · 01:00hs
Existen los buenos músicos, los malos músicos y los grandes músicos. Y no hay
dudas que Pedro Aznar ocupa este tercer escalón. Con la canción como patria artística, sin apegarse
a ningún género, el ex Serú Girán coronó anteanoche un show memorable en el marco de un teatro El
Círculo colmado, que ya garantiza una segunda presentación en octubre.
"Quebrado" fue el nombre del show y es el del disco que está a punto de salir a
la venta. Aznar tomó el riesgo de mostrar más de una decena de temas desconocidos por el público y
recibió una atenta escucha y cálidos aplausos. También los obvios "Te quiero Pedro", pero él jamás
se corrió del eje. Lo suyo fue tocar (con una calidad excelente) y cantar (simplemente, como los
dioses).
Acompañado de su impactante banda, integrada por Federico Dannemann (guitarra
eléctrica), Andrés Beeuwsaert (teclados y coros), Julián Semprini (batería) y Facundo Guevara
(percusión), el nuevo sonido Aznar tiene la virtud de combinar la energía rockera con sutilezas
armónicas que van del folclore al pop y hasta puede coquetear con el funk y con la world music.
Aznar es eso. Un compositor e intérprete lúcido capaz de hacer "Zamba del
carnaval" al lado de "Angie", de los Rolling Stones, trascartón homenajear a Víctor Jara, ofrecerle
un guiño a la obra de Jorge Luis Borges y emocionar con "Jealous Gay", de John Lennon.
Lo sorprendente es que siempre habrá una unidad estética en estas combinaciones,
y es la de poner el buen gusto por sobre todo. Y nunca usar la palabra fácil para ganarse la
hinchada. Por eso cantó "Confesiones de invierno" sin decir una palabra sobre el caso Charly y la
emoción tuvo más valor porque llegó sin interferencias.
No faltaron las de Serú, como "Si me das tu amor" y "A cada hombre, a cada
mujer", ni las de "Tango 4", como "Sólo Dios sabe" y "Tu amor".
El final llegó con "Fragilidad" y, en un cierre emotivo, el "Blues de la
piedad", a capella, con toda la banda al pie del escenario. Así, se vió al artista y la gente, cara
a cara, como la síntesis más perfecta de un show que acarició el alma.
Pedro Squillaci
La Capital