Un estudiante norteamericano viaja a la inglesa Universidad de Oxford para estudiar matemática y
halla en su residencia a una anciana muerta, ahogada con un almohadón. Es el primero de una serie
de asesinatos que se presenta como un desafío intelectual lanzado por el homicida contra una
eminencia de la lógica. Ahora maestro y aprendiz quedan en medio de una trama de misterio al mejor
estilo de Alfred Hitchcock. Así es la última película de Alex de la Iglesia, “Los crímenes de
Oxford”, que el director español presentó el lunes en Madrid antes de su estreno mundial
previsto para el viernes junto a los intérpretes John Hurt, Leonor Watling y Elijah Wood.
Basada en la novela policial “Crímenes imperceptibles” del
escritor argentino Guillermo Martínez, el filme es una producción española rodada en Inglaterra, a
un costo de ocho millones de euros, donde el cineasta bilbaíno abandona su estilo cínico y grosero
y se embarca en un relato de muerte e intriga “como los antiguos”, dijo de la Iglesia.
“La película tiene un padre mental, Hitchcock, que es más que un
director: es una manera de ser, un género en sí mismo”, afirmó sobre su colega para dejar en
claro rápidamente: “Disfruto siendo un aprendiz mediocre de Hitchcock”.
Habló luego de la importancia dada a los diálogos, ya que el misterio se
crea a partir de las apariencias y los personajes “se definen —dijo— no por lo
que hacen, sino por lo que dicen”. Así, los diálogos son “más importantes que la
acción, y el reto era hacer eso sin perder empaque visual”, explicó.
Dueño de una legión de fanáticos, gracias a películas siempre de tonos
oscuros como “La hora de la bestia”, “Muertos de risa”, “La
comunidad” y “Crimen ferpecto”, el cineasta comentó, más simpático con la prensa
que nunca, que prefirió hablar de las cosas sin escudarse en su irreverente humor negro:
“Está hecha sin cinismo. Aquí hay drama y misterio, y no conviene mezclar”.
El director asimismo negó que este filme, catalogado por los críticos
como “serio”, cambie de rumbo en su trayectoria. “Muchas de mis películas no son
comedias, aunque puedan parecerlo. En ésta no hay comedia, es más bien un drama”, afirmó.
Preguntado acerca de si volverá a filmar en Hollywood después de la mala
experiencia de “Perdita Durango”, de la Iglesia dijo que “sólo si es algo
interesante”. Surgió la posibilidad de hacer una secuela de “Alien”, la remake de
“La llamada” y el proyecto sobre “Silver Surfer”, enumeró, “todos
apasionantes, pero que acabaron rodando otros”.
Y abundó: “La clave, cosa que no ocurrió entonces, es controlar el
proyecto. Cuando ruedas en EEUU acabas pidiendo permiso a los productores para rodar «su» película,
algo que ahora no admito”. Por eso el director calificó a “Los crímenes de
Oxford” como una experiencia “positiva: fue una producción española rodada en
Inglaterra, y me ha gustado tanto que la próxima película seguirá ese camino”.