"Al hacer cine, el presupuesto no modifica las cosas más sustanciales"
Darío Grandinetti presentó “El frasco” en el cine Monumental. El actor dijo que en el
filme compone, junto a Leticia Brédice, a una pareja singular.
18 de septiembre 2008 · 01:00hs
No es una historia rosa. Tampoco trágica ni dramática. Se trata de una comedia
dramática sobre dos personas que se relacionan a partir de un equívoco sobre una situación poco
romántica. "Son dos personalidades extrañas", resume Darío Grandinetti sobre el chofer que compone
en "El frasco", el filme que rodó en locaciones del norte santafesino y que se estrena hoy en
Rosario. Comparte el rol protagónico con Leticia Brédice, que interpreta a una maestra con la que
se cruza a diario y con quien queda ligada a partir de una cuestión tan prosaica como un frasco con
orina para un análisis.
—¿Cuál es el giro que le da el guión a una historia sobre dos personas que
las une el azar?
—Es que no es una historia de amor romántica normal, al estilo de la
comedia rosa, sino una historia de adultos. Me parece una historia un poco atípica entre dos
personajes no muy normales que están medio como exiliados en estos pueblos del norte de la
provincia de Santa Fe. Es una película con mucho sentido del humor también. Son personajes que
están como huyendo del pasado. Nada trágico pero que sí les imprime personalidades extrañas.
—¿Qué diferencia encontrás entre filmar para una producción europea y una
argentina?
—Un presupuesto, no mucho más. Eso modifica algunas cosas, pero nada
demasiado sustancial en general. A lo mejor la motor home es más cómoda, las dietas son un poco más
generosas, pero a la hora de hacer cine se hace de la misma manera en todos lados.
—La comedia no suele ser un género en el que participes mucho ¿Es algo que
elegís?
—Quizás creen que no la hago bien. Tampoco hay muchas comedias en el cine,
la verdad. Pero no me pongo a pensar demasiado. En realidad no elijo por género, pero sí es cierto
que me siento más cómodo haciendo comedia de lo que parece o lo que se cree.
—¿Qué te pasa cuando venís a filmar en Rosario?
—En Rosario comparto los códigos de la pertenencia. Son cosas que están
como en nuestro mapa genético. Es así. Yo entro a Rosario y el cuerpo se me acomoda de otra manera.
Es como que entré en otro tipo de armonía. O sea que cuando filmo en Rosario no hay ninguna
dificultad de entendimiento entre el director y yo.