Vecinos de cuatro barrios sanlorencinos continúan en alerta y recolectando firmas para reforzar su pedido a las autoridades para impedir la ampliación y construcción de silos en la planta de Molinos Río de la Plata, a menos de 200 metros de una escuela, y el consecuente incremento de circulación de camiones y de polución ambiental. Hace unos días se concretó la segunda marcha al Concejo, al que reprochan haber sancionado sorpresivamente en febrero último una ordenanza de rezonificación del área (que pasó de residencial a industrial). Tras el encuentro hubo una reunión entre los manifestantes y varios ediles, que prometieron gestionar estudios ambientales.
El predio en cuestión está ubicado en el límite sur de la planta de la empresa, delimitado al sur por la calle Hunzinger; al norte por Benielli; al oeste por la avenida Saghesse y al este por el río Paraná. Los barrios afectados por el funcionamiento de la planta de Molinos Río de la Plata son Bouchard, 2 de Abril, Rivadavia y Morando, así como la Escuela 6.392 —ubicada a unos 200 metros de la planta— donde todos los días 700 niños están expuestos a los riesgos de la contaminación y el tránsito de camiones. Esta lucha vecinal lleva años y viene siendo acompañada desde la organización Taller Ecologista.
En esta segunda movilización al Concejo, y posterior reunión con los ediles, los vecinos ofrecieron detalles de su cotidiano vivir cerca de una planta cerealera y presentaron un petitorio con el primer grupo de firmas, alrededor de 300.
En el escrito se exige la derogación de la cuestionada ordenanza, así como que se difundan los datos sobre la calidad de aire que se respira en la zona, y que se realicen estudios epidemiológicos y sobre riesgo industrial. Además de las autoridades locales, el destinatario central del reclamo es el ministro de Medio Ambiente de Santa Fe, Jacinto Speranza.
En la reunión del martes pasado estuvieron presentes los concejales Reinaldo Díaz, Alfredo Alberdi, Hernán Ore, Gustavo Oggero, Mariana Cantoia, Luciana Resquín y Alejandro Cabral. Faltó Fernando Dagatti, quien avisó que no podría participar. “Por iniciativa de Díaz van a presentar una resolución para pedir datos de calidad de aire, y sobre el ambiente. Oggero irá por una resolución sobre datos epidemiológicos. Los concejales presentes sostuvieron que no se derogará la ordenanza, invocando los puestos de trabajos que generaría esta obra”, aclararon los vecinos, quienes continúan en pie de lucha, recabando firmas y dando a conocer la situación.
Para Cecilia Bianco, militante de la agrupación rosarina Taller Ecologista, los ediles —los mismos que en la sesión especial del pasado 25 de febrero aprobaron la rezonificación y, por lo tanto, la propuesta de la empresa— dieron “una respuesta insólita” a las quejas por la aprobación de la ordenanza, ya que expresaron que “no la iban a derogar, pero iban a preguntar para comprender el problema”.
En diálogo con La Capital, la militante destacó que los pobladores vienen expresando públicamente sus sospechas en torno a la celeridad con la que los ediles aceptaron el pedido, ya que habrían demorado apenas 24 horas en tratarlo. “En un día vieron todo”, indicó con ironía Bianco, en referencia a la complejidad del asunto, que requiere mucho más tiempo para un análisis adecuado. También reclamó Bianco que el intendente sanlorencino vete la ordenanza.
“San Lorenzo —señala un reciente documento de los vecinos—, no cuenta con planificación urbana y desprotege a los pobladores dando lugar a propuestas de acuerdos que condicionan donaciones empresarias a la previa obtención de permisos públicos”. En tal sentido, Bianco destacó que, a cambio de la habilitación, la empresa cerealera aporta al municipio “obras menores, como trabajos de cordón cuneta o algún alcantarillado”.
Cuestionamientos. En los antecedentes del caso cabe recordar que el mismo pedido de la empresa, efectuado en 2009, fue rechazado por el Concejo, lo que lleva a los vecinos a preguntarse por qué ahora fue aprobado. Asimismo, los manifestantes desmienten que la empresa cuente con suficientes firmas de los ciudadanos sanlorencinos adhiriendo a la iniciativa.
Los cuestionamientos contra la ampliación de las instalaciones de Molinos se inscriben en una larga lucha de los lugareños por el mejoramiento del medio ambiente, contaminado por el polvillo que se desprende del cereal, los restos de los agroquímicos que se incorporan al aire y los numerosos inconvenientes de suciedad que se generan. Es por ello que durante la marcha del martes pasado los manifestantes hicieron extensivo su reclamo a todo el complejo agroexportador y aceitero de la región.